Aproximación a un Estudio Histórico Crítico del texto de Mc. 9,2-8
Traducción del texto
(crítica textual)
Consciente que para realizar un estudio bíblico es necesario recurrir a las fuentes
escriturísticas realizando las traducciones correspondientes, pero limitado por
un conocimiento no profesional de la lengua griega recurro a dos versiones
comparadas de las Escrituras.
Utilizo dos versiones del mismo texto como forma de
ampliar las posibilidades de comprensión de la perícopa, en el entendido que
toda traducción es una interpretación.
Las traducciones utilizadas para este trabajo son la Biblia Reina Valera
(versión 1995) y la Biblia de Jerusalén
(versión 1976).
BRV 1995
2 Seis días después,
Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan, y los llevó aparte solos a un monte
alto. Allí se transfiguró delante de ellos. 3 Sus vestidos se volvieron
resplandecientes, muy blancos, como la nieve, tanto que ningún lavador en la
tierra los puede dejar tan blancos 4 Y vieron a Elías y a Moisés que hablaban
con Jesús. 5 Entonces Pedro dijo a Jesús: —¡Maestro, bueno es para nosotros que
estemos aquí! Hagamos tres 6 pues no sabía qué responder ya que estaban
atemorizados. 7 Entonces se formó una nube que les cubrió con su sombra, y vino
una voz desde la nube: «Este es mi Hijo amado, escuchadle.» 8 Y de pronto,
mirando en derredor, ya no vieron a nadie más que a Jesús solo con ellos.
BJ 1975
2 Seis días después, toma
Jesús consigo a Pedro, Santiago y Juan, y los lleva, a ellos solos, aparte, a
un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos 3 y sus vestidos se volvieron
resplandecientes, muy blancos, tanto que ningún batanero en la tierra sería capaz
de blanquearlos de ese modo. 4 Se les aparecieron Elías y Moisés, y conversaban
con Jesús. 5 Toma la palabra Pedro y dice a Jesús: «Rabbí, bueno es estarnos
aquí. Vamos a hacer tres tiendas, enramadas:
una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. 6 No sabía lo que hablaba,
pues estaban asustados. 7 Entonces vino una nube que les hizo sombra, y desde
la nube una voz que decía: «Este es mi Hijo amado; a él oíd». 8 Y luego, cuando
miraron, no vieron a nadie más con ellos, sino a Jesús solo.
A.EXEGESIS
I. Consideraciones
Literarias
1. Delimitación
(Crítica literaria).
1.1.
El texto en su contexto:
El contexto de esta perícopa va desde Mc. 8,31 a 11,11, texto en el
que Jesús da a conocer su misión y revela su muerte.
El relato de la transfiguración se encuentra ubicado
entre dos anuncios de la pasión Mc. 8,31-33 y 9,30-32 y dos invitaciones al
seguimiento radical Mc. 8,34-38 y 9,33-37.
1.2.
El texto en sí mismo:
Anterior a Mc. 9,2 se relata la manifestación del
Reino de Dios con poder en el versículo 9,1:
“Les decía también: «Yo
os aseguro que entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte
hasta que vean venir con poder el Reino de Dios»”.
Posterior a Mc. 9,8 se relata el secreto mesiánico
(vv. 9) y el retorno de Elías (vv 10 al 13):
9 “Y cuando bajaban del monte les ordenó que a nadie contasen lo
que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. 10 Ellos observaron esta recomendación,
discutiendo entre sí qué era eso de «resucitar de entre los muertos.» 11 Y le preguntaban: «¿Por qué dicen los
escribas que Elías debe venir primero?» 12 El
les contestó: «Elías vendrá primero y restablecerá todo; mas, ¿cómo está
escrito del Hijo del hombre que sufrirá mucho y que será despreciado? 13 Pues
bien, yo os digo: Elías ha venido ya y han hecho con él cuanto han querido,
según estaba escrito de él»”
2. Género
y forma (Crítica de las formas).
La perícopa en estudio pertenece al género literario
“evangelio” y la forma utilizada es de “narraciones cristológicas o
cristofanías” caracterizadas por escenas de glorificación y/o epifanía, muy
escasa en este tipo de géneros literarios.
Marcos es quien introduce el término “evangelio” en el
vocabulario cristiano para referirse a su kerigma.
El evangelio de Marcos supone fuentes propias: relato
de milagros, relato de la pasión y tal vez un proto Marcos. Además reelabora
los dichos de Jesús con la finalidad de que resulten accesibles a todas las
personas.
Según algunos biblistas el uso de múltiples semitismos
encontrados en los versículos 3-8 del capítulo en cuestión, a lo que se suma la
poca frecuencia de palabras del hagiógrafo, estaría indicando que la narración
es primitiva y de origen palestino.
3. Organización textual
narrativa.
3.1. Secuencia narrativa:
En esta perícopa se identifican claramente dos
episodios unidos por un comentario o evaluación del hagiógrafo (v. 6).
El primer episodio está compuesto por los versículo
2a-5, en que Jesús lleva a los discípulos a un cerro alto (orientación), se
trasfigura en presencia de ellos y entra en diálogo con Elías y Moisés
(complicación), y finaliza con las manifestaciones de Pedro en el versículo 2
(resolución).
