Segundo domingo de cuaresma: Conversión hermenéutica


Segundo domingo de cuaresma: conversión hermenéutica.


9 2”Seis días después, Jesús se fue a un cerro alto llevándose solamente a Pedro, a Santiago y a Juan. Allí, delante de ellos, cambió la apariencia de Jesús. 3Su ropa se volvió brillante y más blanca de lo que nadie podría dejarla por mucho que la lavara. 4Y vieron a Elías y a Moisés, que estaban conversando con Jesús. 5Pedro le dijo a Jesús: —Maestro, ¡qué bien que estemos aquí! Vamos a hacer tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.

6Es que los discípulos estaban asustados, y Pedro no sabía qué decir. 7En esto, apareció una nube y se posó sobre ellos. Y de la nube salió una voz, que dijo: “Este es mi Hijo amado: escúchenlo.” 8Al momento, cuando miraron alrededor, ya no vieron a nadie con ellos, sino a Jesús solo.

9Mientras bajaban del cerro, Jesús les encargó que no contaran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre hubiera resucitado. 10Por esto guardaron el secreto entre ellos, aunque se preguntaban qué sería eso de resucitar. 11Le preguntaron a Jesús: —¿Por qué dicen los maestros de la ley que Elías ha de venir primero? 12Él les contestó: —Es cierto que Elías viene primero, y que él lo arreglará todo. ¿Y por qué dicen las Escrituras que el Hijo del hombre ha de sufrir y ser despreciado? 13Pero yo les digo que Elías ya vino, y que ellos hicieron con él todo lo que quisieron, como dicen las Escrituras que le había de suceder” (Mc 9,2-13 versión Biblia de Estudio Dios Habla Hoy).


1-    El texto y su contexto:

El relato de la transfiguración (Mc 9,2-8) está ubicado entre dos anuncios de muerte y resurrección (8,31-33 y 9,30-32) y también entre dos exigencias de seguimiento radicales (8,34-38 y 9,3-37). Por otra parte el relato se encuentra próximo a los acontecimientos de Jerusalén (11-16) cerrando el ministerio de Jesús en Galilea y sus alrededores (8,27).

Mc. 9,2-8 está en relación a la confesión de fe de Pedro (Mc 8,29). Dios ratifica lo que Pedro declara.

La intención teológica de Mc. 9,2-8 es presentar una epifanía del Mesías oculto, segunda revelación del secreto mesiánico, poniendo de manifiesto la condición real y definitiva de Jesús. Es una escena de glorificación temporal pero como anuncio o anticipo de la gloria post pascual, utiliza la tipología del Sianí y actualiza la promesa del profeta escatológico (Dt. 18,15).
Los discípulos fascinados ante el episodio de la cristofanía experimentaron reverencia, adoración, admiración, temor. La cristofanía fue un proceso inesperado que maravilló a los discípulos que lograron ver a Jesús en gloria. Ya se había producido el primer anuncio de la pasión (Mc. 8,31-38) y se encontraban fuera de Galilea y camino a Jerusalén (Mc. 7 ss).

El objetivo fue confirmar la fe de los discípulos que se enfrentan a dos realidades, por un lado la fe confesada por Pedro (Mc. 8,29) y la visión que confirma la fe (Mc. 9,2-8). La cristofanía se ubica en una montaña, lugar donde residía o se manifestaba la gloria – presencia de divina. Sucede luego de numerosas curaciones (Mc. 5,1-42; 6,53-56; 7,31-37), enfrentamiento con los fariseos (Mc. 7,1-23; 8,11-21) y la profesión de fe de Pedro (Mc. 8,27-30). Únicamente los íntimos, el núcleo de la comunidad apostólica, presencian la revelación, aquellos que son las columnas de la Iglesia.

La intención pragmática del Mc 9,2-8 se dirige a las comunidades cristianas que eran perseguidas por lo tanto les propone mantener en secreto su identidad como lo hizo Jesús en su ministerio, no corriendo riesgos innecesarios. Más tarde o más temprano su identidad será revelada del mismo modo que lo hizo Jesús ante sus perseguidores (Mc. 13,9-43; 14,61-62). Es a partir de esa experiencia que verán la gloria de Jesús (Mc. 9,9; 13,13).

A través del relato de la transfiguración ubicado entre los dos anuncios de la pasión podría estar el evangelista contribuyendo a sostener la esperanza en medio de la persecución romana.

2-    El texto hoy:

Algo pasó en la montaña que fascinó a los discípulos. Algo inesperado que los convenció definitivamente de la misión mesiánica de Jesús. Esta experiencia es puesta en palabras a través del relato de la transfiguración. Ya no les quedaba lugar a dudas, el Maestro (Rabí) era el Mesías esperado. Esa experiencia los fascinó: “quedémonos aquí”.

Históricamente, en muchas predicaciones, se ha dicho sobre el texto que el Padre confirma la misión mesiánica a Jesús. El texto revela un contenido permanente que difiere de lo que históricamente se ha dicho sobre él.

El encuentro con la divinidad gratifica, plenifica, dignifica, remite a la experiencia liberadora del desierto (Éxodo, Deuteronomio, Oseas), donde la presencia divina entre su pueblo era cumplimiento de las promesas. Esa presencia y encuentro produce temor, reverencia y adoración, entre dos naturalezas radicalmente distintas, infinita – finita, creadora –creada, eterna – temporal.

La forma de presentar el mensaje, el relato cristofánico es epocal.

Surgen varias lecturas e interpretaciones desde el propio texto en nuestro contexto histórico y socio cultural en el que en lugar de dar soluciones nos desafía a buscar nuevas respuestas más allá de lo que históricamente se ha dicho.

