El Libro de Ruth - Aportes de la Biblia Queer

RUTH / Mona West

Partes de este ensayo aparecieron en la antología “Our Families Our Values: Snapshots of Queer Kinship”, editado por Goss and West, 1997.

Traducido de Biblia Queer por nuestra hermana MCRP


INTRODUCCIÓN

Ruth es uno de los dos libros en la Biblia Hebrea, que lleva el nombre de una mujer. Es único en el canon de las escrituras hebreas y en la sociedad patriarcal israelita, porque celebra el amor y devoción de una mujer por otra. Ha habido mucho debate con respecto al material legal en el libro, y su relación con la narrativa. Dos leyes parecen ser destacadas. El Levirato, que ordenaba a un hermano sobreviviente casarse con la viuda de su hermano y tener un hijo varón con ella (Deuteronomio 25.5-10), al que alude Noemí en 1.12-13 y Boaz en 4.7-10. La ley “go’el” requería que un hombre de la familia comprara (redimiera) a un pariente en su tierra (Levítico.25) Esta ley es mencionada a través del libro (2.20; 3-9, 12-13; 4.1,3,4,6,7) Ambas leyes, el levirato y el “go’el” están colocadas en un contexto único cuando se refieren a las situaciones de Ruth, Noemí y Boaz.

Otras leyes que afectan la narración están brillando y “abriendo su capa”. En el capítulo 2, Ruth “aparece” en el campo de Boaz, cuando ella decide aprovechar la ley israelita que beneficia a los pobres, huérfanos, viudas y extranjeros (Levítico 19.9-10; 23.22; Deuteronomio 24.19-22) En el campo de siega, en el capítulo 3, Ruth se declara a Boaz, utilizando la frase “despliega tu capa sobre tu sierva”. Esta frase es símbolo de matrimonio en la tradición israelita (Deuteronomio 22.30; 27.20; Ezequiel 16.8)

Es importante notar que la metáfora y el mensaje de Ruth dependen del interjuego entre la ley y la narrativa dentro del libro. Esta imagen se pierde si el libro se aborda como un tratado legal o un caso de las leyes que contiene. Por el contrario, el material legal debería considerarse como una matriz creativa para el argumento y el desarrollo de los personajes. Las leyes son intencionalmente ambiguas, a efectos de proporcionar posibilidades para que los personajes actúen sobre y más de lo que la sociedad requiere de ellos (sobre esto, puede verse Biale: 1997) Las leyes definen su identidad y desafían su existencia. A medida que cada personaje hace elecciones que van más allá de la letra de la ley, ese personaje se mueve hacia una existencia más auténtica dentro de la narrativa y de la sociedad.

Las estrategias que encontramos en Ruth son esenciales para nuestra misma supervivencia en una sociedad y una cultura que invoca y crea leyes con estrechas definiciones de familia y privilegio procreador, a efectos de excluirnos y perpetuar el odio y la violencia contra nuestra comunidad.


EN EL CAMINO DESDE MOAB HASTA BELÉN (1.1-22)

En cinco cortos versículos, una familia entera se muda desde Belén a Moab, debido a una hambruna; el padre muere, los hijos varones se casan con moabitas. Pasan diez años, los hijos mueren y las tres mujeres quedan viudas y sin hijos. La narración se focaliza rápidamente en la situación de esas tres mujeres: Noemía, la suegra y sus dos nueras: Ruth y Orpah.

Había dolo dos formas en que una mujer podía ser valorada en esta sociedad: como una virgen soltera en casa de su padre, o como una esposa madre en la casa de su esposo. Noemí es una viuda que se queda sin hijos por la muerte de sus dos hijos varones. Como viudas sin hijos, Noemí, Ruth y Orpah son mujeres sin valor y en los márgenes de la sociedad del antiguo Oriente Cercano. Noemí reconoce que tienen opciones limitadas para relaciones y obtener lugares de “seguridad” en esa sociedad. Entonces, dice a sus nueras que la acompañen de regreso a Belén, o tratar de encontrar esposo en la tierra de Moab.

