Declaración de Catolicidad
Hermanas y hermanos tengan
mucha paz.
Hace un tiempo atrás, preparé
este sencillo material sobre catolicidad, para una instancia específica de algunas
Iglesias, sin embargo, una conversación que tuve hoy, me llevó nuevamente a
“pensar” y “re pensar” y “co pensar”, el concepto de catolicidad. Por supuesto no es algo acabado, sino apenas unas
líneas que disparan la discusión y la elaboración de un concepto más ajustado a
la realidad de la Iglesia primitiva, los Padres de la Iglesia antigua (entre el
100 y el 311 dC), por lo tanto, más próxima a la tradición apostólica y sin la carga
que le puso luego, la Iglesia imperial a partir de Constantino.
Etimología
del concepto.
Católico – Católica, es un
vocablo de origen griego καθολικός
(katholicós) que significa universal.
Luego pasó al latín catholicus. Está
compuesto por kata
(kata) que significa sobre y olojc (holos) que significa todo. Por consiguiente, podría traducirse por “sobretodo”, “universal”, “a lo largo de la totalidad”, “general”.
La catolicidad en los Padres de la Iglesia.
El término aparece, supuestamente, por primera vez en la literatura
patrística, entre los años 106 y 110 dC, y se encuentra en una carta enviada
por Ignacio de Antioquía a las comunidades cristianas de Esmirna: “allí donde deba aparecer el obispo, donde
esté la gente, incluso donde Jesús podía estar, hay una iglesia católica”. No podemos
afirmar con certeza, que esta sea la primera mención, ya que las siete cartas
que se atribuyen a Ignacio de Antioquía, fueron objeto de la crítica textual y
se pueden identificar reelaboraciones del siglo V dC. Esta afirmación se
sostiene a través de dos variables detectadas, por un lado la lengua utilizada
y por otro, las afirmaciones que contienen, por ejemplo: sobre el matrimonio y
la ordenación presbiteral que no estaban reglados en esa época, como tampoco la
primacía de la iglesia de Roma.
Encontramos otra referencia en la carta sobre el martirio de Policarpo: “obispo de la Iglesia Católica en Esmirna”
fechada en 155 aproximadamente, apareciendo ya como un término de uso técnico. Policarpo
vivió entre los años 69 – 155. Tenemos cuatro fuentes de información sobre este
Padre: las epístolas de Ignacio de Antioquía, la epístola de Policarpo a las
comunidades cristianas de Filipos, diversos pasajes de Irineo de Lyón, la carta
de las comunidades cristianas de Esmirna relatando el martirio de Policarpo.
Encontramos otra referencia posterior en el Código Muratorio, fechado
hacia el 180 aproximadamente, donde afirma que algunos escritos que presentan
desviaciones doctrinales “no pueden ser
recibidos en la Iglesia Católica”. Este canon lleva el nombre
de quien lo descubrió y editó, Muratori. Se escribió en Roma o sus alrededores,
entre los años 180 – 200 dC. El documento original probablemente fue escrito en
griego. Lo que actualmente se conserva, es una copia en latín con algunos fragmentos.
Este documento es muy importante para la Iglesia, ya que hace un esbozo general
de las Escrituras del Nuevo Testamento, donde se perdió toda la primera parte,
inicia con los últimos fragmentos del Evangelio de Marcos, todas las notas
correspondientes a Lucas, Juan, Hechos de los Apóstoles, las epístolas de Pablo
incluyendo Filemón, Timoteo y Tito, la epístola de Judas y las dos de Juan, el
apocalipsis de Juan y de Pedro; con respecto al último afirma que algunos no
permiten que sea leído en las iglesias, continúa con el Pastor de Hermas que
pude ser leído en todas partes menos en los actos cúlticos.
Luego
Clemente de Alejandría afirma: “Decimos que tanto en substancia como en apariencia, tanto en origen como en desarrollo, la primitiva
y católica Iglesia es la única, que concuerda como lo hace en la unidad de una sola fe”. Clemente
de Alejandría murió el año 215 dC, desconociéndose la fecha de su nacimiento.
Fue teólogo y director de la Escuela catequética de Alejandría.
Hacia el siglo III pareciera que ya estaba instituido el uso técnico del
término, entendiéndose como la sana doctrina opuesta a la herejía y la unidad
de organización como opuesto al cisma.
