Gestación subrogada: Posición de la Iglesia Antigua – Diversidad Cristiana
Declaración de la IADC sobre la gestación subrogada
Presentación
La Iglesia Antigua –
Diversidad Cristiana nos caracterizamos por estar en una permanente tensión
entre lo sagrado y lo mundano. Ciertamente entendemos que el ser cristiano es
estar en diálogo permanente con la sociedad y la cultura contemporáneas. En
esta línea hemos abordado junto a otras iglesias hermanas temas propios de este
tiempo y confeccionamos una “agenda pastoral” con la finalidad de establecer
criterios comunes, como iglesias cristianas, de tradición católica y
apostólica. Uno de esos temas es el que nos convoca.
Conscientes de que la
potestad de los Obispos en nuestra iglesia se manifiesta en asuntos de
gobierno, fe y doctrina; considerando que la temática de la gestación subrogada
es un asunto doctrinal en cuanto que está en juego el origen de la vida humana
y su destino luego del nacimiento; es que tomamos posición al respecto en esta
“declaración” que se suma a otros documentos eclesiales que constituyen el
Magisterio de la IADC; no obstante, considerando que el tema en sí mismo tiene
consecuencias de índole ético, social, cultural y jurídico, es que diseñamos
una consulta sobre gestación subrogada que elevamos a la Cámara del Clero y que
fue contestada por varios hermanos y otra consulta a la futura Cámara de Laicos
y Laicas recogiendo sus opiniones; considerando además que involucra el derecho
a la maternidad y a la paternidad de personas que por diversas razones se
encuentran imposibilitadas de ejercerla, un ejemplo de ello son las parejas del
mismo sexo, realidad que la IADC apoya y celebra, pero no el único.
Recibido el aporte de
ambas Cámaras del Sínodo presentamos nuestro posicionamiento al respecto de la
gestación subrogada. Nuestro agradecimiento a quienes aportaron a la presente
“declaración”.
20 de enero de 2018, día
en que la IADC recuerda a la Matriarca Sara
+Julio Vallarino.
Obispo de la Iglesia Antigua – Diversidad Cristiana.
Introducción
La gestación subrogada
es una práctica por la cual una mujer cursa un embarazo para una persona o
pareja ajena. Frente a esta situación, nos sentimos con el deber de dar nuestra
opinión ya que enfrentamos aspectos éticos, legales y sociales que están
estrechamente ligados a los derechos humanos y la dignidad humana.
Hay que desterrar el
concepto comercial y consumista asociado al término “vientre de alquiler” si
bien entendemos y reconocemos que en las últimas décadas del siglo pasado fue
un tema ampliamente debatido tanto por algunos gobiernos, como por las iglesias
de tradición y la sociedad en general.
1.
Reconocemos que existen varios tipos de
gestación subrogada, en efecto, la primera es la subrogación parcial, es decir,
cuando la madre gestante aporta su óvulo para la fecundación estableciéndose
una relación genética con el embrión; la segunda es la subrogación plena, es
decir, cuando la madre gestante no tiene relación genética con el embrión
puesto que el óvulo es de otra mujer; la tercera es la subrogación comercial,
es decir, cuando la madre gestante percibe una contraprestación por la
gestación; la cuarta es la subrogación altruista, es decir, cuando la madre
gestante no participa de un acto comercial, aunque reciba compensación
económica por aspectos concretos vinculados al proceso gestatorio: gastos
médicos, ingresos limitados o restringidos por no poder trabajar durante el
embarazo, de forma total o parcial, teniendo un matiz compensatorio pero no
lucrativo; la quinta es la subrogación intrafamiliar, es decir, cuando la madre
gestante tiene relación de parentesco con quienes serán madre y/o padre,
considerándose en esta situación, una complejización de la problemática ética
en cuanto que, podría ser equivalente a una relación de gestación por incesto o
consanguineidad; finalmente, una sexta forma es la subrogación extra familiar,
es decir, donde la madre gestante no tiene vínculos afectivos ni consanguíneos
con la pareja que ejercerá maternidad y paternidad.
2.
