Pentecostés: tiempo del Espíritu Santo.




Solemnidad de Pentecostés.

A la pregunta ¿quién fundó la Iglesia? Muchos cristianos y también muchos ministros ordenados, no dudarían en responder: Jesucristo. Esa es una respuesta equivocada. Jesús nació, vivió y murió siendo judío. Las primeras generaciones cristianas eran judías, concurrían a la sinagoga y al Templo de Jerusalén. Estas comunidades eran llamadas por el judaísmo “la secta de los nazarenos” y ellas se autodenominaban “seguidores del camino”. Las comunidades cristianas son expulsadas del judaísmo a partir del año 70 dC, una vez destruido el templo y la ciudad santa. Por lo tanto la Iglesia no fue fundada por Jesucristo, El es su fundamento      que es muy distinto a decir que es su fundador.

El libro de los Hechos de los Apóstoles nos presenta al Espíritu Santo como el fundador de la Iglesia. Desde Pentecostés en adelante, es el Espíritu Santo quien guía y acompaña el proceso fundacional que se fue dando a lo largo de las décadas. No podemos concebir la existencia de la Iglesia sino ligada a la acción del Espíritu Santo.

Es el Espíritu quien guía a Pedro a abrir la Iglesia a los paganos, es el Espíritu quien guía a Pablo a fundar iglesias en todo el imperio romano, es el Espíritu quien guía a Felipe a bautizar paganos … En Pentecostés celebramos la fiesta del Espíritu Santo y el nacimiento de la Iglesia.

Sin lugar a dudas, aún hoy acompaña a la Iglesia en su vida y misión. Jesús retornó al Padre pero no nos dejó en soledad, sino en compañía del Espíritu Santo que anima a las comunidades eclesiales, derrama sus dones en las cristianas y los cristianos para ser puestos al servicio de la humanidad, acompaña el testimonio de quienes sufren persecución por el Evangelio de Jesucristo.

Hoy comenzamos un nuevo tiempo litúrgico, en la tradición católica se lo llama tiempo ordinario, yo prefiero llamarlo tiempo del Espíritu Santo porque es el tiempo en que la Iglesia camina hacia la escatología, donde se reunirá definitivamente con Jesucristo y entrará en la presencia del Padre, para dar gloria por los siglos de los siglos.

Este tiempo de camino, es un tiempo de servicio a la humanidad. El Espíritu Santo no nos congrega en los templos, sino que nos acompaña en la misión, es nuestro sostén en el envío, nuestra fortaleza en el servicio, nuestra alegría en el testimonio, nuestro compañero en la oración, quien reafirma nuestra fe en la persecución.

En esta parte del mundo, la Iglesia goza de paz y su testimonio es de servicio a la humanidad. En otras partes del mundo, la Iglesia sufre persecución y su testimonio es el martirio. Pidamos en este día, especialmente que el Espíritu Santo asista a nuestras hermanas y hermanos que están entregando sus vidas por no abandonar la fe cristiana. En ellas y en ellos, el Espíritu Santo habla a la Iglesia, interpela a la Iglesia, fortalece a la Iglesia.

Que la sangre derramada de nuestras hermanas y nuestros hermanos nos dé valor para vivir radicalmente el Evangelio, sin mediocridades, en esta cultura y en esta sociedad donde no sufrimos persecución y donde tenemos garantizada la libertad de expresión religiosa.

Buena semana para todos y todas. Feliz Pentecostés. Feliz tiempo del Espíritu Santo. +Julio.

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