Comentarios Queer a la Biblia - Novena entrega - El Evangelio de Mateo.
Mateo 20: 18-19:
"Jesús, yendo ya de camino a Jerusalén, llamó aparte a
sus doce discípulos, y les dijo: -Como ustedes ven, ahora vamos a Jerusalén, donde el
Hijo del hombre va a ser entregado a los jefes de los sacerdotes y a los
maestros de la ley, que lo condenarán a muerte y lo entregarán a los extranjeros,
para que se burlen de él, lo golpeen y lo crucifiquen; pero al tercer día
resucitará.
Al usar
el término ambiguo “huiostouanthropou” (usualmente traducido como Hijo del
Hombre), Jesús está indicando no solo su propio tratamiento, sino también el tratamiento
que la persona humana prototípica recibe cuando él o ella hacen la voluntad de
Dios y se oponen al estatus quo. Para los lectores “queer”, esto refuerza la
importancia de decir nuestra verdad en situaciones hostiles, no importa cuáles
sean.
Otra
historia, mucho más perturbadora, acerca de la vida agrícola, es la parábola de
los Labradores Malvados (Mateo 21.33-41).
MATEO 21. 33-41
Escuchen otra parábola: El dueño de una finca plantó
un viñedo y le puso un cerco; preparó un lugar donde hacer el vino y levantó
una torre para vigilarlo todo. Luego alquiló el terreno a unos labradores y se
fue de viaje. Cuando llegó el tiempo de la cosecha, mandó a unos criados a
pedir a los labradores la parte que le correspondía. Pero los labradores
echaron mano a los criados: golpearon a unos, mataron a otros, y apedrearon a
otros. El dueño volvió a mandar a más criados que al principio; pero los
labradores que al principio; pero los labradores los trataron a todos de la
misma manera.
Por fin, mandó a su propio hijo, pensando: - Sin duda,
respetarán a mi hijo. Pero cuando vieron al hijo, los labradores se dijeron
unos a otros: - Este es el que ha de recibir la herencia; matémoslo y nos
quedaremos con su propiedad. Así que lo agarraron, lo sacaron del viñedo y lo mataron.
Y ahora, cuando venga el dueño del viñedo, ¿qué creen ustedes que hará con
estos labradores?
Le contestaron: - Matará sin compasión a estos
malvados, y alquilará el viñedo a otros labradores que le entreguen a su debido
tiempo la parte de la cosecha que le corresponde.
Sin
embargo, Jesús aquí no compara específicamente al dueño de la tierra con Dios.
Hay dos formas de interpretar esta parábola:
1.- La lectura más tradicional es
ver la viña como representando a Israel, que ha sido parcelada para el pueblo
hebreo, para la producción; los esclavos y el heredero son aquellos que
representan a Dios – los profetas primero, y luego Jesús – mientras los
labradores “malvados” son aquellos judíos que no han cumplido la alianza con
Dios. De acuerdo con esta interpretación, “los judíos” (o sea, no líderes
judíos no cristianos que se oponen a la comunidad de Mateo) rechazaron los
dones de Dios y serán castigados de acuerdo con ello, sacándoles el control de
Israel. Así, Mateo dirige esta parábola directamente contra aquellos judíos que
no han aceptado a Jesús y su forma de cumplir la Torah, como parte de la
comunidad judía-cristiana de Mateo, y continua lucha con los judíos
no-cristianos (Saldarini 1994: 58-60)
2.- Una
forma alternativa de leer la parábola, está de acuerdo con la noción de
discurso subversivo, transcripción oculta, y contra-narrativa, como comprenden
estos términos Warren Carter y William Herzog. Cuando se mira de esta manera,
la historia se convierte en una forma codificada de referirse a las revueltas
campesinas que estaban ocurriendo en Palestina, como resultado de las demandas
de producción excesivas e impuestos exhaustivos. El viñedo es la tierra
ancestral de Israel, que ha sido dominada por imperios extranjeros; el “dueño”
del viñedo, más que referirse a Dios, puede estar refiriéndose a la misma Roma,
metiéndose en las tierras de los campesinos y haciendo excesivas demandas sobre
ellos; los esclavos y el heredero, enviados como representantes, pueden verse
como la aristocracia herodiana y los sacerdotes que exigen su parte de la
producción, y supervisan la producción para Roma. De acuerdo con esta lectura,
Jesús alude a las rebeliones campesinas de su tiempo, como el resultado lógico
de la codicia imperial y aristocrática; el dueño de la viña, lejos de referirse
a Dios, representa a Roma, que sistemática y rápidamente aplastó levantamientos
con la fuerza armada (Hosley 1993ª.)
