Testimonio de Vida: Elredo de Rieval




Elredo nació en Northumbria, entre Inglaterra y Escocia en el año 1110. En 1134 entró a la vida monástica, bajo la Regla de San Benito en un monasterio cisterciense en  Rieval. Escribió varias obras pero dos son destacables: el tratado teológico sobre el amor: De speculo caritatis [el espejo de la caridad] y e tratado sobre la amistad espiritual: De spiritali amicitia [la amistad espiritual]. Murió en su monasterio de Rieval el 12 de enero de 1167.

“Quien se asombra a Elredo vivir sin Simón, es alguien que no supo cuán ameno fue para ambos transitar nuestra vida juntos, en esta tierra. Cuán grande fue nuestro gozo si hubiésemos podido viajar al cielo, el uno en compañía del otro. Entonces, lloro con profunda tristeza, no porque Simón haya partido al cielo, sino porque ha sido mi mano izquierda en esta tierra de soledad”

Escrito por Elredo luego de la muerte de Simón, un monje a quien amó profundamente y que relata así su amistad:

“No hallo ningún consuelo en esta vida, aunque sea pequeño, no tengo alguien con quien pueda unir un afecto íntimo y sentir el abrazo de un amor santo, alguien en quien mi espíritu pueda descansar y pueda derramar mi alma en cuyos cambios amenos, él los apaciguó con canciones. Puedo volar en el duelo, de alguien cuyos besos espirituales, fueron ungüentos terapéuticos. Puedo sentir el cansancio de sus inquietudes, del hombre con quien, pude compartir preocupaciones, ser feliz cuando las cosas iban bien, buscando las respuestas a los problemas, llenarnos de amor y así conducirnos a las profundidades de nuestros corazones, donde la dulzura del Espíritu fluía entre los dos, donde al unirnos nos encontrábamos a sí mismos y su alma mezclada con la mía, llegaba a ser una sola”.

Otro texto de Elredo sobre la amistad dice:

"... nadie puede sufrir el ser feliz careciendo de amigos. Y es comparado a las bestias el hombre que no tiene junto a sí quien con él se alegre en las cosas felices y se contriste en las tristes; el que carece de quien lo distraiga de todo lo que la mente concibe de molesto o que, si a algo fuera de lo común sublime y luminosamente alcanza, no encuentra con quien compartido. ¡Ay del que está solo, porque si cae, no tiene quien lo levante! Está absolutamente solo quien no tiene amigo. Y, ¡cuánta felicidad, seguridad y alegría si tienes alguien a quien te atreves a hablar como a ti mismo," a quien no temes confesar tus yerros, a quien no te sonroja manifestar tu progreso espiritual, a quien confiesas todas las cosas secretas de tu corazón y en cuyas manos pones tus proyectos! ¿Hay fuente de mayor júbilo que la unión de dos almas, que de dos se hacen una, de modo que no teman jactancia ni suspicacia alguna, ni se sientan heridas por la corrección que puedan hacerse, ni deban reprocharse adulación cuando una a la otra encomia?"


Elredo es designado el santo patrono de la amistad gltb.

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