17º Domingo después de Pentecostés - El Tiempo de la Iglesia: Una buena noticia para trabajadoras sexuales, personas con uso problemático de drogas, personas GLTB y personas con vih sida
Ciclo C - Lucas 15
El capítulo 15 de Lucas
es el centro de su Evangelio. Las tres parábolas de la misericordia: la oveja
recobrada (3-7), la moneda encontrada (8-10) y el padre bueno (11-32) son la
comprensión de Dios y su reino que Lucas pretende transmitirnos. Imágenes muy
contrarias al “dios cristiano” que nos han transmitido, un rey justo y recto
sentado en un trono, juzgando y condenando.
1. El texto en su contexto:
Los versículos 1-2 son
el motivo por el cual Jesús expone estas parábolas o ejemplos sobre Dios y su
reino. Los representantes del sistema religioso dominante en aquel tiempo, el
judaísmo, criticaba a Jesús porque se rodeaba de gente considerada pecadora y
de mala fama (Mt 9,10; Lc 5,29-30; 19,7).
Ante el juicio a esas
personas, por parte de los representantes del sistema religioso dominante,
Jesús expone la primera historia, tomando una imagen muy conocida y utilizada
en el Antiguo Testamento: la figura del pastor (Is 40,11; Ez 34). Cuenta de una
oveja que se pierde y el pastor dejando el rebaño va en su busca y cuando la
encuentra la carga con alegría sobre sus hombros; e irónicamente explica que
Dios sale a buscar a esas personas que el sistema religioso desecha y se goza
al encontrarlas (3-7).
Jesús refuerza su
enseñanza con otra historia, la mujer que habiendo perdido una de sus monedas
la busca incansablemente hasta encontrarla y nuevamente insiste con el gozo que
se produce en el cielo (= el Reino) cada vez que Dios sale al encuentro de las
personas consideradas pecadoras por el sistema religioso dominante y las
encuentra.
Pero no le parece
suficiente a Jesús dejar en evidencia la mala intención de los líderes
religiosos exponiéndolos con estas dos historias. Por lo tanto presenta una
tercera, ésta mucho más evidente en todo sentido; la historia de Dios, el padre
bueno. Un hombre tenía dos hijos, el primogénito: Israel y el menor: los
pueblos paganos. Habiendo el hijo menor abandonado la casa paterna y decidido
regresar, cuando su padre lo vio salió a su encuentro, se puso en camino,
abandonó su sitio y corrió en busca del hijo abrazándolo, no le permitió
arrepentirse, no le puso penitencia, no le reprochó lo que hizo, no lo condenó,
por el contrario le devolvió la dignidad de hijo y señor (= calzado y anillo) e
hizo fiesta porque recuperó a su hijo menor. Pero el hijo mayor se molestó y no
quiso participar de la fiesta, juzgó y condenó a su hermano y aunque su padre
salió a buscarlo y explicarle, el hijo mayor le reprochó haber recibido a su
hermano en la casa paterna, considerándose bueno y justo, observante y fiel
(11-32).
2. El texto en nuestro contexto:
El relato evangélico de
hoy, es una buena noticia, eso significa Evangelio, para aquellas personas que
el sistema religioso dominante, en nuestra cultura el cristianismo, las
iglesias cristianas poderosas e influyentes social y políticamente, consideran
pecadoras.
¿Cuántas veces hemos
oído testimonios de personas con uso problemático de drogas, o gltb, o que
viven con vih, o que son trabajadoras sexuales que fueron discriminadas,
juzgadas y condenadas por las iglesias?
¿Cuántas veces hemos
escuchado sermones, hemos leído artículos, hemos visto publicaciones en
Facebook condenando a las personas gltb por su orientación sexual,
culpabilizando a las personas con vih, condenando a las trabajadoras sexuales y responsabilizando a
quienes tienen uso problemático de drogas?
¿Acaso esos pastores,
arzobispos, obispos, presbíteros y diáconos no conocen el texto de Lucas 15?
Seguramente que lo conocen pero no quieren o no pueden aceptarlo. Se ponen en
el lugar del hermano mayor cuestionando el actuar de Dios.
Las tres historias nos
presentan un esquema coincidente y claro en los siguientes verbos: perder –
encontrar – alegrar.
No está en discusión. El
sistema religioso dominante clasifica a las personas como buenas y malas,
justas e injustas. Las personas buenas son las que se someten a las normas
establecidas, el resto son todas malas, injustas, pecadoras, abominables,
perdidas. A estas personas desechadas por el sistema religioso, Dios sale a
buscarlas con la clara intención de encontrarlas, pero no para juzgarlas y
castigarlas por sus acciones, sino para abrazarlas y dignificarlas (eso
significan las sandalias y el anillo en la parábola del padre bueno); y cuando
las encuentra se goza, Dios goza el abrazo con esa persona discriminada,
desechada, invisibilizada, culpabilizada, Dios le restituye dignidad y lo
festeja aunque el sistema religioso dominante se moleste, aunque no lo
comprenda, aunque lo cuestione, aunque opte por quedarse fuera de la fiesta de
la vida.
Luego de leer,
reflexionar y orar este relato evangélico no podemos permanecer sin tomar
posición. Estamos a favor o estamos en contra. No hay lugar para mediocridades,
señores pastores, arzobispos, obispos, presbíteros y diáconos; si no se
pronuncian son unos mediocres; si se pronuncian en contra de las personas que
el sistema religioso dominante condena se están colocando fuera del Reino;
lamento mucho decirles que tienen una sola opción, la que siguió Jesús y la que
nos propone Lucas. De nada le servirá sus liturgias, sus mitras, sus trapos
sagrados si no se juegan por quienes Jesús se jugó.
En este domingo,
celebrando la Eucaristía, nos gozamos juntamente con Dios, porque nuestra mesa
está llena de gente de mala fama, gente que otras iglesias han expulsado, por
acción y omisión, gente que otras iglesias han juzgado y condenado. Nuestra
mesa está llena de personas gays, lesbianas, trans, bisexuales, heterosexuales
divorciados, con uso problemático de drogas, que viven en situación de calle,
trabajadoras sexuales, personas que tienen vih sida que Dios ha encontrado e
incorporado a la Fiesta del Reino.
Hoy reafirmamos con
toda la radicalidad evangélica, la Iglesia Antigua – Divesidad Cristiana,
nuestro compromiso con aquellas personas que el sistema religioso dominante de
nuestro tiempo rechaza, juzga, condena, expulsa, invisibiliza.
Buena semana para todos
y todas + Julio.
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