JESÚS ANUNCIA EL REINADO DE DIOS CON GESTOS Y PALABRAS ENTRE PERSONAS VULNERADAS EN SUS DERECHO Y SU DIGNIDAD


Reflexión semanal en el quinto domingo del Tiempo de la Iglesia.
 Texto Evangélico: MARCOS 1,29-39. Versión Biblia de Estudio DIOS HABLA HOY:

29”Cuando salieron de la sinagoga, Jesús fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. 30La suegra de Simón estaba en cama, con fiebre. Se lo dijeron a Jesús, 31y él se acercó, y tomándola de la mano la levantó; al momento se le quitó la fiebre y comenzó a atenderlos.

32Al anochecer, cuando ya se había puesto el sol, llevaron todos los enfermos y endemoniados a Jesús, 33y el pueblo entero se reunió a la puerta. 34Jesús sanó de toda clase de enfermedades a mucha gente, y expulsó a muchos demonios; pero no dejaba que los demonios hablaran, porque ellos lo conocían.

35De madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó y salió de la ciudad para ir a orar a un lugar solitario. 36Simón y sus compañeros fueron en busca de Jesús, 37y cuando lo encontraron le dijeron: —Todos te están buscando. 38Pero él les contestó: —Vamos a los otros lugares cercanos; también allí debo anunciar el mensaje, porque para esto he salido. 39Así que Jesús andaba por toda Galilea, anunciando el mensaje en las sinagogas de cada lugar y expulsando a los demonios”.



La liturgia nos propone tres escenas del Evangelio de Marcos para nuestra reflexión comunitaria. En primer lugar la curación de la suegra de Pedro. En segundo lugar la sanación de muchas personas enfermas. En tercer lugar a Jesús anunciando la Buena Noticia.

1-    Contexto geográfico, político – religioso y socio – económico donde se desarrollan las escenas:

Las tres escenas nos ubican en Cafarnaúm, una cuidad galilea en torno al lago. Este dato geográfico nos está diciendo mucho. Galilea se ubica al norte del territorio de Israel. Limitaba con pueblos considerados paganos por su cultura y sus costumbres. La población de Galilea era considerada impura por la población de Judea y especialmente por Jerusalén, donde se encontraba la sede del poder político y religioso. La consideraban impura porque se mezclaba con la población de los pueblos vecinos. Además, por la distancia entre Galilea y Judea, a la población del norte se le dificultaba peregrinar 800 kilómetros para llegar al Templo en las fiestas sagrada, por lo que muchos no acudían al Templo o lo hacían pocas veces en la vida. Como si fuera poco, Galilea era la sede del movimiento zelota, un grupo revolucionario antirromano que ponía en riesgo los privilegios de la clase religiosa y política de Jerusalén, que podía estar en contra de la ocupación pero se beneficiaba de ella. Finalmente, si bien era una región fértil y productiva, se encontraba empobrecida por el peso de los impuestos que debían de pagar al Templo, al Gobierno local y al imperio; al punto que el campesinado perdía las tierras, debían trabajar como asalariados de terratenientes que les explotaban o venderse como esclavos a ellos para pagar sus deudas.

El relato evangélico de hoy, finaliza diciendo: “Jesús andaba por toda Galilea, anunciando el mensaje en las sinagogas de cada lugar y expulsando a los demonios” (versículo 29).

Galilea es en lo evangelios, el lugar teológico privilegiado de la exclusión, de la discriminación, de la opresión, de la vulneración de derechos y dignidades humanas; y es en ese lugar donde se sitúa Jesús, anunciando la Buena Noticia

2-     Contenido de las escenas del evangelio:

Si bien las escenas son diferentes en apariencia, el contenido de ellas es el mismo.

En la primer escena Jesús sana a la suegra de Pedro. Sabemos que las mujeres en Israel no gozaban del mismo estatus que los hombres. En el Templo participaban del culto desde el atrio de los gentiles; en la sinagoga participaban desde un lugar separado del de los hombres; salvo raras excepciones, necesitaban de un hombre que administrara sus bienes, estaban sujetas primero a su padre, luego a su marido; las solteras, estériles y viudas se encontraban en peor situación que las casadas y en edad fértil.