Se nos cuenta que Orpah besa a su suegra, despidiéndose de ella y que Ruth se va con Noemí. Es en este punto en la historia, que Ruth “se muestra” y declara sus verdaderos sentimientos hacia Noemí. En palabras que han sido repetidas tradicionalmente en las ceremonias de bodas heterosexuales, Ruth habla a Noemí:

“No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios.Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Yavé, y aun me añada, que solo la muerte hará separación entre nosotras dos”.

Estas palabras y actitudes presentan la relación física más cercana entre dos mujeres expresada en la Biblia. El término hebreo que describe la cercanía de Ruth a Noemí (davka) es el mismo utilizado en Génesis 2.24 para describir la relación del hombre con la mujer en el matrimonio. El hombre deja a su padre y a su madre y se allega a ella, y los dos se convierten en una sola carne.

En sus palabras de devoción, Ruth nombra a esta relación utilizando términos que la describen cruzando los límites de edad, nacionalidad y religión. Ruth elige contra todo esto quedarse con Noemí – una mujer sin valor que se une a otra, y en su elección, rehúsa aceptar el estatus quo de una sociedad que limita y define sus existencias como inútiles, vacías y marginales, basada en el estatus marital y la habilidad reproductiva.

Ruth es nuestra antecesora “queer”. Ha caminado delante de nosotras y así, nos ofrece un ejemplo. A su propia manera, sabía que “el silencio es igual a la muerte”. Después de todo, Orpah no dice nada. De acuerdo con la historia, ella besa a Noemí para despedirse y rápidamente desaparece. Por el contrario, Ruth sigue valiente, para dar nombre y afirmar nuestras relaciones, asumiendo los aparentemente insuperables riesgos. Nos proporciona un ejemplo de auto-determinación, rehusando aceptar un estatus marginal basado en definiciones patriarcales heterosexuales sobre el matrimonio, la familia y la procreación.

Las palabras de Ruth a Noemí, en 1.16, son palabras para nuestra comunidad. Son pronunciamiento, bendición, credo, himno, poema y declaración, ofreciendo paradigmas para las formas en que nos relacionamos mutuamente en nuestas idas y venidas.


ESTRATEGIAS PARA SOBREVIVIR EN UN CONTEXTO HOSTIL (2.1-23)

En el capítulo 2, se presenta a Boaz en la historia, como un terrateniente rico y un pariente lejano de Noemí. Después de su regreso a Belén, las mujeres se enfrentan a la lucha diaria por encontrar alimentos. La ley israelita proveía mínimamente y los pobres, a través de una ordenanza, podían ir detrás de los cosechadores, para recoger algunos granos que quedaran en el campo. De esta manera, los menos afortunados podían tener algo para hacer el pan. Ruth conoce esta ley y decide ir al campo de Boaz para recoger el grano sobrante. Boaz la ve y de acuerdo con la tradición patriarcal pregunta: - ¿A quién pertenece esta mujer? – Y el capataz de los cosechadores tiene una respuesta interesante: - Pertenece a Noemí.-

Boaz se presenta ante Ruth y los dos acuerdan la relación de parentesco que existe entre Ruth y Noemí. Boaz dice:

“Oye, hija mía, no vayas a espigar a otro campo, ni pases de aquí; y aquí estarás junto a mis criadas”…”He sabido todo lo que has hecho con tu suegra después de la muerte de tu marido, y que dejando a tu padre y a tu madre y la tierra donde naciste, has venido a un pueblo que no conociste antes” (2.11)

Estas palabras de Boaz hacen eco a los términos de devoción que utilizara Ruth en el camino desde Moab a Belén. No solo reconoce Boaz su relación, repitiéndolas, sino que invoca la bendición de Dios sobre ella. “Que Yavé te bendiga por tus acciones y te recompense Yavé, Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte”.

Además de esta bendición, como hombre en una sociedad patriarcal, y el dueño del campo, Boaz ofrece grano extra para Ruth y Noemí, y además protección mientras espiga en sus campos.