Reconocemos que la adopción puede ser
una solución para evitar la gestación subrogada, considerando la cantidad de
niños, niñas y adolescentes que se encuentran institucionalizados esperando una
familia adoptante. No obstante, identificamos dos grandes obstáculos: por una
parte, la lentitud de los trámites y gestiones vinculadas al proceso de
adopción que en la mayoría de los casos lleva varios años con la consiguiente
frustración de la pareja adoptante y del niño, niña o adolescente adoptado y
esta es una regla y no una excepción en nuestros países latinoamericanos; por
otra parte, el régimen legal del sistema de adopciones estable una barrera, en
muchos países, a las parejas del mismo sexo.
3.
Reconocemos que la gestación subrogante
es la generación responsable de vida; vida deseada a la que seguramente se le
garantizará un proyecto amoroso capaz de acompañar el crecimiento y desarrollo
de las distintas etapas evolutivas del niño o niña. En este punto, destacamos
que familia no se edifica sobre la consanguineidad sino sobre el afecto,
declarando enfáticamente que “familia es quien te quiere bien”.
4.
Reconocemos la necesidad de legislar al
respecto para garantizar la accesibilidad de todas las personas a la maternidad
– paternidad responsables y amorosas, la igualdad de condiciones entre quienes
pueden pagar y quienes no. Efectivamente, el sistema político debiera evitar la
comercialización a través de “vientres de alquiler” estableciendo un sistema
claro, ágil y justo que garantice las gestaciones subrogadas, donde prime el
amor, el respeto a la vida y el cuidado de la vida gestada.
Como cristianos y
católicos, no podemos dejar de reconocer que en las Sagradas Escrituras tenemos
fundamentos sólidos para apoyar la gestación subrogada altruista; en efecto,
realizando una exégesis y hermenéutica responsables y con honestidad
intelectual encontramos los argumentos a favor en Gn 16 donde se relata la
historia de Agar, esclava de Sara y de su hijo Ismael, es decir, el judaísmo y
el cristianismo surgen de una gestación subrogada.
Gestación
subrogada en Génesis 16 y 30
“Sarai
no podía darle hijos a su esposo Abram, pero tenía una esclava egipcia que se
llamaba Agar. Entonces le dijo a Abram: —Mira, el Señor no me ha permitido
tener hijos, pero te ruego que te unas a mi esclava Agar, pues tal vez tendré
hijos por medio de ella.
Abram
aceptó lo que Sarai le dijo, y entonces ella tomó a Agar la egipcia y se la dio
como mujer a Abram, cuando ya hacía diez años que estaban viviendo en Canaán.
Abram se unió a Agar, la cual quedó embarazada; pero cuando se dio cuenta de su
estado comenzó a mirar a su señora con desprecio. Entonces Sarai le dijo a
Abram: —¡Tú tienes la culpa de que Agar me desprecie! Yo misma te la di por
mujer, y ahora que va a tener un hijo se cree más que yo. Que el Señor diga
quién tiene la culpa, si tú o yo.
Y
Abram le contestó: —Mira, tu esclava está en tus manos; haz con ella lo que
mejor te parezca.
Entonces
Sarai comenzó a maltratarla tanto, que Agar huyó. Pero un ángel del Señor la
encontró en el desierto, junto al manantial que está en el camino de Sur, y le
preguntó: —Agar, esclava de Sarai, ¿de dónde vienes, y a dónde vas? —Estoy
huyendo de mi señora Sarai —contestó ella. Entonces el ángel del Señor le dijo:
—Regresa al lado de tu señora, y obedécela en todo.
Además
el ángel del Señor le dijo: “Aumentaré tanto tus descendientes, que nadie los
podrá contar. Estás encinta y tendrás un hijo, y le pondrás por nombre Ismael, porque
el Señor escuchó tu aflicción. Será
arisco como un potro salvaje; luchará contra todos, y todos contra él; pero él
afirmará su casa aunque sus hermanos se opongan.”
Como
Agar había hablado con el Señor, le llamó “el Dios que ve”, pues se decía:
“Dios me ha visto y todavía estoy viva.” También por eso el pozo se llama:
“Pozo del que vive y me ve”. Este pozo está entre Cadés y Béred. Y Agar le dio
un hijo a Abram, y él lo llamó Ismael. Abram tenía ochenta y seis años cuando
Ismael nació (Gn 16,1-16).
