Primer Miércoles de Cuaresma - Lecturas Espirituales de la Iglesia
Miércoles I semana de
Cuaresma
Éxodo 10,21- 11,10
La circuncisión del
corazón
Afraates (Padre de la Iglesia de Siria)
Demostración 11, De
la circuncisión 11-12
La ley y la alianza
fueron transformadas totalmente. Dios cambió el primer pacto, hecho con Adán, e
impuso otro a Noé; luego concertó otro también con Abrahán, que cambió para
darle uno nuevo a Moisés. Y como la alianza mosaica no era observada, otorgó
otra en la última generación, que en adelante ya no habría de cambiarse. Pues a
Adán le había impuesto el precepto de que no comiera del árbol de la vida; para
Noé hizo aparecer el arco iris sobre las nubes; luego a Abrahán, elegido ya a
causa de su fe, le entregó la circuncisión, como señal para la posteridad;
Moisés tuvo, a su vez, el cordero pascual, como propiciación para el pueblo.
Y cada uno de estos
pactos era diferente de los otros. En efecto, la circuncisión que da por buena
aquél que selló los pactos, es la aludida por Jeremías: Quitad el prepucio
de vuestros corazones. Y, si se mantuvo firme el pacto que Dios sellara con
Abrahán, también éste es firme y fiel, y no podrá añadírsele ninguna otra ley,
ya tenga su origen en los que se hallan fuera de la ley, ya en los sometidos a
ella.
Dios, en efecto, dio
a Moisés una ley con todos sus preceptos y observancias, pero como no la
guardaron, abrogó lo mismo la ley que sus preceptos; y prometió que daría una
alianza nueva que habría de ser distinta de la anterior, por más que no haya,
sino un mismo dador de ambas. Y ésta es la alianza que prometió que daría: Todos
me conocerán, desde el pequeño al grande. Y en esta alianza ya no hay circuncisión
de la carne que sirva de señal del pueblo.
Sabemos con certeza,
queridos hermanos, que Dios fue otorgando distintas leyes a lo largo de las
varias generaciones, y que dichas leyes estuvieron en vigor mientras a él le
plugo y luego quedaron anticuadas, de acuerdo con lo que el Apóstol dice: A
través de muchas semejanzas, el reino de Dios fue subsistiendo en cada momento
histórico de la antigüedad.
Efectivamente,
nuestro Dios es veraz, y sus preceptos fidelísimos; por eso cualquiera de los
pactos se mantuvo firme en su tiempo y se comprobó como verdadero, y ahora los
que son circuncisos de corazón, viven y se circuncidan de nuevo en el nuevo
Jordán, que es el bautismo de la remisión de los pecados.
Josué, hijo de Nun,
circuncidó por segunda vez al pueblo con un cuchillo de piedra, cuando él y su
pueblo atravesaron el Jordán; Jesús nuestro Salvador circuncidó por segunda vez
con la circuncisión del corazón a todas las gentes que creyeron en él y se
purificaron con el bautismo, y lo hizo con la espada de su palabra, más
tajante que espada de doble filo. Josué, hijo de Nun, hizo pasar al pueblo
a la tierra prometida; Jesús, nuestro Salvador, prometió la tierra de la vida a
todos los que estuvieran dispuestos a pasar el verdadero Jordán, creyeran y fueran
circuncidados en su corazón.
Bienaventurados,
pues, quienes fueron circuncidados en el corazón, y volvieron a nacer de las aguas
de la segunda circuncisión; éstos serán quienes reciban la herencia junto con
Abrahán, guía fiel y padre de todas las gentes, porque su fe se le contó como
justificación.
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