Felices Pascuas de Resurrección


Mensaje en la Vigilia Pascual
Semana Santa 2011


La Vigilia Pascual es la celebración más importante del calendario litúrgico cristiano. Ninguna otra fecha se le puede comparar. En ella se celebra el fundamento de nuestra fe, aquello que es creído por todas las personas cristianas de todos los tiempos y en todas partes: la RESURRECCION de Jesús.

La experiencia de la Resurrección es inenarrable. No podemos demostrarlo con hechos y no encontramos las palabras para explicar el ACONTECIMIENTO, pero tenemos la certeza absoluta de que Jesús está presente aquí y ahora. El mismo Jesús que recorrió Israel y pueblos vecinos anunciando la Buena Noticia: la justicia de Dios para las personas vulneradas en sus derechos y su dignidad. El mismo Jesús que se enfrentó a los poderes políticos y religiosos, poniendo al ser humano por encima de las leyes, las tradiciones, las prácticas culturales o religiosas. El mismo Jesús a quien Judas traicionó, Pedro negó, los once apóstoles -todos varones- abandonaron, los sacerdotes pidieron que ejecutaran y el poder romano asesinó y que únicamente un pequeño grupo de mujeres, acompañó hasta su muerte en la Cruz.

-       Este es el primer eje de reflexión en esta vigilia pascual: el grupo de mujeres que acompañó a Jesús.

El mismo grupo de mujeres que abandonó Galilea junto a Jesús y lo acompañaron hasta el Gólgota a las afueras de Jerusalén. El mismo grupo de mujeres que asumió el liderazgo de la Iglesia apostólica: evangelizando a los apóstoles, fundando Iglesias domésticas por todo el imperio romano y liderándolas. El mismo grupo de mujeres, que la Iglesia antigua intentó silenciar, y que la tradición intentó ocultar durante siglos hasta nuestros días, sin lograrlo, porque los nombres de María Magdalena, María la de Santiago, Salomé, Juana y las otras mujeres quedaron para siempre gravados en los Escritos Cristianos, porque ellas fueron las primeras en dar testimonio de Jesús Resucitado, quien las instituyó apóstolas: “Y Jesús les dijo: "No teman; avisen a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí me verán" (Mt. 28,10).

Urge que las Iglesias que nos llamamos cristianas, abandonemos casi dos mil años de historia monárquica patriarcal y demos lugar al proyecto de Jesús: una comunidad inclusiva de iguales.

-       El segundo eje de reflexión de esta vigilia pascual es Galilea, el lugar donde Jesús envía a sus discípulos y discípulas, el lugar donde el Resucitado se revela, el mensajero dice a las mujeres: 'Ha resucitado de entre los muertos, e irá antes que ustedes a Galilea: allí lo verán' (Mt. 28,7); el propio Jesús dice a las mujeres: “avisen a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí me verán" (Mt. 28,10).

Galilea es el lugar teológico de la cristofanía.

Muchas veces hemos comentado que Galilea estaba alejada del Templo de Jerusalén, era habitada por gente empobrecida a causa de los impuestos para el imperio y para la religión, era tierra de revolucionarios zelotes, ubicada en la periferia norte del país influenciada por el intercambio cultural con pueblos paganos. Mientras que Judea y especialmente Jerusalén, donde sucedió la ejecución de Jesús y su resurrección era el centro político y religioso del país por encontrarse allí el Templo.

Jesús Resucitado les envía del lugar sagrado y centro del poder político y religioso al lugar profano y marginal, la periferia, el lugar de la discriminación y la exclusión.  

Urge que las Iglesias que nos llamamos cristianas, abandonemos casi dos mil años de historia centrada en lo sagrado y relacionada al poder y demos lugar al proyecto de Jesús: una comunidad que es testigo del AMOR y la JUSTICIA divina en medio de la Humanidad excluida.

Si no nos ubicamos en el lugar teológico de la exclusión no llegaremos a contemplar al Resucitado porque El eligió ese lugar y no otro (Mt. 25, 31 ss).


-       El tercer eje de reflexión en esta vigilia pascual es el MIEDO que nos produce desinstalarnos, dejar las seguridades, ponernos en camino, establecernos en el lugar teológico de lo profano, en definitiva, convertirnos en discípulas y discípulos de Jesús.

NO TEMAN es como un eco que se repite en todos los textos de resurrección. El mensajero comienza la proclamación de la Resurrección diciendo a las mujeres: “no teman” (Mt. 28,5). Las primeras palabras de Jesús Resucitado son “alégrense” (Mt. 28,9) y “no teman” (Mt. 28,10). Las comunidades cristianas post pascuales tenían la certeza de que en la presencia del Resucitado la JUSTICIA divina había vencido para siempre a la INJUSTICIA humana.

Urge que las Iglesias que nos llamamos cristianas, abandonemos casi dos mil año de seguridades y asumamos el proyecto de Jesús sin temor, construyendo junto a las personas excluidas una comunidades de iguales.

Dios ya hizo lo suyo, ahora, la Pascua depende de nosotros y nosotras.

-       El cuarto eje de reflexión en esta vigilia pascual es nuestra comunidad eclesial.

En estos dos años de caminar juntas y juntos, experimentamos la presencia del Resucitado en nuestras vidas, personales y comunitaria. Tenemos la certeza de que camina junto a nosotros y nosotras. Sabemos que PASCUA implica MISION y progresivamente hemos ido preparándonos para ello.

En el año 2009 comenzamos un ministerio junto a las personas con VIH y SIDA. En la actualidad contamos con acompañamiento pastoral, tanto a personas internadas como en tratamiento ambulatorio, con trabajo conjunto a otras Iglesias cristianas y organizaciones de personas con vih y sida.

En el año 2010 comenzamos otro ministerio junto a las personas GLTTB mientras temíamos convertirnos en una Iglesia que excluyera a heterosexuales. En la actualidad sabemos que somos una Iglesia inclusiva de todas las orientaciones sexuales.

Este año estamos implementando otros dos ministerios. Uno, dirigido hacia las personas adultas mayores. Otro, dirigido a las mujeres en situación de violencia doméstica.

Somos una iglesia pequeña en número de miembros. Somos una iglesia marginal en comparación con otras. Somos una iglesia pobre que ni siquiera tiene un local propio. Sin embargo, tenemos dos fortalezas. En primer lugar nos tenemos un@s a otr@s, para contenernos, apoyarnos, servirnos, fortalecernos. En segundo lugar tenemos la certeza de que el Resucitado nos dice: “tengan presente que yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (Mt. 28,20).

Felices Pascuas de Resurrección.
Julio, obispo.

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