Domingo de la Ascensión: El Hijo asumió la naturaleza humana en todas sus expresiones
Domingo de la Ascensión.
Ciclo B – Lucas 24,46-53
1. El
texto en su contexto:
Lucas pone en boca de Jesús
resucitado, el cumplimiento de las profecías referidas a su muerte y
resurrección (versículo 46 cf Isaías 53,1-12; Oseas 6,2) y proyecta el anuncio
de la Buena Noticia, la tarea evangelizadora de la Iglesia, partiendo desde
Jerusalén a todo el mundo (versículo 47 cf
Hechos de los Apóstoles 2,14-39; 3,17-26; 8,35; 13,16-41; 26,20).
La comunidad discipular es
testigo de la misión liberadora de Jesucristo en todas partes, comenzando por
Jerusalén (versículo 48 cf Hechos de los Apóstoles 1,8; 2,1-8,3; 8,4-25;
13,1-3). Este testimonio cuenta con la fuerza del Espíritu Santo prometido por
el Padre y enviado por el Hijo (versículo 49 cf
Juan 14,16-17; 16,7; 20,21-11; Hechos de los Apóstoles 1,4; 2.33). Hasta
que el Espíritu Santo sea comunicado a la comunidad eclesial, ésta debe de
permanecer unida en espera (versículo 50 cf Hechos de los Apóstoles 1,1-11; 2,1-4).
Los versículos 50-52 (cf
Hechos 1,3-11) presentan la partida de Jesús. Aquel que había salido del Padre
para venir al mundo (Juan 16,28), asumiendo la naturaleza humana (Juan 1,14;
Filipenses 2,7-8), ahora deja el mundo para volver al Padre (Juan 16,28). Si
por la encarnación Dios se hizo humano, por la ascensión, la humanidad se hizo
divina.
2.
El texto en nuestro contexto:
Decía Agustín de Hipona “lo que no se asume no se redime”. El
Hijo asumió la naturaleza humana, toda la naturaleza humana, no solo la semita,
heterosexual y masculina. Asumió la diversidad de la naturaleza humana en sus
expresiones culturales y en su diversidad sexual.
Toda la humanidad asumida
por el Hijo fue redimida en la cruz. Por eso todas y todos tenemos la misma
dignidad, en primer lugar porque fuimos creados y creadas a imagen de Dios
(Génesis 1,27), pero en segundo lugar porque Jesús liberó a toda la humanidad,
no a una parte de ella. Al subir a la cruz, con él fue crucificada la, no solo
la humanidad heterosexual, sino la humanidad homosexual, la bisexual y la
trans; y cuando Dios resucitó a Jesús (Hechos de los Apóstoles 2,32) no solo
resucitó la humanidad heterosexual, sino la humanidad homosexual, la bisexual y
la trans. Y con la ascensión de Jesús, no solo asciende la humanidad
heterosexual, sino que a partir de ese momento, también la humanidad
homosexual, bisexual y trans están en el Misterio Divino, divinizada. En este
17 de mayo, Día Internacional de Lucha contra la Homofobia, la Lesbofobia y la
Transfobia, las discípulas y los discípulos de Jesús somos testigo de ello.
Esa es nuestra buena noticia
para las personas GLTB, Dios las ama entrañablemente, porque también ustedes
son su imagen su semejanza (Génesis 1,27) y porque también ustedes fueron
llevadas al seno de Dios, en la naturaleza humana asumida y liberada por el
Hijo (Filipenses 2,7-8). Y al decirles esto, no me refiero a que tienen que
vivir su orientación sexual de forma asexuada. Todos sus sentimientos, todos
sus deseos, todos sus actos sexuales, al igual que el de las personas
heterosexuales, si son con y por amor, son buenos y queridos por Dios; y quien
diga lo contrario, está contradiciendo el Evangelio de Jesucristo, porque “Dios
no hace diferencia entre las personas” (Hechos de los Apóstoles 10,34).
Queridos todos, queridas
todas, sepan que Dios les ama entrañablemente y les invita a la fiesta de la
vida, con dignidad y derechos. Buena semana para todos y todas. +Julio.
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