Boaz llega a un acuerdo con Ruth, de modo que ella pueda proporcionar alimento para ambas. También el hombre provee para que no sufra Ruth violencia sexual, en una situación riesgosa. Todo esto se hace para que Ruth pueda vivir con Noemí.

Ruth y Boaz proporcionan a la comunidad “queer” de hoy, algunas estrategias para sobrevivir en un contexto hostil. Como Ruth, nos encontramos trabajando dentro de leyes restrictivas para nuestras relaciones y nuestro bienestar – leyes de herencia, de custodia, de salud. Y como Ruth, a menudo tratamos con la amenaza de la violencia física. La estrategia de Ruth y Boaz nos invita a unir fuerzas para crear comunidades en que todas nosotras tengamos igual acceso a los bienes y servicios. Como Boaz, aquellos de nosotros con algún privilegio (los blancos, machos, físicamente sanos, educados y con recursos económicos) pueden usar sus privilegios para resistir las estructuras opresivas e ir más arriba y más allá de la ley, para asegurarnos de que los menos afortunados en nuestra comunidad, tengan lo que necesitan. Ruth y Boaz nos recuerdan que incluso en medio de un ambiente hostil, podemos crear comunidades que afirmen nuestras relaciones, proporcionen protección y nos sostengan.


SOMOS FAMILIA: ¡RUTH, BOAZ Y YO! (3.1-4.11)

Ruth y Noemí viven junas debido al arreglo que hicieran Boaz y Ruth “hasta el final de la cosecha de cebada y trigo”. Al principio del capítulo 3, Noemía se da cuenta de que puede hacerse un arreglo más permanente, de modo que “pueda estar bien” para todos ellos. Sin embargo, tengamos en cuenta que hasta este punto de la historia, Ruth ha tomado todas las estrategias para que ella y Noemí estuvieran juntas, en una sociedad que rehúsa reconocer que su relación tiene algún valor. La estrategia de Noemí que sigue en el capítulo 3, implica directamente el bienestar y la seguridad de Ruth, pero también incluye a Boaz, como un miembro importante de la “familia” que Noemí está a punto de crear.

Noemí conoce – por supuesto – la ley del Levirato y las leyes “go’el” de Israel, pero parece haber alguna ambigüedad en la narración, relacionada con la responsabilidad legal de Boaz, así como la relación sanguínea con Noemí. El libro de Ruth está también lleno de términos y lenguaje que describen la familia y el parentesco. En 3.2, Noemí identifica a Boaz como un “pariente”. Antes, fue identificado como un “pariente” por el lado de su esposo, un miembro de la “tribu” o “clan” del finado esposo de Noemí (2.1), y en 2.20, Noemí lo identifica como “pariente más cercano”.

Todos estos términos y leyes proporcionan algunas interesantes posibilidades narrativas relacionadas con la relación familiar que existge entre Ruth, Boaz y Noemí. Esta última juega con estas ambigüedades para crear una situación en que ella, Boaz y Ruth pueden formar su propia familia, para tener seguridad y bienestar.

El encuentro entre Ruth y Boaz en el borde de la era es similar al primer encuentro en el capítulo 2. Como espigadora en los campos, Ruth aprovecha la ley “go’el” y se declara a Boaz, pidiéndole que extienda su capa sobre ella, porque es su pariente próximo. Ruth repite las palabras que Boaz le dijera en el capítulo 2. El mismo término para “ala”, en 2.12 (kanap) es usado en 3.9 para “capa”. Ruth reclama que Boaz será el medio por el cual ella y Noemí encontrarán refugio bajo el ala del Dios de Israel.

La siega del trigo y la cebada han terminado y el matrimonio es el arreglo alternativo que ella sugiere a Boaz. La respuesta de este, confirma la naturaleza de este arreglo: - Bendita seas tú de Yavé, hija mía; has hecho mejor tu postrera bondad que la primera, no yendo en busca de jóvenes, sean pobre o ricos – (3.10)

Todas estas acciones indican la decisión de los tres para crear su propia familia y define su propia comprensión del parentesco y la responsabilidad de uno con el otro, dentro del contexto de las leyes de herencia y parentesco de la antigua Israel. Estas actitudes son similares a las formas en que las personas “queer” de hoy en día crean familias: un hombre bisexual y dos lesbianas viven juntos con su hijo biológico; un hombre gay es donante de esperma para una pareja de lesbianas y es parte de la paternidad de su niño; tres hombres gay viven juntos como amantes y familia durante 20 años, una madre lesbiana y su compañera viven dos puertas más debajo de su hija lesbiana y su compañera.