Orientación:
“Seis días después, toma Jesús consigo a Pedro,
Santiago y Juan…” (vv 2a).
Complicación:
“… y los lleva, a ellos solos, aparte, a un monte
alto. Y se transfiguró delante de ellos y sus vestidos se volvieron
resplandecientes, muy blancos, tanto que ningún batanero en la tierra sería
capaz de blanquearlos de ese modo. Se les aparecieron Elías y Moisés, y
conversaban con Jesús…” (vv. 2b-4).
Resolución:
“Toma la
palabra Pedro y dice a Jesús: «Rabbí, bueno es estarnos aquí.
Vamos a
hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías»”
(vv. 5);
Finaliza el episodio con
un comentario del hagiógrafo a manera de
evaluación:
“… pues no
sabía qué responder ya que estaban atemorizados…”
(vv. 6).
El segundo episodio se extiende desde el versículo 6
al 8, en que narra la situación de miedo y desconcierto de los discípulos
(orientación), la manifestación de Dios a través de la nube y la voz
ratificando la filiación de Jesús (complicación) y finaliza con los discípulos
solos con Jesús (resolución).
Orientación:
“Entonces se formó una nube que les cubrió con su
sombra” (vv. 7a),
Complicación:
“… y vino una voz desde la nube: «Este es mi Hijo
amado, escuchadle»” (vv
7b).
Resolución:
“Y de pronto, mirando en derredor, ya no vieron a
nadie más que a Jesús solo con ellos” (vv. 8).
4. Secuencia
Descriptiva:
A continuación se presenta una descripción analítica
de la organización textual de Mc. 9,2-8. El primer episodio, comprendido por los versículos 2a
– 5, es una secuencia compleja donde:
a) en la orientación (vv. 2a) se desarrolla una
descripción interna compuesta por:
- un tema: Jesús,
- una puesta en relación a través de una
situación temporal: “seis días después”
- y otra situación espacial: “un cerro
alto”;
b) en la complicación (vv. 2b – 4) se desarrolla otra
descripción interna compuesta por:
- un tema: la ropa de Jesús,
- los aspectos – propiedades de dicha ropa:
brillantes,
- y una comparación (puesta en relación –
asimilación): más blanca.
El segundo episodio, comprendido por los versículos 6
– 8 es una secuencia simple.
5. Estructura manifiesta
(crítica estructural).
El hagiógrafo utilizó como “molde” una estructura
simétrica en forma de estructura concéntrica:
El binomio AA´ corresponde a los versículos 2 y 8
presentando a Jesús con sus discípulos antes y después de la transfiguración.
Según Lohmeyer los “seis días” se pueden atribuir a la
tradición sagrada (Ex. 24,16) entendiendo este relato como un producto
teológico de la comunidad cristiana. Según Vincent Taylor, a excepción de los
relatos de la pasión, no hay en el evangelio de Marcos otra indicación temporal
de tanta precisión como la que se presenta en este relato (Mc. 9,2).
Sitúa a los personajes en un “monte”. Es importante
destacar que en todas las Escrituras Hebreas pero especialmente los relatos del
Éxodo “el monte” o “montaña” es un lugar sagrado donde se revela por excelencia
YHWH (Gn. 22,2; Ex. 3,1-3; 19,16; 24,16).
El binomio BB¨ corresponde a los versículos 3-4a y 7
presentando a Jesús transfigurado en diálogo con Elías y Moisés, asociado a la
presencia – gloria de YHWH (la nube y sombra sobre la montaña).
Un Jesús glorificado (ropa blanca, brillante),
temporalmente glorificado pero como anticipo futuro. En diálogo con Elías y
Moisés, dos personajes fundamentales en la historia de Israel. Ambos profetas
asociados a la Ley:
Moisés quién conduce a las tribus hebreas por el desierto hacia la tierra
prometida y en el Horeb pacta Alianza con YHWH quien entrega las tablas de la Ley; Elías quién defiende la Alianza cuando las tribus
hebreas ya instaladas en la tierra prometida rinden culto a otros dioses.
Cada uno de ellos con su propia especificidad. Moisés:
líder, profeta y legislador representa a la Ley; Elías, profeta que continúa con la tradición
extática y precursor de los rapsodistas (profetas escritores) representa a la
tradición profética.
Por otra parte, se esperaba el retorno de Elías como
precursor del Mesías (Mal. 4,5-6 = 3,23-24).
Este episodio cristofánico está asociado a las
teofanías del Éxodo donde se hace manifiesta la gloria de YHWH a través de nube
– sombra - voz (Ex. 13,12; 16,10; 19,9.16; 24,16; 33,9-10; 40,34-38; Lv. 16,2;
Nm. 11,25).
Claramente el hagiógrafo está haciendo referencia a
Dt. 18, 15: el profeta escatológico que como Moisés hablará al pueblo de parte
de YHWH. Ciertamente aplica la teoría bíblica del duplicado superante:
Moisés legislador – Jesús nuevo y definitivo
legislador; Elías profeta de la Alianza – Jesús nuevo y
definitivo profeta de la
Nueva Alianza.
