El Evangelio de Mateo (quinta entrega) Las Bienaventuranzas
El Evangelio de Mateo / Thomas Boaches
Traducción MCRP - Diversidad Cristiana
Las Beatitudes (Mateo 5. 3-12); tanto Lucas como Mateo registran “beatitudes”
(bendiciones), como una forma de mostrar cómo Jesús mediaba entre el amor de
Dios y las multitudes que lo seguían. El consenso erudito indica que estos dos
evangelistas probablemente utilizaron una fuente común (etiquetada “Q” por los
estudiosos por el alemán quelle (fuente),
editándola para estar de acuerdo con sus diferentes agendas teológicas. Algunos afirman que Lucas preserva el sentido
original de estas bendiciones, y que Mateo las “espiritualiza”; por ejemplo,
Lucas escribe: “benditos ustedes, que son pobres” y “benditos ustedes que
ahora tienen hambre” (Lucas 6. 20-1), mientras Mateo hace decir a Jesús:
MATEO 5. 3-6
Dichosos lo que reconocen su necesidad espiritual,
pues el reino de Dios les pertenece.
Dichosos los que están tristes, pues Dios les dará
consuelo.
Dichosos los de corazón humilde, pues recibirán la
tierra que Dios les ha prometido.
Dichosos lo que tienen hambre y sed de hacer lo que
Dios exige, pues él hará que se cumplan sus deseos.
Estos estudiosos sugieren que Mateo “domesticó” el mensaje radical de
cambio social que Lucas hace proclamar a Jesús, cambiándolo en una promesa de
consuelo espiritual que llegará algún día en el futuro (Harrington 1991: 82-3)
Sin embargo, esta interpretación contrasta en el contexto imperial en que Mateo
compuso su Evangelio.
Ha sugerido una interpretación diferente William Herzog. Utilizando la
obra socio-científica de James Scott y Paulo Freire, Herzog afirma que el
pueblo oprimido a veces habla en un lenguaje “código”, que difiere según si el
hablante está “en el escenario” (en público o entre los opresores), o “fuera
del escenario” (en privado, o entre otros oprimidos); el registro público de
los oprimidos puede, de esta manera, ser examinado según una “transcripción
oculta”, que revela sus sentimientos reales, íntimos. (Herzog 2000: 194)
Creo que esta es la forma en que las Bendiciones de Mateo deberían
verse. La escritura de Mateo en el contexto imperial o (quizás) de Antioquia,
con su recuerdo cotidiano de la opresión imperial y la no-tan-distante memoria
de la destrucción judía por los romanos, debe haber conducido a disfrazar la
retórica socialmente revolucionaria de Jesús, menos ofensiva para los
gobernantes imperiales y sus esbirros. O Jesús mismo puede haber hablado en un
lenguaje tan codificado, “transcripción oculta”, y es Lucas quien hizo los
cambios para en realidad, “decodificarlo”.
Claramente, la referencia de Jesús a la “basileia” de Dios habría hecho
que la audiencia anticipara lo que seguía, en una forma anti-imperial, e
interpretarlo contra el estatus quo: “Dios quiere lo mejor para ustedes (pero
los romanos no), Dios quiere que ustedes sean prósperos y libres (pero los
romanos no); Dios los quiere (pero los
romanos no)”. Cuando el pueblo oprimido habla o escribe de esta manera, cuando se lo enfrenta, puede decir en forma
inocente: “No sé de que está usted hablando”, o “no lo quise decir de esa
forma”, pero la transcripción oculta está allí, para que otro pueblo oprimido
lo reconozca. Vemos esto en la comunidad “queer” – “en chistes, palabras o
frases que significan algo diferente para los “queeers” que para los
“no-queers”, lecturas no-normativas de novelas, obras de teatro o películas,
etc. Las inferencias están allí, pero codificadas, y se necesita ser parte de
la audiencia objetivo para abrir el código en lo que podríamos llamar
“homotextualidad”.
Interpretación de la Torah (Mateo 5.17-48): los ejemplos de Mateo sobre cómo
Jesús interpreta la Torah pueden ser leídos en una forma similar. La lectura del Sermón del Monte a través de
los lentes del Reino de Dios, puede hacernos ver las afirmaciones de Jesús referidas a lo que
dice la ley sobre el asesinato, adulterio, divorcio, juramento, venganza o
tratamiento de los enemigos, en una nueva luz. Sería una manera de decir a los
marginados de su tiempo (los campesinos de Galilea) y la audiencia de Mateo
(aquellos todavía colonizados por Roma) que la forma normativa de interpretar
los mandamientos de Dios es no es la única forma. William Herzog contrasta una
“gran tradición” que emana de Jerusalén con una “pequeña tradición” que
circulaba en los pueblos de Galilea. La gran tradición, representada en Mateo,
por aquellos judíos en unión con el gobierno romano, pone gran énfasis en la
ley codificada y las trampas del ritual, mientras la pequeña tradición,
representada por Jesús y sus seguidores, refleja la importancia de la tradición
oral como “resistencia a la imposición de la gran tradición, respaldada por el
templo, el reino cliente y la regla romana” (Herzog 2000: 99) Más aún, esta no es una lucha estrictamente religiosa,
en la medida en que aquello que tenían el poder religioso eran los mismos que
habían obtenido poder político y económico a través de sus alianzas con el
imperio.
De acuerdo con esta pequeña tradición, todas las leyes de Dios y la
conducta humana deben evaluarse de acuerdo con el amor de Dios, que es
perfecto. Jesús en Mateo dice a las multitudes que deben convertirse en
perfectos, como lo es Dios, para obtener
ese amor que cumplirá la ley de Dios.
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