Domingo de la vigésima segunda semana del Tiempo de Misión en la Diversidad: la ética del Evangelio enfrentada a un mundo y una iglesia sin ética




Mc 10,35-45
21 de Octubre


1.     El texto en su contexto:

El grupo de los Doce no ha entendido el mensaje de Jesús. En este relato se pretende asegurar poder y honor, similar a otra conversación sobre los primeros puestos (9,33-37). La concepción mesiánica dominante en el grupo de los Doce era la política. Jesús asumiría el reino de Israel y ellos quieren asegurarse su lugar de poder y honor (1,19-20; 5,37; 9,33-37; 10,35-45).

Santiago y Juan, seguramente fascinados con la popularidad de Jesús, confundidos por los signos que se estaban manifestando, con una concepción más política que profética sobre el Reinado de Dios quieren asegurarse poder y honor (vv 35-37). Jesús es categórico “no saben que piden” (vv 38) y el resto de los Doce se molesta con este suceso, no porque Santiago y Juan ambicionaban poder y honor, sino porque ellos también lo ambicionaban, estaban compitiendo por los primeros lugares (vv 41 cf 9,33-37).

La concepción mesiánica de Jesús pasaba por otro lugar. No estaba asociada a la política (Gobierno) ni a la religión (Templo), sino a la corriente profética y esto lo pone en oposición al poder (Jr 25,15-29; Is 51,17; Sal 42,8; 69,2; 124,4), siendo la “conciencia moral” del pueblo, denunciado la injusticia y anunciando un tiempo nuevo, para una humanidad nueva.

Jesús propone que la comunidad mesiánica, la Iglesia, se rija por otros principios, opuestos a los del mundo ( = Gobierno y Religión) que busca el poder, el honor, la gloria (vv 42-43). La ambición de poder debe sustituirse por el servicio (vv 44) siguiendo el ejemplo de Jesús (vv 45) que se identifica con el Siervo sufriente del profeta Isaías (Is 53,10).



2.     El texto en nuestro contexto:

Poco ha cambiado entre la falta de comprensión del grupo de los Doce, sobre Jesús y su ministerio, y las dirigencias de la Iglesia en varias de sus denominaciones. Desde los títulos de honor que gustan utilizar: “monseñor” ( = mi señor), excelencia, eminencia, beatitud, santidad … pero si Jesús se llamó a sí mismo Hombre ( = humano) ¿dónde sacan el fundamente para tales barbaridades? (vv 45). Pasando por grandes mitras tomadas de los sacerdotes paganos, anillos y bastones tomado de los señores y reyes, cátedras y tronos tomados del poder político … pero si Jesús era un judío laico y pobre (Mt 8,20). Asistimos a “Eucaristías o Cultos de prosperidad” dependiendo si la tradición es católica o evangélica. Nada de esto tiene que ver con el mensaje y las acciones de Jesús.

La Iglesia, al igual que la comunidad mesiánica de tiempos de Jesús, está llamada a establecer la ética del Evangelio en medio de un mundo que solo valora el poder sin ética. Valores evangélicos como la justicia, la inclusión, la compasión, la solidaridad son parte de la ética propuesta por Jesús (vv 45). Una Iglesia emparentada con el poder y el honor no entendió el Evangelio. Una Iglesia que sirve a las personas vulneradas en sus derechos y su dignidad entendió el Evangelio.

Urge erradicar de los discursos eclesiásticos la lógica del mundo. Muchos líderes cristianos han convertido la Iglesia en un lugar de sometimiento de sus hermanos y hermanas; de enriquecimiento personal y familiar; de complicidad con los poderosos fundamentalistas que discriminan, explotan y oprimen. Urge retomar la lógica del Evangelio: comunidades eclesiales encarnadas en la realidad de quienes sufren la discriminación, la exclusión, la invisibilización, la opresión en cualquiera de sus formas; comunidades liberadoras, sanadoras e inclusivas como la que nos presenta Hechos de los Apóstoles, como aquellas que intentó crear Jesús en torno a su movimiento.

La IADC tiene la obligación ética de transitar por el camino de Jesús, de transmitir las palabras de Jesús, de realizar las obras de Jesús. Esforcémonos para lograrlo. Eso no nos dará poder. Tampoco nos dará honor. Menos aún, favores de los poderosos. Pero nos dará la tranquilidad de conciencia de que somos discípulos y discípulas de Jesús.

Buena semana para todos y todas
+Julio, Obispo de la IADC.

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