Jesús posibilita el encuentro entre las dos
comunidades elegidas por YHWH en el transcurso de la historia: el pueblo hebreo
representado por Moisés y Elías depositario de la primera Alianza con el pueblo
cristiano representado por Pedro, Santiago y Juan depositario de la última y
definitiva Alianza.
A juicio de Lohmeyer las ideas que se relatan en estos
versículos pertenecen a la apocalíptica judía y presentan a Jesús como el Hijo
del Hombre en gloria manifestándose al núcleo de la comunidad escatológica
(Pedro, Santiago y Juan). Según Vincent Taylor Mc. 9,7b es la afirmación
mesiánica de Jesús por parte de Dios y remite directamente a la declaración de
Pedro en Mc. 8,29:
Mc. 9,7:
“Entonces se formó una nube que les cubrió con su
sombra, y vino una voz desde la nube: «Este es mi Hijo amado, escuchadle»”.
Mc. 8,29:
“Y él les preguntaba: «Y vosotros, ¿quién decís que
soy yo?» Pedro le contesta: «Tú eres el Cristo»”.
El núcleo de la estructura manifiesta, el mensaje
originario, corresponde a los versículos
4b-6 donde presenta el desconcierto y el temor de los discípulos frente al
acontecimiento.
La transfiguración, un episodio de glorificación entre
dos anuncios de la pasión y dos invitaciones al seguimiento radical, es un
texto para los discípulas y las discípulas de Jesús. Está dirigido a la
comunidad cristiana que creía en la resurrección.
El secreto mesiánico es revelado a la nueva comunidad
(pueblo en alianza) mediador y sacerdotal (Mc. 9,2b-7).
A
“Seis días después, toma Jesús consigo a Pedro,
Santiago y Juan, y los lleva, a ellos solos, aparte, a un monte alto. Y se
transfiguró delante de ellos” (vv 2),
B
“y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy
blancos, tanto que ningún batanero en la tierra sería capaz de blanquearlos de
ese modo (vv 3). Se les aparecieron Elías y Moisés, y conversaban con Jesús
(vv. 4).
X
“Toma la palabra Pedro y dice a Jesús: «Rabbí, bueno
es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y
otra para Elías» (vv 5); pues no sabía qué responder ya que estaban
atemorizados” (vv 6)
B´
“Entonces se formó una nube que les cubrió con su
sombra, y vino una voz desde la nube: «Este es mi Hijo amado, escuchadle.» (vv
7)
A´
“Y de pronto, mirando en derredor, ya no vieron a
nadie más que a Jesús solo con ellos” (vv 8).
La estructura manifiesta de la perícopa, a su vez está
compuesta por una serie de paralelismos que refuerzan los conceptos vertidos
anteriormente.
Un paralelismo sintético al inicio que profundiza y
continúa la idea del versículo anterior: la transfiguración (vv. 3):
-
y sus vestidos se volvieron resplandecientes,
-
muy blancos,
-
tanto que ningún batanero en la tierra sería capaz de blanquearlos
de ese modo.
De esta forma refuerza la experiencia de la
cristofanía queriendo expresar el origen divino del resplandor.
Un paralelismo sinomínico: nube – sombra, voz –
escuchadle (vv.7):
-
Entonces se formó una nube
-que les cubrió con su
sombra,
-y vino una voz desde la
nube:
-«Este es mi Hijo amado,
escuchadle.»
De esta forma relaciona el acontecimiento de la
cristofanía sobre el Tabor. con la
teofanía sobre el Horeb. Finalmente en el versículo 8 se presenta un
paralelismo antitético: mirando – no vieron:
-
Y de pronto, mirando en derredor,
-ya no vieron a nadie más
que a Jesús solo con ellos.
-
El nuevo pueblo tiene un nuevo guía. Ya no es Moisés
la referencia para el pueblo de Dios sino Jesús, Dios entre su pueblo (Is.
7,14b; Mt. 28,20b).
II. Relaciones
Intertextuales
El relato combina el esquema de las teofanías del
Éxodo y Deuteronomio (monte, nube, sombra, voz) con las narraciones
apocalípticas del Hijo del Hombre de Daniel (Hijo del Hombre, vestiduras
blancas). Anterior a Marcos no tenemos fuentes cristianas escritas
identificadas para comparar la influencia que tuvieron en él, si bien sabemos
que contó con ellas (relatos de parábolas, relatos de la pasión y resurrección,
dichos y hasta un proto Marcos), por lo tanto las relaciones intertextuales se
realizan únicamente con textos de las Escrituras Hebreas.
1. Concordancias
A continuación se presentan los textos que entendemos
utilizó el hagiógrafo como base literaria y teológica para la redacción de la
perícopa:
1.1.
Mc. 9,2a: “seis días después...”
Ex. 24,16:
“La gloria de Yahveh descansó sobre el monte Sinaí y
la nube lo cubrió por seis días. Al séptimo día, llamó Yahveh a Moisés de en
medio de la nube”.
1.2.
Mc. 9,2b: “... Pedro, Santiago y Juan...”
