Radicalidad evangélica
Reflexión Comunitaria del
domingo 13º del Tiempo de la Iglesia.
Lucas 9,57-62
Participamos: Vartán, Cris,
Ana, Fernando, Miran, Sebastián, Julio.
El seguimiento de Jesús en
el discipulado es exigente, radical. Seguirlo es un camino arduo y difícil.
Quiénes no transitan el
discipulado están muertos. Quienes siguen a Jesús, deben apartarse de ellos: “deja
que los muertos entierren a sus muertos”
Las posturas
fundamentalistas insisten en la separación de la familia. Las posturas
mediocres plantean que a Jesús se le puede seguir en cualquier lado,
justificando su falta de compromiso y radicalidad.
Seguirlo implica renuncias y
sacrificio, y de parte de las familias de quienes emprenden el discipulado,
muchas veces genera resistencias e incomprensiones. Pero es necesario
establecer la diferencia entre “renuncia en libertad” y “renuncia obligada”.
En el seguimiento, muchas
veces se presentan situaciones de renuncia que no entendemos y enfrentamos la
posibilidad de renunciar y continuar el camino del discipulado o detenernos y
regresar decepcionados /as. Cuando se inicia el camino del discipulado, es un
recorrido que lleva la vida y toda la vida: “el que pone la mano sobre el arado
y mira para atrás …”. En ese camino anunciamos el Reino.
El anuncio del Reino es una
actitud de vida. Llevar el mensaje, realizar la misión es una tarea cotidiana,
se puede seguir a Jesús en los espacios donde estamos, danto testimonio
mediante la presencia, los valores, la actitud evangelizadora, con la seguridad
de que no caminamos en soledad, su presencia nos conforta.
El “no mirar atrás”
entendemos que tiene varias acepciones: vivir el ahora con intensidad y
compromiso, no quedarnos atados /as al pasado … sin embargo, endentemos que
teniendo en cuenta nuestra historia es una forma de aprender: somos lo que
somos por el pasado vivido.
Jesús realiza diferentes
llamados para diferentes ministerios, otorgando diferentes dones para poder
realizarlos. Estas diferencias, producto de la gracia, nos complementan
potenciando la acción comunitaria e impregnando una modalidad propia a la forma
de vivir el Evangelio en nuestra cotidianeidad.
Buena semana a todos y todas.
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