Ruth, Noemí y Boaz dan a nuestra comunidad un ejemplo antiguo de las formas en que hemos estado creando nuestras familias. Sin embargo, encontramos que – como nosotros – ellos deben vencer algunas barreras legales, en la creación de su familia. Después que Ruth y Boaz deciden casarse para que los tres formen una familia, Boaz recuerda que hay un pariente más cercano, más cercanamente relacionado con Noemí, que por la ley debería actuar como redentor.

Una vez más es ambiguo el relato en cuanto a la naturaleza exacta de estas leyes, como se aplican para la situación de Ruth y Noemí. Dentro de esta ambigüedad, Boaz manipula la situación legal, de modo que el pariente más cercano abandona su reclamo para redimir a Noemí y su tierra. La escena en la puerta de la ciudad, muestra a Boaz en su mejor papel en la historia. Se dirige al pariente más cercano, dando solo la información suficiente acerca de Noemí y la misteriosa tierra que ella posee. Cuando este pariente está de acuerdo en redimir la tierra, Boaz contesta: “El día en que tú adquieras el terreno de manos de Noemí, también estarás adquiriendo a Ruth la moabita…” Por miedo a dañar su gran herencia debido a Ruth, el pariente pasa su derecho, dejando a Boaz libre para continuar, casándose con Ruth.

Ciertamente, hay formas en que nosotros, en la comunidad “queer” manipulamos las leyes para superar barreras que niegan la legalidad de nuestras relaciones. También buscamos la manera en que nuestras relaciones sean más permanentes y seguras. Hacemos esto a través de testamentos, con abogados y médicos. Tomamos los apellidos uno de otro y en estados y países que lo permiten, celebramos uniones civiles y nos casamos. Las personas trasgénero pueden manipular el sistema heterosexual de “matrimonio”, cuando – como resultado del cambio de uno de sus miembros – pueden casarse “legalmente”.

Ruth, Noemí y Boaz estarían orgullosos de la forma en que nosotros continuamos siguiendo sus estrategias para crear familias y lograr que nuestras relaciones sean reconocidas!


BENDECIR NUESTRAS UNIONES Y AFIRMAR NUESTRAS ESTRATEGIAS DE PROCREACIÓN (4.13-22)

En Ruth 4.13, se nos dice que Ruth y Boaz tienen un hijo varón. Las mujeres de la ciudad de Belén tienen algo interesante que decir en respuesta a este nacimiento. Bendicen el nacimiento y designan al niño como “go’el”. Afirman que el niño será el “restaurador de la vida” para Noemí. Reconocen el amor de Ruth por Noemí (la única vez que el término “amor” se utiliza en toda la narración) y hacen la desafiante afirmación de que ¡Ruth es más para Noemí que siete hijos! Para coronar todo esto, las mujeres nombran al niño “Obed”, diciendo “Un hijo le ha nacido a Noemí”.

En sus palabras y acciones, las mujres reconocen la estrategia de procreación de Ruth y Boaz, que produjo un hijo para Noemí. Su bendición redefine la procreación como dadora de vida. Noemí no es la madre biológica de Obed; sin embargo, las mujeres reconocen que la relación de Ruth con Noemí ha sido dadora de vida; procreadora.

La comunidad “queer” escucha la bendición de nuestras uniones en las palabras de las mujeres de Belén. Reclamamos con ellas que nuestras uniones, nuestro amos, nuestras familias, con o sin niños, son dadoras de vida y procreadoras. Sus palabras son a la vez bendición y promesa: “Bendito sea Yavé, que no te ha dejado este día sin familia”.

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