Dt. 19,15:
“Un solo testigo no es suficiente para convencer a
un hombre de cualquier culpa o delito; sea cual fuere el delito que haya cometido, sólo por declaración de
dos o tres testigos será firme la causa”.
Ex. 24,1:
“Dijo a Moisés: «Sube donde Yahveh, tú, Aarón, Nadab
y Abihú, con setenta de los ancianos de Israel; os postraréis desde lejos”.
Nm.11,16-17:
“Yahveh respondió a Moisés: «Reúneme setenta
ancianos de Israel, de los que sabes que son ancianos y escribas del pueblo.
Llévalos a la Tienda
del Encuentro y que estén allí contigo. Yo bajaré a hablar contigo; tomaré
parte del espíritu que hay en ti y lo pondré en ellos, para que lleven
contigo la carga del pueblo y no la
tengas que llevar tú solo”.
Nm. 11,24-25:
“Salió Moisés y transmitió al pueblo las palabras de
Yahveh. Luego reunió a setenta ancianos del pueblo y los puso alrededor de la Tienda. Bajó Yahveh
en la Nube y le
habló. Luego tomó algo del espíritu que había en él y se lo dio a los setenta
ancianos. Y en cuanto reposó sobre ellos el espíritu, se pusieron a profetizar,
pero ya no volvieron a hacerlo más”.
1.3. Mc. 9,2c: “... un
monte alto”
Ex. 19,16:
Al tercer día, al rayar el alba, hubo truenos y
relámpagos y una densa nube sobre el monte y un poderoso resonar de trompeta; y
todo el pueblo que estaba en el campamento se echó a temblar.
Ex. 24,16:
La gloria de Yahveh descansó sobre el monte Sinaí y
la nube lo cubrió por seis días. Al séptimo día, llamó Yahveh a Moisés de en
medio de la nube.
1.4. Mc. 9,2d – 3: “Y se
transfiguró delante de ellos y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy
blancos, tanto que ningún batanero en la tierra sería capaz de blanquearlos de
ese modo”
Ex. 34,29-35:
“Luego, bajó Moisés del monte Sinaí y, cuando bajó
del monte con las dos tablas del Testimonio en su mano, no sabía que la piel de
su rostro se había vuelto radiante, por haber hablado con él. Aarón y todos los
israelitas miraron a Moisés, y al ver que la piel de su rostro irradiaba,
temían acercarse a él. Moisés los llamó. Aarón y todos los jefes de la
comunidad se volvieron a él y Moisés habló con ellos. Se acercaron a
continuación todos los israelitas y él les conminó cuanto Yahveh le había dicho
en el monte Sinaí. Cuando Moisés acabó de hablar con ellos, se puso un velo sobre
el rostro. Siempre que Moisés se presentaba delante de Yahveh para hablar con
él, se quitaba el velo hasta que salía, y al salir decía a los israelitas lo
que Yahveh había ordenado. Los israelitas veían entonces que el rostro de
Moisés irradiaba, y Moisés cubría de nuevo su rostro hasta que entraba a hablar
con Yahveh”.
1.5. Mc. 9,4: “Se les
aparecieron Elías y Moisés, y conversaban con Jesús”.
Mal. 4,5-6 (= 3,23-24):
He aquí que yo os envío al profeta Elías antes que
llegue el Día de Yahveh, grande y terrible. El hará volver el corazón de los
padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres; no sea que venga yo
a herir la tierra de anatema.
1.6. Mc. 9,5: “Toma la
palabra Pedro y dice a Jesús: - Rabbí, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer
tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”.
Ex. 23,16:
“También guardarás la fiesta de la Siega, de las primicias de
tus trabajos, de lo que hayas sembrado en el campo; y la fiesta de la Recolección al término
del año, al recoger del campo los frutos de tu trabajo”.
Ex. 34,22:
“Celebrarás la fiesta de las Semanas: la de las
primicias de la siega del trigo, y también la fiesta de la recolección al final del año”.
1.7. Mc. 9,6: “… pues no
sabía qué responder ya que estaban atemorizados”.
Ex. 19,16:
“Al tercer día, al rayar el alba, hubo truenos y
relámpagos y una densa nube sobre el monte y un poderoso resonar de trompeta; y
todo el pueblo que estaba en el campamento se echó a temblar”.
1.8. Mc. 9,7a: “Entonces se
formó una nube que los cubrió con su sombra…”
Ex. 13,22:
“No se apartó del pueblo ni la columna de nube por
el día, ni la columna de fuego por la noche”.
Ex.16,10:
“Aún estaba hablando Aarón a toda la
comunidad de los israelitas, cuando ellos miraron hacia el desierto, y he aquí
que la gloria de Yahveh se apareció en forma de nube”.
Ex. 19,9:
“Dijo Yahveh a Moisés: -Mira: voy a presentarme ante
ti en una densa nube para que el pueblo me oiga hablar contigo, y así te dé
crédito para siempre-“.
Ex. 19,16:
“Al tercer día, al rayar el alba, hubo truenos y
relámpagos y una densa nube sobre el monte y un poderoso resonar de trompeta; y
todo el pueblo que estaba en el campamento se echó a temblar”.
