Tercer domingo de Cuaresma: Aprender a dialogar con Dios
Aprender a dialogar con Dios
Lucas 13,1-9
El texto en su contexto:
El
evangelista nos propone tres episodios en el relato de hoy: la matanza de unos
peregrinos galileos a manos de las topas de Pilato (versículos 1-3), la muerte
accidental de unas personas al caer la torre de Siloé (vesículos 4-5) y la
parábola de la higuera (vesículos 6-9).
En
el primer episodio se relata la muerte violenta de unos peregrinos galileos,
mientras ofrecían sus sacrificios en el Templo de Jerusalén, por eso el relato
evangélico habla de la mezcla de sangre de galileos y animales; a manos de las
topas de Poncio Pilato, gobernador de Judea, Samaría e Idumea durante los años
26 a 36 dC. Probablemente, sucedió una
revuelta en ese entonces que fue sofocada mediante la fuerza, teniendo como
consecuencia esas muertes. Flavio Josefo, historiador judío no menciona este
episodio, ni tampoco los otros evangelistas. Es un relato propio de Lucas.
En
el segundo episodio se relata la muerte accidental de dieciocho personas al
caer la torre de Siloé, probablemente durante su construcción o en alguna de
sus reparaciones. A manera informativa, la torre era una fortificación cercana
al estanque de Siloé, que significa “Enviado” (Juan 9,7), en el extremo sur de
la ciudad santa de Jerusalén. A manera informativa, durante la fiesta de las
Enramadas, en que los israelitas celebraban el fin de las cosechas,
construyendo chozas de ramas para recordar la permanencia de sus antepasados en
el desierto a la salida de Egipto (Levítico 23,33-43; Deuteronomio 16,13),
llevaban a diario agua de la fuente de Siloé hasta el Templo, mientras
cantaban: “También ustedes podrán ir a beber con alegría de esa fuente de
salvación” (Isaías 12,3) y luego los sacerdotes volcaban el agua en la tierra. Flavio
Josefo, historiador judío no menciona este episodio, ni tampoco los otros
evangelistas. Es un relato propio de Lucas.
En
ambos episodios, tanto en el que los galileos mueren violentamente como en el
que esas dieciocho personas mueren accidentalmente, los judíos hacen una
lectura incorrecta de la presencia divina en los acontecimientos históricos,
atribuyendo esas muertes al pecado de esas personas. Sin embargo Jesús es
categórico, esas personas eran tan pecadoras como sus contemporáneos que no
murieron (versículos 2-5), destacando no la figura de un Dios justiciero y
vengativo que permite que la gente muera por sus pecados, sino la de un Dios bueno
y misericordioso (Salmo 102), que da oportunidades e invita a la cambiar de
actitud.
En
el tercer episodio, el evangelista pone en boca de Jesús una parábola que
también es propia de Lucas. En ella Jesús plantea mediante un ejemplo, la
actitud negativa de los israelitas ante el proyecto divino (Isaías 5,1-7;
Jeremías 2,21; 8,13). Israel, en toda la corriente profética, fue representado
por una vid o una higuera; pero un pueblo sin frutos no era el proyecto de
Dios, por eso la posibilidad de cortarle si permanece estéril (Mateo 3,10;
7,19; Lucas 3,9).
El texto en nuestro contexto:
Las
comunidades cristianas debemos aprender a dialogar con Dios, es necesario
escucharle en los acontecimientos históricos, pero escuchar el mensaje real, lo
que nos quiere comunicar, no lo que queremos escuchar o peor aún, lo que
queremos que otras personas piensen que escuchamos.
Si
escuchamos el mensaje de Dios en los acontecimientos de nuestro entorno,
seremos protagonistas en el proyecto liberador que Dios tiene para la humanidad
(Éxodo 3,1-15). En cambio, si no escuchamos el mensaje divino, seremos como
Israel que no supo ser fiel al proyecto liberador que Dios tiene para la
humanidad (1Corintios 10,1-13).
Para
una correcta interpretación del mensaje divino en los acontecimientos
históricos, tenemos un solo y único medio de interpretación: Jesús de Nazaret,
el Elegido de Dios; sus palabras y sus acciones, planteadas en los Evangelios.
Por eso es necesario un proceso de revisión de estos dos mil años de cristianismo.
La Iglesia, para ser fiel al kerigma necesita entrar en dialogo con Dios,
necesita caminar junto a Jesús para aprender y reaprender a escuchar e
interpretar el proyecto de Dios para la humanidad, necesita entrar en diálogo
con la sociedad y la cultura de su tiempo para ser fiel a su misión, necesita convertirse
en servidora de los hombres y las mujeres de su tiempo para asemejarse a Jesús
que es su único fundamento.
En este
tiempo cuaresmal, hagamos el mayor esfuerzo para dialogar con Dios a través de
los acontecimientos históricos, porque ciertamente, hay un mensaje de esperanza
para la humanidad del siglo XXI.
Buena
semana a todos y todas.
+
Julio, obispo de Diversidad Cristiana
Tercer
domingo de Cuaresma.
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