En tiempos de Jesús y en ese contexto geográfico, político – religioso y socio – económico, ser mujer era difícil; tanto, que no es la suegra de Pedro quien pide a Jesús ser sanada, porque en ese entorno, las mujeres tampoco tenían voz. Otros son quienes dicen que la mujer estaba enferma.

Es importante resaltar la actitud de Jesús. El relato evangélico dice “la tomó de la mano y la levantó” (versículo 31). Jesús entabló contacto físico: la tomó de la mano, y le devolvió dignidad: la levantó. Esta acción de Jesús es la que hace que la suegra de Pedro pueda vencer el obstáculo que le impedía ser quien era. Una vez superado el obstáculo: la fiebre, ella asume la misma actitud de Jesús: el servicio. Dice el relato evangélico: “comenzó a atenderlos” (versículo 31).

Otro aspecto importante de esta primera escena, es que se desarrolla en sábado. El sábado era el día sagrado en que estaba prohibido trabajar. Las curaciones en sábado han sido el gran tema de enfrentamiento entre Jesús y las personas religiosas de su tiempo, líderes en la sinagoga y líderes en el Templo. Sin embargo, Jesús y la suegra de Pedro trabajan en sábado, uno devolviendo dignidad y otra devolviendo hospitalidad. Para Jesús y su comunidad discipular era más sagrada la vida humana, sus derechos y su dignidad, que la Ley y las tradiciones religiosas.

En la segunda escena, al anochecer, esto significa que ya había finalizado el descanso sabático y había iniciado el primer día de la semana, por lo tanto las personas podían caminar y realizar tareas como cargar a un enfermo, el relato evangélico dice: que llevaron a Jesús personas enfermas y endemoniadas y las sanó (versículos 32-34).

Como explicábamos la semana pasada, en la antigüedad muchas enfermedades eran atribuida al demonio (Mc 5,2-16, Lc 7,21; Hch 19,12). Podemos quedarnos con el hecho anecdótico del milagro sanador o podemos preguntarnos ¿realmente qué está queriendo decir el relato evangélico con esta narración? Jesús sanó a toda esa gente, restituye su dignidad vulnerada por las creencias del sistema religioso (Lc 5,17-26; Jn 9,1-7) y la incluyó nuevamente en la comunidad. Este es el verdadero milagro escondido en el relato evangélico.

En la tercera escena, presenta dos aspectos. En primer lugar a Jesús orando (versículo 35) y en segundo lugar a Jesús anunciando la Buena Noticia (versículo 39). La misión requiere preparación. Jesús se prepara por medio de la oración. La oración no es un fin en sí misma sino un medio para alcanzar el fin. El fin es la acción transformadora de las realidades injustas, insolidarias, excluyentes, discriminadoras, vulneradoras de derechos y dignidad.

Y el relato evangélico presenta a Jesús desarrollando la misión en Galilea (versículo 39). Recordemos lo que significa Galilea en cuanto contexto geográfico, político – religioso y socio – económico. Jesús desarrolló su misión entre las personas sospechosas, peligrosas, marginadas por la gente religiosa de su época. Un verdadero escándalo para su comunidad de fe.

3-    El mensaje aquí y ahora:

Las comunidades cristianas, que queremos seguir a Jesús en el discipulado, tenemos que asumir el escándalo de la Buena Noticia que Él anunció y que llamamos evangelio.

Jesús nos liberó de la ley que oprime, de las creencias que someten, de las tradiciones que dominan, de las doctrinas que controlan, de los ritos que fanatizan. Ese gesto liberador restituyó nuestros derechos humanos y nuestra dignidad, incluyéndonos en una comunidad de iguales, para que hiciéramos lo mismo con aquellas personas víctimas de la sociedad, la cultura y la religión de nuestro tiempo.

La misión de la Iglesia, es dar testimonio de esa Buena Noticia: fuimos liberados para liberar, fuimos incluidos para incluir (Mt 22,1-14), fuimos dignificados para dignificar (Lc 10.9). El Reino de Dios es justicia, paz y alegría (Rom 14,17) y quien diga lo contrario miente, y quien agregue algo más no habla de parte de Jesús.


Buena semana a todas y todos.
+ Julio.

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