Ex. 24,16:
“La gloria de Yahveh descansó sobre el monte Sinaí y
la nube lo cubrió por seis días. Al séptimo día, llamó Yahveh a Moisés de en
medio de la nube”.
Ex. 33,9-10:
“Y una vez entrado Moisés en la tienda, bajaba la
columna de nube y se detenía a la puerta de la Tienda, mientras Yahveh hablaba con Moisés. Todo el pueblo
veía la columna de nube detenida a la puerta de la Tienda y se levantaba el
pueblo, y cada cual se postraba junto a la puerta de su tienda”.
Ex. 40,34-38:
“La
Nube cubrió entonces la Tienda del Encuentro y la gloria de Yahveh llenó la Morada. Moisés no
podía entrar en la Tienda
del Encuentro, pues la Nube
moraba sobre ella y la gloria de Yahveh llenaba la Morada. En todas las
marchas, cuando la Nube
se elevaba de encima de la
Morada, los israelitas levantaban el campamento. Pero si la Nube no se elevaba, ellos no
levantaban el campamento, en espera del día en que se elevara. Porque durante
el día la Nube
de Yahveh estaba sobre la
Morada y durante la noche había fuego a la vista de toda la casa de Israel. Así sucedía en todas sus
marchas”.
1Re. 8,10-11:
“Al salir los sacerdotes del Santo, la nube llenó la Casa de Yahveh. Y los
sacerdotes no pudieron continuar en el servicio a causa de la nube, porque la
gloria de Yahveh llenaba la Casa
de Yahveh”.
1.9. Mc. 9,7b: “… y vino
una voz desde la nube…”
Ex. 19,16:
“Al tercer día, al rayar el alba, hubo truenos y
relámpagos y una densa nube sobre el monte y un poderoso resonar de trompeta; y
todo el pueblo que estaba en el campamento se echó a temblar”.
Ex. 24,16:
“La gloria de Yahveh descansó sobre el monte Sinaí y
la nube lo cubrió por seis días. Al séptimo día, llamó Yahveh a Moisés de en
medio de la nube”.
Ex. 33,9-10:
“Y una vez entrado Moisés en la tienda, bajaba la
columna de nube y se detenía a la puerta de la Tienda, mientras Yahveh hablaba con Moisés. Todo el pueblo
veía la columna de nube detenida a la puerta de la Tienda y se levantaba el
pueblo, y cada cual se postraba junto a la puerta de su tienda”.
1.10. Mc. 9,7c: “Este es mi
Hijo amado…”
Gn. 22,2:
Díjole: «Toma a tu hijo, a tu único, al que amas, a
Isaac, vete al país de Moria y ofrécele allí en holocausto en uno de los
montes, el que yo te diga.»
Sal. 2,7:
Voy a anunciar el decreto de Yahveh: El me ha dicho:
«Tú eres mi hijo; yo te he engendrado hoy.
Is. 42,1:
He aquí mi siervo a quien yo sostengo, mi elegido en
quien se complace mi alma. He puesto mi espíritu sobre él: dictará ley a las
naciones.
Is. 44,2:
Así dice Yahveh que te creó, te plasmó ya en el seno
y te da ayuda: «No temas, siervo mío, Jacob, Yesurún a quien yo elegí.
1.11. Mc. 9,7c: “…
escuchadle”.
Dt. 18,15:
“Yahveh tu Dios suscitará, de en medio de ti, entre
tus hermanos, un profeta como yo, a quien escucharéis”.
Conclusión: Muchos biblistas presentan este relato
como una exégesis derásica realizada por la escuela marquiana al texto de la
teofanía del SINAI (Ex. 19); otros entienden que es un relato de resurrección
que se colocó en los episodios de la vida pública de Jesús; ciertamente es
imposible precisar lo sucedido pero nos inclinamos a pensar como Vincent Taylor
que el núcleo de la comunidad apostólica vivió una experiencia que les confirmó
el mesianismo de Jesús.
III. Consideraciones
Históricas
1. Situación vital de los
receptores originales.
Los biblistas ubican la obra de Marcos entre el 65 y
70 dC. Presupone la destrucción del Templo de Jerusalén acontecida
aproximadamente en el 70 dC (Mc. 13,1-2) poniendo en boca de Jesús dichos sobre
cosas que ya había acontecido.
El entorno socio político en que se escribe el
Evangelio de Marcos está caracterizado por la dependencia de Roma, la falta de
derechos, la impunidad de los poderosos:
año 64 dC: incendio de Roma y persecución de la
comunidad cristiana;
año 67 dC: Vespasiano reconquista Galilea;
año 68 dC: Vespasiano ocupa el valle del Jordán (muere
Nerón);
año 69 dC: Vespasiano somete Judea y zonas de
influencia
año 70 dC: Tito sitia y toma Jerusalén.
Expulsada de las sinagogas, la comunidad cristiana
quedaba desprotegida y expuesta a las persecuciones del imperio por no adorar
al emperador y también pierden la protección económica de la comunidad hebrea.
El Evangelio de Marcos se dirige a comunidades
cristianas convertidas del paganismo:
- Mc. 7,3ss explica costumbres judías;
- Mc. 13,10 afirma que es preciso que el evangelio sea
proclamado a todas las naciones antes del fin;
- Mc. 15,39 un centurión, ciudadano romano es la
primera persona que reconoce a Jesús como Hijo de Dios.