Los que
han sido sometidos a una vida miserable (Mateo 21.41), son los pobres
campesinos, y el uso del término “miserable” (traducido como “malvados”),
muestra la solidaridad de Jesús con ellos. Cuando se lee de esta forma, el
epílogo de Mateo a la parábola (21.42-44), cobra sentido: Jesús dice a sus
oyentes que “la piedra que los constructores rechazaron se ha convertido en piedra
angular”…
(MATEO 21. 42-44)
Jesús entonces les dijo: - ¿Nunca han leído ustedes
las Escrituras? Dicen: “La piedra que los constructores despreciaron / se ha
convertido en la piedra principal. Esto hizo el Señor, / y estamos maravillados.
Por eso les digo que a ustedes se les quitará el reino
de Dios, y que se le dará a un pueblo que entregue al reino la debida cosecha.
[En cuanto a la piedra, cualquiera que caiga sobre ella quedará hecha pedazos;
y si la piedra cae sobre alguien, lo hará polvo.]
En
lugar de estirar esta referencia escritural para aludir al mismo Jesús, puede
verse ahora como aludiendo a la entera población campesina de Palestina, que ha
sido rechazada y sometida, pero es “maravillosa” a los ojos de Dios. Más
importante aún, la afirmación de Jesús de que el viñedo (Israel) será alejado
de “ustedes y entregado a un pueblo que produce los frutos del reino”, puede
ahora verse como referido a la lucha de Israel lejos del yugo imperial y de los
adulones herodianos que lo han diezmado, y su retorno al pueblo de la elección
propia de Dios (Nelson-Pallmeyer 2001: 256-8; Herzog 1994: 178-83)
La
segunda interpretación sería más atractiva para una lectura “queer” de la
parábola, ya que esta lectura vería a Jesús como sacudiendo el estatus quo, luchando
por las víctimas que no pueden luchar por sí mismas, y castigando a quienes han
osado imponer su poder colonial sobre otros, en un mundo que debería pertenecer
al amor liberador de la Divinidad. Además, tal lectura explica lógicamente por
qué es en este momento que los jefes de los sacerdotes y los fariseos comienzan
a buscar formas de arrestar a Jesús (Mateo 21. 45-6): su bienestar estaba
siendo amenazado por este profeta revolucionario de Galilea, que estaba
incitando a las masas a una actividad insurgente.
MATEO 21.45-6
Los jefes de los sacerdotes y los fariseos, al oír las
parábolas que Jesús contaba, se dieron cuenta que hablaba de ellos. Quisieron
entonces arrestarlo, pero tenían miedo, porque la gente creía que Jesús era un
profeta.
En un contexto
“queer”, la conexión es obvia: nuestro futuro bienestar (tanto físico como
espiritual) depende de cómo tratemos a los demás, aquí y ahora. Aquellos gays y
lesbianas en posición de privilegio, que chocan con los poderes hetero-elite,
deben considerar los errores de sus comportamientos, ellos, como los sicofantes
judíos cuya prosperidad crecía a expensas del pueblo campesino, tendrán que
rendir cuentas a la Divinidad en cuanto a cómo usaron sus talentos dados por
Dios y no se acercaron a los “humanos” sufrientes, que hallaron en sus caminos.
