Diversidad Cristiana ¿aceptaremos el desafíos?
Lucas 12,32 - 41
Jesús tenía plena conciencia
que, aunque mucha gente le seguía, quienes recorrían el camino del discipulado
eran pocas personas, por eso les dice: “no temas pequeño rebaño” (versículo
32), para inmediatamente después comunicarles la gratuidad divina: “el Padre,
en su bondad, ha decidido darles el reino”. La comunidad discipular es
depositaria del Reino, no porque lo merezca, no porque lo alcanzara, no porque
lo encontrara. El Reino es un don gratuito de Dios, Madre y Padre, que lo
comunica a la humanidad. Sin embargo, no todas las personas están dispuestas a
recibir este regalo divino. Pero ¿qué es el Reino?. Para las comunidades de fe,
el Reino es el mismo Jesús. Orígenes, uno de los padres de la Iglesia de la antigüedad
dirá “el Reino de Dios es Jesucristo”.
Recibir a Jesús, aceptarle,
seguirle, implica iniciar el camino del discipulado. Un camino que no es fácil,
como lo reflexionábamos en los últimos domingos. El seguimiento exige
radicalidad. El relato evangélico de hoy, insiste en esa necesidad de renunciar
a los valores de la sociedad y la cultura, lo que hemos aprendido en nuestras
instituciones, en nuestras familias: el individualismo y el consumismo, para
emprender la utopía contraria: un mundo justo y solidario. Y esta utopía no
surge por decreto gubernamental, ni por declaración internacional, sino que
surge de las pequeñas comunidades de discípulas y discípulos de Jesús, que
insertas en la sociedad y la cultura, dan testimonio de que otro mundo, otra
sociedad y otra iglesia son posibles (versículos 33 – 34).
El mundo con sus bienes y
riquezas no nos pertenece. Las comunidades discipulares no solo lo sabemos sino
que además, intentamos practicarlo, danto testimonio, a esa parte del mundo que
nos rodea, que la solidaridad y la justicia son posible.
Por otra parte, el evangelio
de hoy nos invita a estar con una actitud atenta. No sabemos cuando el Señor
llegue a nuestras vidas. Y aquí quiero introducir un aspecto que marca la
diferencia con otras predicaciones o reflexiones. No creo que Lucas se refiera
a nuestra muerte, ni a la parusía, sino más bien, a ese encuentro cotidiano con
el prójimo, en el que se hace necesario reconocer el rostro de Jesucristo en el
rostro humano de la persona que nos necesita (Mateo 25,31 y siguientes).
Las discípulas y los
discípulos de Jesús tenemos que transitar por esta vida con atención, para
poder reconocer el rostro humano de Dios que nos sale al encuentro en la
hermana y el hermano con necesidades, cuya dignidad y derechos han sido
vulnerados por el sistema político, económico, social, cultural, religioso …
Únicamente, seremos una Iglesia
que sigue a Jesús en el discipulado, si somos una Iglesia profética, capaz de
anunciar con nuestras acciones más que con nuestras palabras, la presencia del
Reino en medio de la humanidad; si somos capaces de ser radicalmente, servidora
de las personas vulneradas en sus derechos y su dignidad; si somos capaces de
dar testimonio de que el Reino anunciado por Jesucristo es posible, y su
expresión es una iglesia solidaria e inclusiva para un mundo solidario e
inclusivo.
Diversidad Cristiana
¿aceptaremos el desafíos?
Buena semana a todos y
todas.
+Julio, obispo de Diversidad
Cristiana.
11 de agosto de 2012.
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