El Evangelio de Marcos presenta un desconocimiento del
sistema monetario romano (12,42) y de la geografía palestinense (5,1 ss). No
obstante tuvo acceso a las tradiciones orales sobre Jesús que circulaban por
Palestina y sus cercanías. Gerd Theissen lo ubica en Siria como lugar de
redacción final ya que está próxima a Palestina y era uno de los lugares donde
Juan Marcos gozaba de reputación.
2. Proyecto
teológico del libro.
Según G. Theissen, el Evangelio de Marcos agrega a las
tradiciones de las comunidades locales el relato de los milagros y el relato de
la pasión, ausentes en fuente Q y reelabora las tradiciones de los carismáticos
itinerantes con la finalidad de que resultara accesible a todas las personas.
El proyecto teológico de la obra está estructurado por
el “secreto mesiánico” sobre Jesús.
Tiene como intención teológica reforzar el monoteísmo,
pues presenta a Jesús rechazando toda divinización de su persona:
Mc. 1,24 - 25: «¿Qué tenemos nosotros
contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el
Santo de Dios.» Jesús, entonces, le
conminó diciendo: «Cállate y sal de él.»
Mc. 1,34: “Jesús curó a muchos que
se encontraban mal de diversas enfermedades y expulsó muchos demonios. Y no
dejaba hablar a los demonios, pues le
conocían”.
Mc. 3,11 - 12: “Y los espíritus
inmundos, al verle, se arrojaban a sus pies y gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios.»
Pero él les mandaba enérgicamente que no le descubrieran”; y confesando que
Dios es el único Señor:
Mc. 12,29-32: Jesús le contestó: «El
primero es: = Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y
amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu
mente y con todas tus fuerzas. El segundo es:
Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No existe otro mandamiento mayor
que éstos.» Le dijo el escriba: «Muy bien, Maestro; tienes razón al decir que
El es único y que no hay otro fuera de El”
La obra de Marcos revela a través de tres epifanías
dicho secreto: Mc. 1,9-11 (el bautismo), Mc. 9,7 (la transfiguración) y Mc.
16,6 (la resurrección).
En el desarrollo del evangelio se presenta un proceso
que conduce progresivamente a la revelación del secreto mesiánico: Dios lo
revela a Jesús en el bautismo: “tú eres mi Hijo amado” (Mc. 1,9-11), luego lo
revela a alguno de sus discípulos, aquellos que forman el núcleo de la
comunidad apostólica: “este es mi Hijo amado, escuchadlo” (Mc. 9,2-8) y
finalmente se lo revela al mundo luego del acontecimiento pascual (Mc. 16).
Sólo Dios puede conceder otro status a Jesús y revelar
su identidad y esto sucede en el acontecimiento pascual: “el Crucificado ha
resucitado” (Mc. 16,6) junto al único Dios sólo puede estar el único Señor:
Mc. 12,35-37: “Jesús, tomando la
palabra, decía mientras enseñaba en el Templo: «¿Cómo dicen los escribas que el
Cristo es hijo de David? David mismo
dijo, movido por el Espíritu Santo: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi
diestra hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies. El mismo David le
llama Señor; ¿cómo entonces puede ser hijo suyo?» (cf. Sal. 109,1)
El secreto mesiánico es revelado solamente por Dios
aunque sus contemporáneos pudieran sospechar el origen de Jesús.
Jesús era el Hijo de Dios pero en secreto hasta que se
manifestara mediante la resurrección.
IV. Mensaje originario del
texto
1. Situación
del texto considerado en el conjunto del libro.
Como planteamos anteriormente, el relato de la transfiguración
(Mc. 9,2-8) está ubicado entre dos anuncios de muerte y resurrección (8,31-33 y
9,30-32) y también entre dos exigencias de seguimiento radicales (8,34-38 y
9,3-37). Por otra parte el relato se encuentra próximo a los acontecimientos de
Jerusalén (11-16) cerrando el ministerio de Jesús en Galilea y sus alrededores
(8,27). Mc. 9,2-8 está en relación a la confesión de fe de Pedro Mc. 8,29. Dios
ratifica lo que Pedro declara.
2. Intención
teológica del texto.
La intención teológica de Mc. 9,2-8 es presentar una
epifanía del Mesías oculto, segunda revelación del secreto mesiánico, poniendo
de manifiesto la condición real y definitiva de Jesús. Es una escena de
glorificación temporal pero como anuncio o anticipo de la gloria post pascual,
utiliza la tipología del Sianí y actualiza la promesa del profeta escatológico
(Dt. 18,15). Los discípulos fascinados ante el episodio de la cristofanía
experimentaron reverencia, adoración, admiración, temor. La cristofanía fue un
proceso inesperado que maravilló a los discípulos que lograron ver a Jesús en
gloria. Ya se había producido el primer anuncio de la pasión (Mc. 8,31-38) y se
encontraban fuera de galilea y camino a Jerusalén (Mc. 7 ss).
