Sábado Santo
Descansa
el Señor en el sepulcro
y
con Él la muerte ya vencida
¿dónde
está tu muerte la victoria?
¿y
dónde la espina con que herías?
Buscando
la luz de la mañana
nuestra
Iglesia vela en tu reposo.
Y
cuando amanezca el nuevo día
un
grito se oirá. “viene el esposo”.
La
espera será entonces presencia,
la
tristeza parto en la alegría,
por
el nuevo Hombre que ha venido,
que
es Cristo nacido a nueva vida.
La
humanidad te alaban Padre Eterno,
por
Jesús, tu Hijo que ha destruido,
con
su muerte todos los pecados
y
dio el Espíritu a tus hijos. Amén.
Aparentemente los poderosos han vencido. El poder político y el poder religioso tiene la certeza de que con la crucifixión pusieron punto final al escandaloso anuncia de Jesús: la dignificación de las personas oprimidas por ellos. Con el sepulcro cerrado y sellado no cabe ninguna otra posibilidad. Nadie más cuestionará a los poderosos. Nadie más pondrá en riesgo sus seguridades. Nadie más intentará cambiar la realidad entre opresores y oprimidos.
En Jesús, muerto y sepultado, se intenta matar y sepultar toda posibilidad de cambio en el mundo, en la sociedad, en la iglesia. "Siempre fue así". "Dios lo quiso así". "Hay que aceptar la voluntad de Dios". "Hay que resignarse". Malditos hipócritas y mentirosos !!! No siempre fue así. Dios no hizo la injusticia. No hay que aceptar la voluntad del ídolo creado por ustedes. No hay que resignarse. Es necesario indignarse. Es necesario sublevarse. Es necesario buscar una luz en medio de tanta oscuridad. No podrán matar la esperanza.
La Iglesia Antigua - Diversidad Cristiana vela junto a las personas vencidas de este mundo, las aplastadas por los gobiernos corruptos, las oprimidas por un cristianismo falso, las que ya están agotadas de tanta humillación, desprecio, discriminación. Tenemos la certeza de que, el Dios de Jesús, abre caminos donde es imposible, hace brotar donde todo está seco, resucita donde la muerte se instala, libera donde la opresión está afianzada. Con la misma certeza de Jesús, proclamamos que el Reinado de Dios está cerca, que estamos viviendo la aurora del Reino, un mundo nuevo está resurgiendo, una sociedad nueva se está gestando, una iglesia nueva está renaciendo. Solo hay que esperar de forma activa. Estar junto a los sepulcros de millones de seres humanos sosteniendo la esperanza en la liberación - resurrección y trabajando para alcanzarla.
Tenemos la certeza de que Dios venció en Jesús y vencerá en cada una de las víctimas de los sistemas políticos y religiosos injustos. La dignificación de todas las personas está cerca. La renovación de la humanidad es posible si creemos que se alcanzará, si nos comprometemos en lograrla.
En el silencio y la soledad del sepulcro se está gestando la transformación de todo lo que es injusto, de todo lo que oprime, de todo lo que discrimina. La Pascua - Liberación, está próxima y de eso tenemos plena certeza.
Sábado Santo, 2018.
Julio, Obispo de la IADC.
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