Por ello, creo que es tan importante para las personas “queer” de cualquier
orientación salir fuera – de modo que los opresores puedan saber quiénes somos,
cómo vivimos, dónde trabajamos y nos divertimos, en qué somos diferentes de los
“gays visibles”, que han sido cooptados por el sistema – que no somos y nunca
seremos como cualquier otra persona. Podríamos ser capaces de “pasar” por un
corto tiempo, pero no a la larga. Ningún grupo oprimido puede esperar obtener la
respetabilidad de la “normalidad”, pues quienes hacen “lo normal” nunca se han
movido bajo opresión; si mañana, todos los marginados fueran de pronto
“libres”, aún tendrían generaciones de sufrimiento detrás, informando su
contexto (véase Warner 1999) En este aspecto, la llamada de Jesús llama a
“cambiar la mente”, pues el Reino de Dios está cerca, es una llamada a dejar
atrás la respetabilidad y - en las palabras del biblista “queer” noruego
HalvorMoxnes – entrar en el “espacio queer”.
Familia
y eunucos: En años recientes, varios eruditos han afirmado que en su mensaje de
basileia, Jesús se opuso a la
familia patriarcal tradicional y alentó a una familia alternativa. Reconocer
esto, es esencial para la interpretación “queer” de Jesús y los Evangelios, especialmente
el de Mateo, que incluye la afirmación misteriosa sobre los “eunucos”:
“…pues
la familia tradicional es el centro no solo del patriarcado, sino también del
heterosexismo. Una teología y una ética afirmativa gay tiene la responsabilidad
de desafiar la hegemonía de un sistema de valores y estructuras que producen y
reproducen el heterosexismo y la homofobia…La tradición de Jesús, como la
tenemos en los Evangelios, transmite una crítica fundamental a los valores del
matrimonio y la familia” (Jennings 2003: 172; citando a Ruether 2000: 25-8)
La
familia patriarcal era la unidad básica tanto de la comunidad judía como de la
sociedad imperial romana. El cabeza de familia (“padre”) tenía poder absoluto
sobre los miembros de su familia, su propiedad y posesiones, incluyendo los
esclavos. César, como el emperador del mundo romano, era el último “padre”,
pues todo el poder descendía de él y se movía fuera de él a su placer. Así,
había un sistema de poder seguro a través del cual todos bajo la regla romana
vivían diariamente. Para los judíos, esto estaba confirmado por sus Sagradas
Escrituras, que le daba poder de vida y muerte al padre de familia y las
cabezas (masculinas) de las tribus (Carter 2000: 376-7)
Por supuesto, de toda regla hay excepciones: así, se
ven líderes femeninas en el judaísmo, como Esther y Deborah. Su poder, si bien
importante para demostrar la participación de la mujer en Israel, solo sirve
para destacar que la mayoría de los gobernantes, sacerdotes y escribas eran
varones y que el culto y la sociedad judía eran patriarcales por naturaleza.
El
mensaje de Jesús sobre el Reino o Imperio de Dios, era una señal de que nada
sería negocios usuales, ni para Roma, ni
para Israel. Mateo 19-20 contiene dichos
e historias que se dirigen a las tres principales relaciones en las casas de familia, en los tiempos de
Jesús: esposo-esposa, padre-hijos, amos-esclavos. “Pero mientras los capítulos
utilizan la estructura familiar, no apoyan esa norma cultural. Más bien,
poniéndose del lado de otras minorías culturales, los dos capítulos subvierten
esta estructura jerárquica y patriarcal, instruyendo a los discípulos en un
modelo más igualitario” (Carter 2000: 376-7) Así, en sus enseñanzas sobre el
divorcio (Mateo 19-3-9), Jesús aconseja mutualidad entre esposo y esposa, más
que afirmar las leyes tradicionales del divorcio que favorecían al esposo.
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