El objetivo fue confirmar la fe de los discípulos que
se enfrenta a dos realidades, por un lado la fe confesada por Pedro (Mc. 8,29)
y la visión que confirma la fe (Mc. 9,2-8).
La cristofanía se ubica en una montaña, lugar donde residía o se
manifestaba la gloria – presencia de YHWH. Sucede luego de numerosas curaciones
(Mc. 5,1-42; 6,53-56; 7,31-37), enfrentamiento con los fariseos (Mc. 7,1-23;
8,11-21) y la profesión de fe de Pedro (Mc. 8,27-30). Únicamente los íntimos,
el núcleo de la comunidad apostólica, presencian la revelación, aquellos que
son las columnas de la Iglesia.
3. Intención
pragmática.
La intención pragmática del Mc 9,2-8 se dirige a las
comunidades cristianas que eran perseguidas por lo tanto les propone mantener
en secreto su identidad como lo hizo Jesús en su ministerio, no corriendo
riesgos innecesarios. Más tarde o más temprano su identidad será revelada del
mismo modo que lo hizo Jesús ante sus perseguidores (Mc. 13,9-43; 14,61-62). Es
a partir de esa experiencia que verán la gloria de Jesús (Mc. 9,9; 13,13).
A través del relato de la transfiguración ubicado
entre los dos anuncios de la pasión podría estar el evangelista contribuyendo a
sostener la esperanza en medio de la persecución romana.
B. HERMENEUTICA
1. Actualización del
mensaje originario del texto
Algo pasó en la montaña que fascinó a los discípulos.
Algo inesperado que los convenció definitivamente de la misión mesiánica de
Jesús. Esta experiencia es puesta en palabras a través del relato de la
transfiguración. Ya no les quedaba lugar a dudas, el Maestro (Rabí) era el
Mesías esperado. Esa experiencia los fascinó: “quedémonos aquí”.
Históricamente, en muchas predicaciones, se ha dicho
sobre el texto que el Padre confirma la misión mesiánica a Jesús.
El texto, a través de su estructura manifiesta revela
un contenido permanente que difiere de lo que históricamente se ha dicho sobre
él.
1.1.
Selección: reconocimiento en el texto
estudiado, de los contenidos permanentes (que deben ser preservados),
distinguiéndolos de los contenidos coyunturales (que pueden ser superados).
1.1.1. Contenido
permanente:
El encuentro con la divinidad gratifica, plenifica,
dignifica, remite a la experiencia liberadora del desierto (Éxodo,
Deuteronomio, Oseas), donde la presencia de YHWH entre su pueblo era
cumplimiento de las promesas.
Esa presencia y encuentro produce temor, reverencia y
adoración, entre dos naturalezas radicalmente distintas, infinita – finita,
creadora –creada, eterna – temporal.
1.1.2. Contenido
coyuntural:
La forma de presentar el mensaje, el relato cristofánico
es epocal.
1.2.
Pertinencia del mensaje originario del
texto en nuestro aquí y ahora: su vigencia teológica; sus posibilidades de
aplicación, a nivel macro y a nivel micro.
Surgen varias lecturas e interpretaciones desde el
propio texto en nuestro contexto histórico y socio cultural en el que en lugar
de dar soluciones nos desafía a buscar nuevas respuestas más allá de lo que
históricamente se ha dicho.
Estas respuestas nos generan nuevos cuestionamientos.
Nos desafía a desarrollar la creatividad en un mundo totalmente diferente al de
aquellos tiempos pero manteniendo la fidelidad al kerigma.
1.2.1. Lectura
Cristológica:
Desde esta perspectiva, entendemos que así como Moisés
condujo al pueblo de Dios por el desierto al encuentro de YHWH en el SINAI,
lugar dónde se revela el Dios de la
Alianza; Jesús conduce al nuevo pueblo de Dios, representado
en el núcleo apostólico al encuentro con el Padre en el Tabor.
En Jesús finaliza la antigua Alianza, representada por
Moisés y Elías y se inicia la nueva y definitiva Alianza, representada por el
núcleo de la comunidad apostólica.
Finalizan las mediaciones humanas en Jesús el gran
MEDIADOR entre la DIVINIDAD
y la HUMANIDAD,
Dios deja de hablar a través de mediadores humanos al pueblo de la antigua
Alianza y habla directamente a través del Hijo al pueblo de la nueva Alianza;
un pueblo sacerdotal, mediador, profético, testigo ante el mundo.
La fidelidad a la experiencia cristocéntrica es uno de
los grandes desafíos de la historia humana y cristiana. A lo largo de los
tiempos la comunidad cristiana propuso y propone mediaciones humanas y así
surge el culto a los santos y las santas, los honores reclamados por clérigos,
las atribuciones sacerdotales y episcopales, los nuevos apóstoles de las
iglesias evangélicas, las lecturas e
interpretaciones descontextualizadas de las Escrituras.
El desafío de la comunidad cristiana en el hoy de la
historia humana es retornar a la experiencia cristocéntrica, reconociendo en
Jesús glorificado al crucificado que nos envía al mundo.
