Segundo domingo del Tiempo de las Promesas: La Buena Noticia de Consuelo (Is 40,1-11)
1.
El
texto en su contexto
Con esta profecía
inicia el libro de Isaías II o Deuteroisaías en el destierro de Babilonia
(553-539 aC). El capítulo 40 de comienzo al llamado “Libro de la Consolación”
una Buena Noticia para aquellas personas que estaban “desterradas”, lejos del
templo, del espacio sagrado, de la presencia divina. Is. 40,1-11 que tiene
su paralelo en 52,7-10, plantea varios ejes para la reflexión:
ü El consuelo a Jerusalén (vv1-2)
En la Biblia Hebrea
encontramos pasajes similares donde, “hablar al corazón” está relacionado a la
persuasión o al cortejo (Gn 34,2; 50,21; Jue 19,3; Rut 2,13; Os 2,16). Los
habitantes de Jerusalén se encontraban en el destierro de Babilonia. Habían
sido llevados cautivos por Nabucodonosor en 587 aC y Jerusalén sometida a
vasallaje por su pecado de idolatría e injusticia social, denunciado por varios
de los profetas. Sin embargo, pareciera que Dios se arrepiente del castigo y vuelve
para consolar a aquel pueblo que ama entrañablemente (vv1).
ü El retorno de los desterrados: un
nuevo éxodo (vv 3-5)
El Señor les acompaña
en este nuevo éxodo manifestando su poder y su gloria (Ex 14,17; 16,10; 19).
Los desterrados dejan Babilonia y se dirigen de retorno a la tierra prometida
(Gn 12), la que habían tomado en posesión siglos antes. En este camino de
retorno no habrá obstáculos. Dios promete la liberación y el retorno por medio
del profeta que habla en su nombre (Is 1,20; 30,2; Jr 9,11; Miq 4,4).
ü La promesa de Dios se cumple (vv
6-8)
El profeta plantea la
fragilidad humana similar a la hierba y flor del campo (vv 6 cf Sal 90,6); la
acción divina a través de su aliento creador y vivificador (vv 7); y el
cumplimiento de la palabra dada, la promesa divina se cumple siempre (vv 8). La
historia del pueblo es el fiel testimonio del cumplimiento de las promesas
divinas: tierra, descendencia, dinastía, liberación …
ü Dios llega como pastor (vv 9-11)
El profeta anuncia la
llegada de Dios (vv 9) que viene con poder para hacer justicia frente a los
abusos vividos en el destierro. Las víctimas del exilio serán recompensadas (Gn
31-32) y los opresores también recibirán su parte (vv 10). Dios reunirá a su
pueblo, cuidando de aquellas personas que son más débiles, las que están más
lastimadas por la opresión. Aquellas que han sido vulneradas y necesitan un
cuidado especial.
2. El texto en nuestro contexto:
El mensaje de consuelo
y liberación se encuentra plenamente vigente en nuestros días. Ante diversos
colectivos humanos que son vulnerados en sus derechos y su dignidad por los
poderosos, que al igual que Nabucodonosor y Babilonia, discrimina y oprimen.
La situación de
exclusión en que viven algunas personas será revertida. La promesa divina es
que reunirá a las personas vulneradas en sus derechos y su dignidad y las
cuidará y liberará.
La Iglesia Antigua –
Diversidad Cristiana, se siente enviada por Dios a aquellas personas, grupos y
colectivos de personas discriminadas y excluidas para comunicarles un mensaje
liberador, sanador e inclusivo. Aquellas personas que han quedado fuera del
espacio sagrado, lejos de Dios por diversas razones: personas divorciadas y
vueltas a casar, personas con vih sida, personas GLTB, personas con uso
problemático de drogas… Estas personas claman por regresar al espacio sagrado
del que fueron excluidas por el poder religioso.
Nuestro testimonio
tiene que ser claro y contundente. Dios, en su infinita misericordia, ama
entrañablemente a todas las personas por igual, pero especialmente a quienes
son vulneradas, discriminadas, excluidas. Dios restituye su dignidad y hace
justicia. Dios, infinitamente amoroso e infinitamente misericordioso toma a
esas personas en brazos y las cuida. Dios no las condena, es el sistema
religioso el que las condena. Dios no las excluye, es el sistema religioso el
que las excluye. Dios no las separa del espacio sagrado, es el sistema
religioso el que las separa, las aisla y finalmente las invisibiliza.
Dios nos invita hoy a
generar procesos de consuelo, a anunciar tiempos de esperanza, a avivar la fe,
nos lleva a formar una comunidad de iguales en derechos y oportunidades.
Buena semana para todos
y todas +Julio.
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