Ministerio para la Justicia y la Igualdad



Muchas personas al ver esta imagen pensarán y tal vez afirmen lo terrible que es la pobreza. En realidad esta realidad no es pobreza. Es injusticia. 

Mientras unas pocas personas y unos pocos países concentran las mayores riquezas, la gran mayoría de las personas y de los países concentran la ausencia de recursos. Y cuando los gobiernos, electos por el pueblo, no son capaces de tomar conciencia de esta situación, son tan responsables quienes gobiernan como quienes votan.

Mientras unos países gastan millones en armamento en otros es necesario agua potable, saneamiento, medicamentos, alimentos, viviendas dignas. Mientras unos países gastan millones en expediciones espaciales en otros es necesario crear escuelas, carreteras, puestos de trabajo.

La creciente desigualdad que se ha establecido en el mundo y que va en aumento es un pecado gravísimo que clama al cielo por justicia y las iglesias no podemos mantener un silencio cómplice ante esta realidad que golpea los ojos.

Nosotras y nosotros, quienes formamos parte de la Iglesia Antigua - Diversidad Cristiana, creemos que es posible una civilización de paz con justicia, pero entendemos que para lograrla quienes tienen más deberán de compartir, quienes oprimen y explotan deberán de devolver, puesto que estamos hablando de recursos que en todos los casos son limitados.

IADC
Ministerio para la Justicia y la Igualdad.

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