1.2.2. Lectura
Eclesiológica:
Desde esta perspectiva, podemos identificar en el
texto a la Iglesia,
peregrina en el mundo hacia la casa del Padre; una Iglesia diversa en sus
expresiones y manifestaciones, representada por el núcleo apostólico, tres
personajes históricamente diferentes en su llamada, en su forma de concebir el
proyecto mesiánico de Jesús, en su expresión de la fe post pascual; una Iglesia
invitada a escuchar a Jesús y dar testimonio ante el mundo.
Una iglesia peregrina en el mundo en diálogo y
comunión con la Iglesia
triunfante representada por Moisés y Elías; una Iglesia que dio testimonio y ya
en la presencia del Padre está en posesión de las promesas.
Cristo es el punto de encuentro, comunión y plenitud
de la Iglesia
en su doble dimensión. Él la pone en situación y relación con el Padre.
1.2.3. Lectura
Ecuménica:
Desde esta perspectiva, el texto sugiere el diálogo
entre la comunidad cristiana, representada por Pedro, Santiago y Juan, y la
comunidad judía, representada por Moisés y Elías.
Cristo es el punto de encuentro entre ambas
comunidades. Él es el profeta escatológico, el nuevo legislador, el duplicado
superante de Moisés y Elías.
En el SINAI, YHWH entrega la Ley a través de Moisés. En el
Tabor entrega la nueva Ley, superada y llevada a plenitud, a través de Jesús. YHWH,
el Padre de Jesucristo, invita a ambas comunidades a escuchar a Jesús el
Mesías: único y definitivo mediador entre la DIVINIDAD y la HUMANIDAD, a la cual
antes Israel y ahora la
Iglesia son enviados a iluminar (Mt. 5,14; cf. Is. 49,6).
Israel, el pueblo de la antigua alianza, tuvo la
misión de llevar al mundo la novedad de que Dios es UNO (Dt. 6,4; Is. 6,3) que
es JUSTICIA (Ex. 3,7; Am. 8,4.7; 9,11-14) y que es MISERICORDIA (Os. 6,6;
11,8-9; Ez. 33,11).
La
Iglesia,
el pueblo de la nueva alianza, tiene la misión de llevar al mundo la última
novedad revelada por Jesús y es que Dios también es PADRE (Mt. 6,9; Jn. 20,17; Rm. 8,18-23).
1.2.4. Lectura
Trinitaria:
Desde esta perspectiva se pueden identificar en clave
trinitaria todo el texto:
3 personajes humanos: los discípulos Pedro, Santiago y
Juan;
3 personajes en gloria: Jesús, Moisés y Elías;
3 chozas: propuesta de Pedro a Jesús;
3 veces 3 (3 personajes humanos, 3 personajes en
gloria, 3 chozas) junto a la gloria – presencia divina representada en la nube
en la montaña.
En la tradición bíblica, tres significa comunidad,
perfección, plenitud. Podría entenderse como la propuesta de YHWH para la HUMANIDAD a partir del
ser trinitario de la
DIVINIDAD. La HUMANIDAD está llamada a participar de la DIVINIDAD.
1.2.5. Lectura
de Género:
Desde esta perspectiva, se podría interpretar:
a) una primera revelación de YHWH sobre el
secreto mesiánico de Jesús a la comunidad discipular masculina representada en
3 varones: Pedro, Santiago y Juan, quienes cuando hubo que dar testimonio lo
abandonaron y negaron;
b) una segunda revelación, y definitiva, de
YHWH sobre el secreto mesiánico de Jesús a la comunidad discipular femenina
representada en 3 mujeres (María Magdalena, María la de Santiago y Salomé, en
Mc. 16,6-8) quienes dieron testimonio y fueron portadoras definitivas de la Buena Noticia a la
comunidad y al mundo.
2.
Reflexión personal.
Al finalizar el presente trabajo rescato claramente
dos aprendizajes:
2.1.
Fe mágica – ingenua – crítica:
Tomando conceptos de la educación popular, identifico
tres momentos en mi experiencia de fe. Un
primer momento que puede definirse como “fe mágica”. Esa experiencia primitiva
que me acompañó hasta la adolescencia donde intuía, sospechaba, pero no
entendía. Un segundo momento que puede definirse como “fe ingenua”. Esa
experiencia que fui construyendo desde mi vida familiar y eclesial que marcó mi
juventud donde creí entender lo que me enseñaban y lo que descubría. Un tercer
momento que puede definirse como “fe crítica”. Esa experiencia que me permite
tomar distancia de las etapas anteriores, buscar en el camino recorrido de la
fe “cosas nuevas y cosas viejas” (Mt. 13,52) para continuar la peregrinación.
2.2.
Sospecha hermenéutica:
Tomando prestado otro concepto de la educación popular
que es el reconocimiento en toda práctica educativa de la internalización de la
clase opresora lo aplico a la experiencia de fe. Un aspecto fundamental a la
hora de interactuar con el texto bíblico es utilizar la sospecha hermenéutica.
Los textos bíblicos son producto de un contexto socio político, económico y
cultural. Como producto de ese contexto están contaminados por el sistema de creencias
y valores de su época. A partir de ahora el desafío que enfrento es identificar
en el texto bíblico los contenidos permanentes que deben ser preservados e
interpretados con fidelidad cretariva.
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