El lugar del testimonio: de lo sagrado a lo profano.

Mensaje semanal.

“-Ustedes son la sal de este mundo. Pero si la sal deja de estar salada, ¿cómo podrá recobrar su sabor? Ya no sirve para nada, así que se la tira a la calle y la gente la pisotea.

-Ustedes son la luz de este mundo. Una ciudad en lo alto de un cerro no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para ponerla bajo un cajón; antes bien, se la pone en alto para que alumbre a todos los que están en la casa., Del mismo modo, procuren ustedes que su luz brille delante de la gente, para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo.” (Mt. 5,13-16 en la versión de la Biblia Dios Habla Hoy).



Para entender el contenido del mensaje bíblico, es importante contextualizar el significado de la sal y el significado de la luz, en el Israel de tiempos de Jesús.

La sal preserva los alimentos de la corrupción. Antiguamente era utilizada de forma simbólica, cuando se establecía un pacto, una alianza destinada a perdurar, a ser estable. Entonces, estas alianzas eran denominadas “pacto de sal”.

En Num. 8,19 encontramos:

“Todas las contribuciones que los israelitas aparten para mí, te las doy a ti, y a tus hijos e hijas que aún vivan contigo. Esta es una ley permanente. Es una alianza invariable, eterna (otras traducciones plantean “un pacto de sal”, cf. Biblia de Estudio Reina Valera, Biblia de Jerusalén), que yo hago contigo y con tus descendientes.”

Igualmente en 2Cró. 13,5 encontramos:

“¿No saben ustedes que el Señor, el Dios de Israel, entregó el reino a David y a sus descendientes para siempre mediante una alianza irrevocable?” (otras traducciones plantean “una alianza de sal”, cf. Biblia de Estudio Reina Valera, Biblia de Jerusalén).

La sal, también era utilizada en el culto. En Lev. 2,13 se plantea:

“A todas tus ofrendas de cereales debes ponerles sal, y no permitas que en tu ofrenda de cereales falte la sal de la alianza de tu Dios. En todas tus ofrendas debes ofrecer sal”.

Entonces, cuando Jesús plantea a sus discípulos y discípulas: “Ustedes son la sal de este mundo” les está diciendo dos cosas:

- ustedes son la alianza para siempre de Dios con la humanidad; y

- ustedes tienen que estar presentes en toda acción humana buena, porque ella es el verdadero culto agradable a Dios.

La luz de las lámpara se utilizaba para iluminar. En el entorno de Jesús, la gente era pobre y sus casas, generalmente eran de una sola pieza, por lo tanto, tenían una sola lámpara que ponían en un lugar alto para iluminarse.

Una sola lámpara, para todas las personas que están reunidas, en una sola pieza. De alguna manera, está haciendo referencia, al pueblo de Israel que tenía la misión de ser luz para todos los pueblos, en nuestra casa común, que es este mundo, creado por Dios.

En Is. 49,6 encontramos:

“No basta que seas mi siervo
solo para restablecer las tribus de Jacob
y hacer volver a los sobrevivientes de Israel;
yo haré que seas la luz de las naciones,
para que lleves mi salvación
hasta las partes más lejanas de la tierra.”

Igualmente en Is. 42,6, encontramos:

Yo, el Señor, te llamé y te tomé por la mano,
para que seas instrumento de salvación;
yo te formé,
pues quiero que seas señal de mi alianza con el pueblo,
luz de las naciones”.

Y también en Is. 60,1-3:

“Levántate, Jerusalén, envuelta en resplandor,
porque ha llegado tu luz
y la gloria del Señor brilla sobre ti.
La oscuridad cubre la tierra,
la noche envuelve a las naciones,
pero el Señor brillará sobre ti y sobre ti aparecerá su gloria.
Las naciones vendrán hacia tu luz,
los reyes vendrán hacia el resplandor de tu amanecer.”

Entonces, cuando Jesús plantea a sus discípulos y sus discípulas: “Ustedes son la luz del mundo” les está diciendo dos cosas: ustedes serán mis testigos en el mundo, comunicando mi buena noticia a toda la humanidad y serán la señal de mi alianza con la humanidad,

Tanto las Escrituras Hebreas (AT) como las Cristianas (NT), cuando hacen referencia a todos los pueblos quieren abarcar la totalidad de la humanidad.

Entonces, el mensaje bíblico de hoy, es radical, es signo de contradicción y es escandalosamente revolucionario.

Es radical porque, de aceptar el discipulado, es decir, seguir a Jesús, no hay posibilidades de optar:

- ustedes son la alianza para siempre de Dios con la humanidad

- ustedes tienen que estar presentes en toda acción humana buena, porque ella es el verdadero culto agradable a Dios.

- ustedes serán mis testigos en el mundo, comunicando mi buena noticia a toda la humanidad.

Es signo de contradicción, porque nos hemos acostumbrado a que el lugar sagrado es el Templo y el Culto, pero Jesús no dice al final del relato evangélico de hoy: “procuren ustedes que su luz brille delante de la gente, para que, viendo que van al templo, participan del culto, hacen ayunos, oran mucho, todos alaben a su Padre que está en el cielo”. No dice esto. Jesús dice: “procuren ustedes que su luz brille delante de la gente, para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo”.

El bien que hacemos es la luz y la sal para el mundo. El bien que hacemos es la acción misericordiosa de Dios hacia la Humanidad. El bien que hacemos es el culto agradable a Dios. El bien que hacemos es el único y mejor seguimiento que podemos hacer, de Jesús que, según afirma Hechos de los Apóstoles, “pasó haciendo el bien”.

Y es escandalosamente revolucionario, porque nos hemos acostumbrado a creer que la Iglesia es un pueblo elegido, un pueblo separado para Dios, un pueblo dedicado al culto y la alabanza. Nada más lejos del Evangelio de Jesús.

Ciertamente, constituimos un pueblo elegido por Dios, pero únicamente para ser enviado al resto de los pueblos. El mundo significa la diversidad de pueblos, de culturas, de tradiciones, de personas. En el contexto de Jesús, es el lugar de las personas impuras, pecadoras, que quedaron fuera de la elección divina: paganos y gentiles.

La Iglesia, en cuanto comunidad o denominación cristiana, que no es capaz de dejar el lugar de lo sagrado, para mezclarse con lo profano, lo mundano, lo impuro, lo no sagrado de la sociedad y la cultura, entonces, no es la Iglesia de Jesús.

Y esta es la pista hermenéutica, es decir, la pista para la interpretación del texto bíblico para nuestro tiempo y nuestro entorno. ¿cuál es el lugar profano, mundano, impuro, no sagrado de nuestra sociedad y nuestra cultura? Pues a ese lugar la Iglesia es enviada a ser sal y luz. ¿Qué clase de personas son, las que están en ese lugar: profano, mundano, impuro, no sagrado?. Pues a esas personas la Iglesia es enviada a comunicar el mensaje escandaloso y revolucionario de Jesús: Dios es Padre – Madre y todos y todas somos hermanos y hermanas.

Buena semana para todos y todas.
Pbro. Julio.

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