Mensaje en el matrimonio de Germán y Gastón. 1 Samuel 18,1-5 y Lucas 7,1-10
Estamos reunidos y reunidas
como Iglesia de Jesucristo el Señor, para dar gracias a Dios, que es Padre y
Madre:
-
porque este año se aprobó la ley del
Matrimonio Igualitario en nuestro país, dando por finalizada una larga lucha
por igualdad de derechos entre las hijas y los hijos de Dios, sin importar su
orientación sexual;
-
porque nuestra Iglesia no hace diferencia
entre las personas y hoy se alegra de bendecir este matrimonio;
-
por la vida y el amor de estos hermanos
nuestros, que hoy piden a Dios que bendiga su amor sellando esta alianza, que
es el sacramento del Matrimonio.
Las dos lecturas que
acabamos de escuchar, relatan el amor entre dos hombres, David y Jonatán, y el
oficial romano y su esclavo. En los dos casos un amor prohibido por la sociedad
y la cultura de su tiempo. Un amor que escandalizó al poder político y al poder
religioso. Un amor bendecido por Dios.
Jonatán hizo un pacto
solemne con David porque lo amaba tanto como a sí mismo (1 Samuel 18,3). Un
amor que llevó a Jonatán a ponerse en contra de su padre Saúl y a favor de
David. Un hijo enfrentado a su padre, era un verdadero escándalo en la sociedad
y la cultura judía.
El oficial romano pidió a
Jesús que sanara a su apreciado esclavo (Lucas 7,2-3). Otro amor escandaloso,
un hombre libre como era el oficial romano suplicó a Jesús que era judío, la
salud de un hombre esclavo. Un amor que conmovió a Jesús y le concedió la salud
a aquel esclavo amado por su dueño.
Lo importante no es si ambos
casos representaban un amor homoerótico. Lo importante es que ambos casos,
escandalizaban a la sociedad y la cultura de su tiempo. No respondían a las
expectativas del sistema religioso y cultural. Sin embargo, Dios bendice ese amor.
Hoy, estamos frente a otro
caso de amor que Dios bendice, aunque la sociedad, la cultura y la religión
prohibieron y condenaron durante siglos. Sin embargo, sabemos que no siempre
fue así. En la edad media, se celebraba en las Iglesias el rito de Adelphopoiesis,
que no era otra cosa, que la bendición de una pareja entre mujeres o entre
hombres.
Quiera Dios, que el ejemplo
de estos hermanos nuestros, que pidieron a la Iglesia la bendición de su amor,
a través del sacramento del Matrimonio, motiven a otras parejas del mismo sexo
a hacerlo. Y quiera Dios, que el ejemplo que estamos dando como Iglesia, de
recibir a estos hermanos nuestros y de bendecir su amor, a través del
sacramento del Matrimonio, motive a otras Iglesias a recibir en su seno y
bendecir el amor de sus miembros, sin importar su orientación sexual, porque
“Dios no hace diferencia entre las personas” (Hechos 10,34).
Hoy Gastón y German inician
una nueva etapa en su vida de pareja. Llevan años conviviendo, pero este año,
pudieron concretar lo que parecía una utopía para muchos y muchas. Lograron
realizar el matrimonio civil y ahora están realizando el matrimonio por la
Iglesia.
Hoy en Tarariras, estamos
haciendo un acto escandaloso y nosotras y nosotros somos sus protagonistas.
Estamos diciendo a las Iglesias Cristianas que Dios, Padre y Madre, ama a todas
las personas, recibe a todas las personas y bendice todas las uniones poniendo
un único requisito: el amor.
+Julio, obispo de Diversidad
Cristiana
En Tarariras, departamento
de Colonia, el 21 de setiembre de 2013.
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