Contra el poder del varón.
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Tiempo ordinario (B) Marcos 10,1-12
CONTRA EL PODER DEL VARÓNJOSÉ ANTONIO PAGOLA, vgentza@euskalnet.net
SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).
CONTRA EL PODER DEL VARÓNJOSÉ ANTONIO PAGOLA, vgentza@euskalnet.net
SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).
ECLESALIA, 03/10/12.- Los fariseos plantean a Jesús una pregunta
para ponerlo a prueba. Esta vez no es una cuestión sin importancia, sino un
hecho que hace sufrir mucho a las mujeres de Galilea y es motivo de vivas
discusiones entre los seguidores de diversas escuelas rabínicas: "¿Le es lícito al varón divorciarse de
su mujer?".
No
se trata del divorcio moderno que conocemos hoy, sino de la situación en que
vivía la mujer judía dentro del matrimonio, controlado por el varón. Según la
ley de Moisés, el marido podía romper el contrato matrimonial y expulsar de casa
a su esposa. La mujer, por el contrario, sometida en todo al varón, no podía
hacer lo mismo.
La
respuesta de Jesús sorprende a todos. No entra en las discusiones de los
rabinos. Invita a descubrir el proyecto original de Dios, que está por encima de
leyes y normas. Esta ley "machista", en concreto, se ha impuesto en el pueblo
judío por la "dureza de
corazón" de los varones que
controlan a las mujeres y las someten a su voluntad.
Jesús
ahonda en el misterio original del ser humano. Dios "los ha creado varón y mujer". Los
dos han sido creados en igualdad. Dios no ha creado al varón con poder sobre la
mujer. No ha creado a la mujer sometida al varón. Entre varones y mujeres no ha
de haber dominación por parte de nadie.
Desde
esta estructura original del ser humano, Jesús ofrece una visión del matrimonio
que va más allá de todo lo establecido por la "dureza de corazón" de los varones. Mujeres y varones se unirán
para "ser una sola carne" e iniciar una vida compartida en la
mutua entrega sin imposición ni sumisión.
Este
proyecto matrimonial es para Jesús la suprema expresión del amor humano. El
varón no tiene derecho alguno a controlar a la mujer como si fuera su dueño. La
mujer no ha de aceptar vivir sometida al varón. Es Dios mismo quien los atrae a
vivir unidos por un amor libre y gratuito. Jesús concluye de manera
rotunda: "Lo que Dios ha unido, que
no lo separe el varón".
Con
esta posición, Jesús esta destruyendo de raíz el fundamento del patriarcado bajo
todas sus formas de control, sometimiento e imposición del varón sobre la mujer.
No solo en el matrimonio sino en cualquier institución civil o religiosa.
Hemos
de escuchar el mensaje de Jesús. No es posible abrir caminos al reino de Dios y
su justicia sin luchar activamente contra el patriarcado. ¿Cuándo reaccionaremos
en la Iglesia con energía evangélica contra tanto abuso, violencia y agresión
del varón sobre la mujer? ¿Cuándo defenderemos a la mujer de la "dureza de corazón" de los varones?
Fuente: Eclesalia Informativo .
Eclesaia Informativo autoriza y recomienda la
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