Reflexión del 20° Domingo después de Pentecostés - Mateo 22,15-21:


 


22 15 Luego los fariseos fueron y se reunieron para planear cómo hacer caer a Jesús en algo que él dijera. 16 Enviaron a sus propios seguidores con algunos herodianos, quienes le dijeron:

—Maestro, sabemos que eres un hombre honesto y enseñas con sinceridad el camino de Dios. No temes decir lo que piensas porque no tratas a la gente según su nivel social, sino que eres imparcial. 17 Por eso dinos qué piensas tú: ¿Está bien que paguemos impuestos al emperador o no?

18 Jesús se dio cuenta de sus malas intenciones y les dijo:

—¡Hipócritas! ¿Por qué tratan de ponerme una trampa? 19 Muéstrenme una moneda con la que pagan impuestos.

Ellos le dieron una moneda de plata.

20 Entonces él les dijo:

—¿De quién es la imagen que está en la moneda y el nombre que está escrito en ella?

21 Ellos dijeron:

—Del emperador.

Entonces Jesús les dijo:

—Den al emperador lo que es del emperador y a Dios lo que es de Dios.

 

1.     El texto en su contexto

El evangelista Mateo presenta el creciente conflicto entre las autoridades judías y Jesús,  a través de un complot político religioso para matarlo (vv 15-16). En esta trampa que se tiende a Jesús aparecen asociados el poder político y el poder religioso que presentan tres preguntas; la primera es nuestro texto de hoy;  la pregunta sobre el pago de impuestos realizada por discípulos de fariseos e integrante del partido de los herodianos; la segunda es sobre la resurrección de los muertos, hecha por los saduceos, grupo integrado por muchos sacerdotes y levitas; la tercera sobre el mandamiento más importante realizada por los fariseos directamente.

Muy probablemente, estos enfrentamientos entre Jesús y los grupos de poder político religiosos, representen los enfrentamientos entre cristianos y judíos en tiempos de Mateo (años 40-80).

La pregunta sobre el pago de impuestos (vv 16-19) pone a Jesús en un escenario complejísimo. Si responde lo que esperaría la mayoría de los judíos, no pagar los impuestos porque es un signo de vasallaje sería acusado de sedición y si responde que se paguen los impuestos, sería acusado de colaboracionista del imperio, igual que los publicanos.

La respuesta de Jesús es inesperada y ciertamente desconcertante (vv 20-21). Así como la moneda es portadora de la imagen del César, por eso le corresponde, así también, las personas son portadoras de la imagen de Dios (Gn. 1:26) por lo tanto, le corresponden a Dios y el poder del emperador es inferior y queda sometido al poder divino.

 

2.     El texto en nuestro contexto

Quiero plantearles dos ideas para la reflexión y la vivencia de esta semana.

La primera se relaciona con la situación de muchas iglesias que se encuentran “asociadas” al poder político de diversas formas: a través de favores políticos, a través del pago de salarios a ministros, a través de la exoneración de impuestos, a través de cargos de capellanía militar, a través de ministerios de culto que beneficia a unas iglesias en relación a otras.

La segunda se relaciona con el pago de diezmos. Muchas iglesias a través de sus ministros comercian con la salvación de las personas exigiendo el diezmo a cambio de la entrada al Reino de Dios, poniendo a las personas pobres en una situación de desventaja y empobreciéndolas aún más, igual a lo que se hizo siglos atrás con la venta de indulgencias.

En cualquiera de los dos casos se violenta la imagen divina de la que cada persona es portadora, priorizando beneficios a favor de quienes tienen poder religioso.

El texto del Evangelio de hoy, hace un llamado a las comunidades cristianas de las diferentes denominaciones, a vivir en el mundo actual, sin hacer alianzas que vulneren a las personas en su relación con Dios. Tal vez es un buen momento para que cada iglesia – institución, comience a vivir en plenitud el Evangelio de Jesucristo sin desvirtuarlo.

Buena semana para todos y todas.

+Julio V.

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