Comentarios Queer a la Biblia - Génesis (décima sèptima entrega)
La historia de José el soñador.
Comentarios Queer a la Biblia.
GÉNESIS / BERESHIT
Autor: Michael Carden
Traducción: MCRP (Diversidad Cristiana)
Autor: Michael Carden
Traducción: MCRP (Diversidad Cristiana)
VASHEYEV (37.1 – 40.23)
Violencia y poder aparecen ahora dominante en el relato. Incluso la divinidad ha desaparecido como personaje. “Nos estamos aproximando a la civilización, como la conocemos” (Ostriker 1994: 111) Sin embargo, en esta parasha el principio andrógino, unido otra vez con el tema del último nacido triunfando sobre el primogénito, aparece nuevamente, en el personaje de José, el hijo de Raquel. Más aún, la transgresión sexual, la historia de Tamar, tendrá otra vez un papel crucial con tonos mesiánicos que recuerdan el relato de las hijas de Lot, el final del capítulo 19. Mientras José es el primer hijo de Raquel, ella misma es la hermana más joven, que no concibe hasta que todas las esposas de Jacob han tenido ya hijos. De modo que José es a la vez el más joven y el primero. Este estatus intermedio solo pudo confirmar a José como marcado por el andrógino, pero además, su madre, Raquel, es ella misma marcada a través de su esterilidad inicial. Pero aquí hay otro marcador – es el hijo querido de Jacob/Israel, más que cualquier otro de sus hijos (Génesis 37.3)
Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez, y le hizo una túnica de diversos colores.
El texto nos narra que esto se debe a que José es el hijo de la vejez, pero quizás Jacob ve en él algo de su propia juventud, su abandonado carácter “queer”. Más adelante, Jacob adorna a José con una túnica bordada y ricamente adornada, de muchos colores, como la describe la Septuaginta. Un vestido multicolor es evocador del Arco Iris, ahora muy establecido como símbolo “queer”, pero también en muchas mitologías, evocador de la creación primera, de modo que aquí puede recordar el origen primero del ser humano andrógino.
El Arco Iris es también un signo de esperanza, y - después del Diluvio – es una marca de paz entre creador y creación (Génesis 9. 12-17) El Arco Iris es un puente que une los reinos celeste y terrestre, y es lo celestial o Uranio que está detrás del término, “urning/urnind”, acuñado por Karl Ulrichs, el activista pionero del movimiento LGTB, del siglo XIX. Este activista nombró a los gays y lesbianas como “uranios”. Para Oscar Wilde y otros de su época, el amor uranio era el amor sentido por un joven hermoso por un hombre mayor. Y vale la pena notar que en la tradición Islámica, José es considerado como un hombre extraordinariamente hermoso. El Corán registra la historia de José en el Sutra 12, nombrado Yusuf. En la tradición judía, también, José es la imagen de su hermosa madre, “bonita de formas y bonita para admirar” (Ostriker 1994: 111) Pero esta es una belleza transgresora, sospechosa, como destaca Ostriker, José es un muchacho bonito…la mascota de su padre…los rabinos dicen que se pintaba los ojos y caminaba con pasitos delicados. Mostrando su capa multicolor, que Jacob había hecho para él. Daba vueltas, se abrazaba…Un joven hebreo parecido a Narciso. Con razón sus hermanos lo odiaban (Ostriker 1994: 111-12)
Dando vueltas, en su vestimenta de colores y con los ojos pintados, José es una “reina joven”. Sus hermanos, particularmente los hijos de Lea, lo odian. En la parasha anterior, incluso han recurrido al genocidio para salvar su honra herida. Entonces, no es de asombrarse que se resientan y odien esta afrenta a la hombría normativa.
José no ayuda, con su entrega de un “mal informe de ellos a su padre” (Génesis 37.2)
Esta es la historia de la familia de Jacob: José, siendo de edad de 17 años, apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bila y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre, e informaba José a su padre la mala fama de ellos.
Tampoco ayuda contando sus sueños; estos muestran que recibirá la obediencia de sus hermanos. Es posible ver en estos relatos algo de la autoafirmación de José, en respuesta al acoso, burla e intimidación de sus hermanos. Contar dos veces tales sueños, traiciona una fanfarronería que puede a menudo ser un apoyo para alguien que está sufriendo tal opresión. Las cosas llegan a un clímax cuando Jacob envía a José adonde están sus hermanos, apacentando el ganado cerca de Siquem (Génesis, 37.13)
Y dijo Israel a José: - Tus hermanos apacientan las ovejas en Siquem: ven, y te enviaré a ellos. Y él respondió: - Heme aquí.
Con la ayuda de un extraño que encuentra en el camino, José encuentra a sus hermanos en Dotán.
Al verlo llegar, ellos conspiran para matarlo, y tirar su cuerpo a un pozo. Ruben trata de disuadirlos, y entonces, lo echan vivo al pozo. Judá propone entonces vender a José a los ismaelitas, y decir a Jacob que ha sido asesinado. Los hermanos están de acuerdo, pero José ya ha sido encontrado por unos comerciantes madianitas, que luego lo venden a uno ismaelitas. Los hermanos regresan donde su padre, y le dicen que José fue muerto por un animal; le muestran su túnica, sucia de sangre de cabra, como prueba. Jacob grita: “José…¡¡hecho pedazos!!” (Génesis 37.33)
Y él la reconoció, y dijo:- La túnica de mi hijo es; alguna mala bestia lo devoró; José ha sido despedazado.
Zornberg comenta que el relato de la venta de José es confuso y contradictorio, da un “efecto borroso en el real crimen de los hermanos” (Zornberg 1996: 266) Continúa diciendo Génesis que el grito de Jacob articula “lo que los hermanos habían deseado hacer a José – de hecho, lo que le habían hecho (Zornberg 1996: 266) Ciertamente, como se anota en el Zohar, los hermanos engañan a su padre en forma que recuerda su propia decepción de Isaac. En su caso, él usó cueros de cabra, sus hijos usaron sangre de cabra (Zohar II. 185b-186a) Sin embargo, la observación de Zornberg me recuerda otra interacción padre-hijo: el sacrificio de Isaac.
Tanto en el Judaísmo como en el Islam, hay tradiciones en cuanto a que Jacob no cree a sus hijos, ya sea que fuera inocentes en lo que ocurrió, sin incluso que José estuviera muerto. Deseo sugerir la complicidad de Jacob en lo que sucedió; después de todo, fue Jacob quien envió a José a unirse a sus hermanos. Es interesante, en el relato del Corán, que la complicidad de Jacob sea fuertemente sugerida. Los hermanos se muestran presionando a su padre para que permita a José acompañarlos. Finalmente, Jacob asiente, diciendo: - “Me entristece que ustedes lo lleven lejos: temo que el lobo lo devore mientras ustedes no lo cuidan” (Sura 12.13, del Corán) Ali comenta que “Jacob no conocía el complot directamente, pero tenía sus sospechas…al decir esto, estaba realmente dando una pista a los malvados, porque ellos usan esa misma excusa” (Ali 1938: 553) Jacob no podía haber ignorado la aversión de los hermanos hacia la conducta de José y ciertamente comprendió la importancia de los sueños de José (Génesis 37. 5-10) Se dice que Jacob “mantuvo el asunto en su mente” (Génesis 37.11)
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