Ministerio de la Solidaridad




¿Cómo hablar de solidaridad cuando la humanidad se mata entre sí? ¿otro mundo sin guerras, sin enfrentamientos armados, en diálogo e intercambio, es posible?

¿Los gobiernos, tienen realmente la voluntad de poner fin a los conflictos armados? ¿qué papel juegan los organismos internacionales en esas decisiones? ¿y nosotros/as los/as votantes? Porque también de cada voto emitido depende la paz o la guerra.

Las cifras de víctimas totales que brinda este informe es alarmante. La humanidad empeñada en autoexterminarse por medio de la guerra. Millones de millones de pesos, cifras que no podríamos comprender por la cantidad de ceros, destinadas a armamento y destrucción mientras que con muchísimo menos se podría crear la paz con justicia, donde cada pueblo tuviera su tierra, donde cada persona tuviera su alimento, donde cada familia tuviera su techo.

Cuando leo informes como estos me pregunto seriamente si quiero seguir perteneciendo a la especie humana y la respuesta aún sigue siendo "sí". Dios quiso asumir la humanidad para que la humanidad participara de la vida divina, aunque se empeñe en destruirse, Dios sigue saliéndole al encuentro y comunicándole vida, invitándola a la vida.

Ante tanto dolor, tanta violencia, tanta destrucción cada vez que ejercemos pequeños gestos de solidaridad: compartir la comida, ayudar a alguien en la calle, firmar una campaña de paz, participar en una marcha que afecte a determinado colectivo, mostrar una sonrisa a un anciano, apretar la mano de un niño, abrazar a una persona enferma, cuidar un animal abandonado, cuidar de una planta ... cada gesto de solidaridad, por más pequeño que sea, hace posible la esperanza del cambio, de la transformación, de que es posible otro mundo, otra civilización, otra humanidad.

Les invito a combatir las guerras con gestos de solidaridad. Ciertamente llevará mucho tiempo. Ciertamente no veremos es mundo que soñamos. Pero tendremos la certeza de que dejamos un mundo mejor para que otras generaciones continúen trabajando en ese otro mundo posible y algún día, algunas personas, puedan disfrutarlo.

IADC
Ministerio de la Solidaridad

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