Otro texto bíblico
donde se realiza la gestación subrogada es el de Gn 30,1-13, el relato de
Raquel, Lía, sus esclavas y Jacob:
Cuando
Raquel vio que ella no podía darle hijos a Jacob, sintió envidia de su hermana
Lía, y le dijo a su esposo: —Dame hijos, porque si no, me voy a morir.
Pero
Jacob se enojó con ella y le dijo: —¿Acaso soy Dios? Él es quien no te deja
tener hijos.
Entonces
ella le dijo: —Mira, toma a mi esclava Bilhá y únete con ella; y cuando ella
tenga hijos, será como si yo misma los tuviera. Así podré tener hijos. De esta
manera Raquel le dio a Jacob su esclava Bilhá, para que fuera su concubina.
Jacob se unió con Bilhá, 5y ella le dio un hijo a Jacob. Entonces Raquel dijo:
“Este niño se va a llamar Dan, porque Dios oyó mi oración y me hizo justicia al
darme un hijo.” Después Bilhá le dio otro hijo a Jacob, y Raquel dijo: “Este
niño se va a llamar Neftalí, porque he luchado mucho contra mi hermana y la he
vencido.”
Cuando
Lía vio que ya no podía tener hijos, tomó a su esclava Zilpá y se la dio a
Jacob para que fuera su concubina. Y cuando Zilpá le dio un hijo a Jacob, Lía
dijo: “¡Qué suerte! Por eso el niño se va a llamar Gad.” Después Zilpá le dio
otro hijo a Jacob, y entonces Lía dijo: “¡Qué felicidad! Ahora las mujeres
dirán que soy feliz. Por eso el niño se va a llamar Aser (Gn 30,1-13).
Estos textos bíblicos,
sin lugar a dudas, presentan ejemplos de lo que hoy llamamos gestación
subrogada. Siendo la esposa legítima estéril, entrega a su marido una de sus
esclavas como concubinas sin perder su rango de esposa y sus derechos
conyugales.
En la cultura judía la
procreación era entendida como un don de Dios, una participación en la
bendición prometida (Gn 12). La gestación era motivo de gozo y fiesta (Lc
1,39-56).
¿Por qué no continuar
con la bendición prometida en cristianismo? ¿Por qué interrumpir el gozo y la
fiesta que significa la gestación de una nueva vida que es querida y buscada
con amor? ¿Acaso el cristianismo no tiene su origen en el judaísmo?
Estos párrafos de las
Sagradas Escrituras nos permiten fundamentar que en una relación amorosa entre
dos personas, sin importar su género, sexo u orientación sexual, donde no se
pueda llevar adelante la gestación de una nueva vida por las razones que sea,
una opción posible, entre otras, es la gestación subrogada.
En
conclusión:
Nosotros y nosotras,
quienes formamos parte de la Iglesia Antigua – Diversidad Cristiana:
1.
Apoyamos toda gestación humana producto
del amor entre dos personas.
2.
Exhorta a los gobiernos a hacer más
ágiles los trámites de adopción de niños y niñas en situación de abandono que
se encuentran institucionalizados.
3.
Recomendamos a los gobiernos la
flexibilización del sistema de adopción incluyendo a las parejas del mismo
sexo.
4.
Apoyamos la gestación subrogada
solidaria y altruista como forma de extender la “bendición prometida” a todas
las parejas fundamentando nuestra posición en los textos bíblicos antes
mencionados.
5.
Urgimos a los gobiernos a legislar en
materia de gestación subrogada de manera que se promueva la equidad con
justicia y solidaridad para todas las parejas.
Con la confianza en
Dios, “que es rico en misericordia” (Ef 2,4) los pastores de la Iglesia Antigua
– Diversidad Cristiana, que nos sentimos parte de la Iglesia de Jesucristo,
Una, Santa, Católica y Apostólica establecimos nuestra posición en relación a
la gestación subrogada, a los dieciocho días del mes de enero del año dos mil
dieciocho.
Cámara de Obispos de la
IADC.
Cámara del Clero de la
IADC.
Cámara (en formación)
de Laicos y Laicas.
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