El
concepto de catolicidad que desarrolla Cirilo de Jerusalén dice que: “la Iglesia es católica porque está
expandida por todo el mundo; enseña en plenitud toda la doctrina que los
hombres deben conocer; trae a todos los hombres a la obediencia religiosa; es
la cura universal para el pecado y posee todas las virtudes” Cirilo de Jerusalén lo ubicamos en el período
315 – 385 dC. De familia cristiana, ordenado obispo en el año 348 dC, ejerce el
ministerio pastoral en Jerusalén, se caracterizó por ser uno de los grandes
defensores de la divinidad de Cristo frente a las corrientes arrianas de aquel
momento.
Otro de los Padres, Agustín de Hipona, utiliza el vocablo “católica” 240
veces entre los años 388 y 420 dC. A Agustín lo ubicamos entre
los años 354 y 430 dC. Hijo de padre pagano y de madre cristiana. En el año 385
se convierte al cristianismo, vive como monje y en 395 dC es ordenado obispo,
caracterizándose por una ardua tarea pastoral, participación en concilios y
defensor de la ortodoxia frente a donatistas, arrianos, pelagianos,
priscilianistas
Finalmente, Vicente de Lerins afirma que católico es “lo que todos los hombres han creído en
todos los tiempos y en todo lugar debe de tenerse como verdadero”, expresado
a través de la célebre frase “quod
semper, quod ubique, quod ad ómnibus”. Vicente murió en 450 dC,
desconociéndose la fecha de su nacimiento. Teólogo y escritor de algunas obras.
A manera de conclusión.
De la lectura de los Padres, se desprenden dos características de la
catolicidad: universalidad y ortodoxia.
En el período más antiguo de la historia de la Iglesia se entendió como
“universal”, así pudimos comprobarlo en Ireneo de Lyón, por ejemplo.
Igualmente, tanto en la formulación del Credo Apostólico “la santa Iglesia católica” y el Credo Niceno “Una, Santa, Católica y Apostólica” hace referencia a la cualidad
universal de unidad a pesar de la dispersión en todos los pueblos. En esta
misma línea, las Cartas Universales del Nuevo Testamento fueron denominadas con
el calificativo de “católicas” por Orígenes y Eusebio de Cesarea entre otros,
afirmando la universalidad de las mismas, es decir, que estaban dirigidas a
toda la Iglesia y no a una Iglesia local. Se entiendo por Cartas
Católicas o Universales la de Santiago, la Primera y Segunda de Pedro, la
Primera, Segunda y Tercera de Juan, la de Judas. Es decir que los Padres de la
antigüedad definieron 7 cartas con el calificativo de “católicas” o
“universales”.
A fines del siglo II, cuando comienzan las desviaciones en la fe y
surgen las primeras herejías, “católico” pasó a ser sinónimo de “ortodoxia”,
como lo vimos más arriba en la cita del Canon Muratoriano. La ortodoxia estaba relacionada a las
enseñanzas de los Evangelios, fuente de nuestra fe y a la doctrina apostólica
que la explica y desarrolla. Entendiendo por doctrina apostólica, aquello que
enseñaron los apóstoles y está plasmado en los libros del Nuevo Testamento y
aquello que enseñaron sus discípulos inmediatos, los Padres Apostólicos:
Bernabé, Clemente de Roma, Ireneo de Lyón;
Ignacio de Antioquía, Policarpo de Esmirna, Hermas de Roma, Papíasde
Hierápolis, escritor anónimo de A Diogneto, el escritor de la Didaché. Los
Padres Apostólicos se caracterizan por exponer la fe recibida de los Apóstoles
y tener plena conciencia de ser sus sucesores.
Es Vicente de Lerins, hacia el año 434 dC que combina los dos conceptos
de catolicidad que hemos estado trabajando, universalidad y ortodoxia, con su célebre
frase citada más arriba.
Confiamos haber realizado un aporte para comenzar a co pensar este aspecto
de la identidad de nuestra fe ¿qué es la catolicidad para nosotros y nosotras hoy?
¿qué aspectos de nuestra catolicidad fueron parte de una época y ahora son anacrónicos?
¿qué aspectos de nuestra catolicidad se mantienen vigentes para nuestros tiempos?.
Interrogantes que nos invitan a continuar pensando, re pensando y co pensando.
Bendiciones. +Julio.
FUENTES:
Diccionario de Teología: EF
Harrison.
Patrología Latina: Migne –
Documenta Catholica Omnia (en línea)
Kirsch, Johann Peter.
"Muratorian Canon." The Catholic Encyclopedia. Vol. 10. New York:
Robert Appleton Company, 1911. <http://www.newadvent.org/cathen/10642a.htm>
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