La transfiguración: cinco interpretaciones alternativas

Mensaje semanal:
La transfiguración: cinco interpretaciones alternativas.

"Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a Juan, el hermano de Santiago, y se fue aparte con ellos a un cerro muy alto. Allí, delante de ellos, cambió la apariencia de Jesús. Su cara brillaba como el sol, y su ropa se volvió blanca como la luz. En esto vieron a Moisés y a Elías conversando con Jesús. Pedro le dijo a Jesús: —Señor, ¡qué bien que estemos aquí! Si quieres, haré tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.

Mientras Pedro estaba hablando, una nube luminosa se posó sobre ellos, y de la nube salió una voz, que dijo: “Este es mi Hijo amado, a quien he elegido: escúchenlo.”

Al oir esto, los discípulos se postraron con la cara en tierra, llenos de miedo. Jesús se acercó a ellos, los tocó y les dijo: —Levántense; no tengan miedo. Y cuando miraron, ya no vieron a nadie, sino a Jesús solo.

Mientras bajaban del cerro, Jesús les ordenó: —No cuenten a nadie esta visión, hasta que el Hijo del hombre haya resucitado.” (Mt. 17,1-9: Versión Biblia de Estudios Dios Habla Hoy).


Surgen varias lecturas e interpretaciones desde el propio texto en nuestro contexto histórico y socio cultural en el que en lugar de dar soluciones nos desafía a buscar nuevas respuestas más allá de lo que históricamente se ha dicho.

Estas respuestas nos generan nuevos cuestionamientos. Nos desafían a desarrollar la creatividad en un mundo totalmente diferente al de aquellos tiempos pero manteniendo la fidelidad al kerigma.

Proponemos cinco lecturas diferentes sobre el relato de la transfiguración.


1. Lectura Cristológica:

Desde esta perspectiva entendemos que así, como Moisés condujo al pueblo de Dios por el desierto, al encuentro de Yavé en el Sinaí, lugar donde se revela el Dios de la Alianza; Jesús conduce al nuevo pueblo de Dios, representado por el núcleo de la comunidad apostólica (Pedro, Santiago y Juan) al encuentro del Padre en el Tabor.

En Jesús finaliza la antigua Alianza, representada por Moisés y Elías, y se inicia la nueva y definitiva Alianza, representada por el núcleo de la comunidad apostólica.

Finalizan las mediaciones humanas en Jesús, el gran MEDIADOR entre la DIVINIDAD y la HUMANIDAD. Dios deja de hablar a través de mediaciones humanas al pueblo de la antigua Alianza y habla directamente a través del Hijo al pueblo de la nueva Alianza; un pueblo sacerdotal, mediador, profético, testigo ante el mundo.

La fidelidad a la experiencia cristocéntrica es uno de los grandes desafíos de la Iglesia. A lo largo de los tiempos, propuso y propone mediaciones humanas y así surge el culto a los santos y las santas, los honores reclamados por clérigos, las atribuciones sacerdotales y episcopales, los nuevos apóstoles en algunas iglesias, las lecturas e interpretaciones descontextualizadas de las Escrituras.

El desafío de la Iglesia de Jesús, en el hoy de la historia humana, es retornar a la experiencia cristocéntrica, reconociendo en Jesús glorificado, al crucificado que nos envía al mundo para transformarlo.


2. Lectura Eclesiológica:

Desde esta perspectiva, podemos identificar en el texto, a la Iglesia, peregrina en el mundo hacia la casa del Padre; una Iglesia diversa en sus expresiones y manifestaciones, representada por el núcleo apostólico, tres personajes históricamente diferentes en su llamada, en su forma de concebir el proyecto mesiánico de Jesús, en su expresión de la fe post pascual; una Iglesia invitada a escuchar a Jesús y dar testimonio ante el mundo.

Una Iglesia peregrina en un mundo, en diálogo y comunión con la Iglesia triunfante, representada en Moisés y Elías; una Iglesia que dio testimonio y ya en la presencia del Padre, está en posesión de las promesas.

Cristo es el punto de encuentro, comunión y plenitud de la Iglesia en su doble dimensión. Él pone en situación y relación con el Padre.


3. Lectura Ecuménica amplia:

Desde esta perspectiva, el texto sugiere el diálogo entre la comunidad cristiana, representada por Pedro, Santiago y Juan, y la comunidad judía, representada por Moisés y Elías.

Jesús es el punto de encuentro entre ambas colectividades. Él es el profeta escatológico, el nuevo legislador, el duplicado superante de Moisés y Elías.

En el Sinaí, Yavé entrega la Ley a través de Moisés. En el Tabor entrega la nueva Ley, superada y llevada a plenitud, a través de Jesús.

Yavé, el Padre de Jesucristo, invita a ambas comunidades a escuchar a Jesús el Mesías: único y definitivo Mediador entre la DIVINIDAD y la HUMANIDAD, a la cual antes Israel y ahora la Iglesia, son enviados a iluminar (Mt. 5,14 cf. Is. 49,6).

Israel, el pueblo de la antigua Alianza, tuvo la misión de llevar al mundo la novedad de que Dios es UNO (Dt. 6,4; Is. 6,3), que es JUSTICIA (Ex. 3,7; Am. 8,4-7; 9,11-14) y que es MISERICORIDA (Os. 6,6; 11,8-9; Ez. 33,11).

La Iglesia, el pueblo de la nueva Alianza, tiene la misión de llevar al mundo la última novedad revelada por Jesús y es que DIOS también es PADRE (Mt. 6,9; Jn.20,17; Rom 8,18-23).


4. Lectura Trinitaria:

Desde esta perspectiva se puede identificar en clave trinitaria todo el texto:

- 3 personajes humanos: Pedro, Santiago y Juan
- 3 personajes en gloria: Jesús, Moisés y Elías.
- 3 chozas: propuesta de Pedro a Jesús.
- 3 veces 3 (3 personajes humanos, 3 personajes en gloria, 3 chozas) junto a la gloria – presencia divina representada en la nube de la montaña.

En la tradición bíblica, tres significa comunidad, perfección, plenitud.

Podría entenderse como la propuesta de Dios a la HUMANIDAD a partir del ser trinitario de la DIVINIDAD. La HUMANIDAD está llamada a participar de la DIVINIDAD.


5. Lectura desde la perspectiva de Género:

Desde esta perspectiva se podría interpretar:

Una primera revelación de Dios sobre el secreto mesiánico de Jesús a la comunidad discipular masculina representada en 3 varones: Pedro, Santiago y Juan, quienes cuando hubo que dar testimonio lo abandonaron y negaron.

Una segunda revelación y definitiva, de Dios sobre el secreto mesiánico de Jesús, a la comunidad discipular femenina representada en 3 mujeres: María Magdalena, María la de Santiago y Salomé (cf. relatos de la resurrección) quienes dieron testimonio y fueron portadoras definitivas de la Buena Noticia a la comunidad y al mundo.

Buena semana para todas y todos.
+ Julio, obispo.

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