Estas respuestas nos generan nuevos cuestionamientos. Nos desafía a desarrollar la creatividad en un mundo totalmente diferente al de aquellos tiempos pero manteniendo la fidelidad al kerigma.

a)     Lectura Cristológica:

Desde esta perspectiva, entendemos que así como Moisés condujo al pueblo de Dios por el desierto al encuentro con la Divinidad en el SINAI, lugar dónde se revela el Dios de la Alianza; Jesús conduce al nuevo pueblo de Dios, representado en el núcleo apostólico al encuentro con el Padre en el Tabor. En Jesús finaliza la antigua Alianza, representada por Moisés y Elías y se inicia la nueva y definitiva Alianza, representada por el núcleo de la comunidad apostólica. Finalizan las mediaciones humanas en Jesús el gran MEDIADOR entre la DIVINIDAD y la HUMANIDAD, Dios deja de hablar a través de mediadores humanos al pueblo de la antigua Alianza y habla directamente a través del Hijo al pueblo de la nueva Alianza; un pueblo sacerdotal, mediador, profético, testigo ante el mundo.

La fidelidad a la experiencia cristocéntrica es uno de los grandes desafíos de la historia humana y cristiana. A lo largo de los tiempos la comunidad cristiana propuso y propone mediaciones humanas y así surge el culto a los santos y las santas, los honores reclamados por clérigos, las atribuciones sacerdotales y episcopales, los nuevos apóstoles de las iglesias evangélicas,  las lecturas e interpretaciones descontextualizadas de las Escrituras. El desafío de la comunidad cristiana en el hoy de la historia humana es retornar a la experiencia cristocéntrica, reconociendo en Jesús glorificado al crucificado que nos envía al mundo. 

b)    Lectura Eclesiológica:

Desde esta perspectiva, podemos identificar en el texto a la Iglesia, peregrina en el mundo hacia la casa del Padre; una Iglesia diversa en sus expresiones y manifestaciones, representada por el núcleo apostólico, tres personajes históricamente diferentes en su llamada, en su forma de concebir el proyecto mesiánico de Jesús, en su expresión de la fe post pascual; una Iglesia invitada a escuchar a Jesús y dar testimonio ante el mundo. Una iglesia peregrina en el mundo en diálogo y comunión con la Iglesia triunfante representada por Moisés y Elías; una Iglesia que dio testimonio y ya en la presencia del Padre está en posesión de las promesas.

Cristo es el punto de encuentro, comunión y plenitud de la Iglesia en su doble dimensión. Él la pone en situación y relación con el Padre.

c)    Lectura Ecuménica:

Desde esta perspectiva, el texto sugiere el diálogo entre la comunidad cristiana, representada por Pedro, Santiago y Juan, y la comunidad judía, representada por Moisés y Elías. Cristo es el punto de encuentro entre ambas comunidades. Él es el profeta escatológico, el nuevo legislador, el duplicado superante de Moisés y Elías.

En el SINAI, el Dios de la antigua Alianza entrega la Ley a través de Moisés. En el Tabor entrega la nueva Ley, superada y llevada a plenitud, a través de Jesús, el Padre de Jesucristo, invita a ambas comunidades a escuchar a Jesús el Mesías: único y definitivo mediador entre la DIVINIDAD y la HUMANIDAD, a la cual antes Israel y ahora la Iglesia son enviados a iluminar (Mt. 5,14; cf. Is. 49,6).

Israel, el pueblo de la antigua alianza, tuvo la misión de llevar al mundo la novedad de que Dios es UNO (Dt. 6,4; Is. 6,3) que es JUSTICIA (Ex. 3,7; Am. 8,4.7; 9,11-14) y que es MISERICORDIA (Os. 6,6; 11,8-9; Ez. 33,11). La Iglesia, el pueblo de la nueva alianza, tiene la misión de llevar al mundo la última novedad revelada por Jesús y es que Dios también es PADRE  (Mt. 6,9; Jn. 20,17; Rm. 8,18-23).

d)    Lectura Trinitaria:

Desde esta perspectiva se pueden identificar en clave trinitaria todo el texto:
3 personajes humanos: los discípulos Pedro, Santiago y Juan;
3 personajes en gloria: Jesús, Moisés y Elías;
3 chozas: propuesta de Pedro a Jesús;
3 veces 3 (3 personajes humanos, 3 personajes en gloria, 3 chozas) junto a la gloria – presencia divina representada en la nube en la montaña.

En la tradición bíblica, tres significa comunidad, perfección, plenitud. Podría entenderse como la propuesta divina para la HUMANIDAD a partir del ser trinitario de la DIVINIDAD. La HUMANIDAD está llamada a participar de la DIVINIDAD.

e) Lectura de Género:

Desde esta perspectiva, se podría interpretar: una primera revelación divina sobre el secreto mesiánico de Jesús a la comunidad discipular masculina representada en 3 varones: Pedro, Santiago y Juan, quienes cuando hubo que dar testimonio lo abandonaron y negaron; una segunda revelación divina, y definitiva, sobre el secreto mesiánico de Jesús a la comunidad discipular femenina representada en 3 mujeres (María Magdalena, María la de Santiago y Salomé, en Mc. 16,6-8) quienes dieron testimonio y fueron portadoras definitivas de la Buena Noticia a la comunidad y al mundo.

3-     Reflexión final:

Las comunidades cristianas necesitamos convertir nuestra forma de interpretar los textos bíblicos, es decir, la forma de hacer hermenéutica bíblica. Es necesario dejar de repetir mensajes de otra época y para otra población. La sociedad y la cultura del siglo XXI nos desafían a actualizar el mensaje bíblico con fidelidad creativa.

Buena semana para todas y todos.
+Julio

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