DOCTRINA DE LOS APÓSTOLES
Compartimos hoy nuevamente un texto de la patrística, con la finalidad de conocer la doctrina de la Iglesia de los primeros siglos.
DOCTRINA
DE LOS APÓSTOLES
(Doctrina Apostolorum)
1. 1. Dos
caminos hay en el mundo, el de la vida y el de la muerte, el de la luz y el de
las tinieblas. En ellos han sido establecidos dos ángeles, el de la justicia y
el de la iniquidad. Pero grande es la diferencia entre los dos caminos. 2. Así pues, el camino de la vida es
éste: en primer lugar, amarás al Dios eterno que te hizo; en segundo, a tu
prójimo como a ti
mismo. Por otra parte,
todo lo que no quieras que sea hecho contigo, tú no lo hagas a otro. 3.La explicación de estas palabras es
ésta:
II. 2.No
adulterarás, no matarás, no darás falso testimonio, no violarás al niño, no
fornicarás, no practicarás la magia, no fabricarás perversos brebajes, no
matarás al niño mediante aborto ni darás muerte al nacido, no codiciarás nada
de tu prójimo. 3.No
perjurarás, no hablarás mal, no recordarás las malas acciones. 4.No tendrás doblez al dar consejo, ni
serás de doble lengua, pues la lengua es trampa de muerte. 5.Tu palabra no sera vana ni engañosa. 6.No serás ambicioso ni avaro ni voraz
ni adulador ni pendenciero ni de malas costumbres. No admitirás plan malo
contra tu prójimo. 7.No
odiarás a ningún hombre, sino que los amarás más que a tu vida.
III. 1.
Hijo, huye del hombre malo y del hombre falso. 2.No seas iracundo, porque la ira
conduce al homicidio, ni seas deseoso de maldad, ni apasionado, pues de todo
esto nace la ira. 4. No
seas astrólogo ni purificador, cosas que conducen a la vana superstición; ni
siquiera desees ver u oír estas cosas. 5.No seas mentiroso porque la mentira
conduce al robo; ni amante del dinero ni vano, pues de todo esto nacen los
robos. 6.No
seas murmurador, porque conduce a la difamación. No seas temerario ni pienses
mal, pues de todo esto nacen las difamaciones. 7. Por el contrario, sé manso, porque
los mansos poseerán la tierra santa. 8. Sé también paciente en tu trabajo, sé
bueno y temeroso de todas las palabras que oyes. 9.No te enaltecerás ni te gloriarás
antes los hombres, ni infundirás soberbia a tu alma; no te unirás en espíritu
con los altivos, sino que tratarás con los justos y humildes. 10.Las cosas adversas que te sucedan las
recibirás como bienes, sabiendo que nada sucede sin Dios.
IV. 1. Del
que te habla la palabra del Señor Dios, te acordarás día y noche. Lo respetarás
como al Señor, pues donde se presenta lo relativo al Señor, allí está el Señor.
2.Así
pues, busca el rostro de los santos, para que te recrees en sus palabras. 3.No causes disensiones, pon paz entre
los que contienden, juzga rectamente sabiendo que tú serás juzgado. No abatirás
a nadie en su desgracia. 4.No
dudarás sí será o no verdadero. 5.No seas de los que extienden la mano para recibir y la
encogen para dar. 6.Si,
gracias a tus manos, tienes la redención de los pecados, no dudarás en dar,
sabiendo quién es el remunerador de esta recompensa. 7.No te desviarás del necesitado, sino
que compartirás todas las cosas con tus hermanos, y no dirás que son tuyas. Si
somos copartícipes en lo inmortal, ¿cuánto más debemos iniciarlo ya desde aquí?
Pues el Señor quiere dar a todos de sus dones. 9.No apartarás tu mano de los hijos,
sino que desde la juventud les enseñarás el temor del Señor. 10.A tu siervo o a tu sierva, que esperan
en el mismo Señor, no los mandarás con ira para que tema a ambos, al Señor y a ti, pues no vino con acepción de personas,
sino a aquellos en los que encontró un espíritu humilde. 11.Vosotros, siervos, permaneced sujetos
a vuestros señores como a figura de Dios, con pudor y temor. 12.Odiarás toda hipocresía y no harás lo
que no agrade a Dios. 13.Así
pues, guarda, hijo, lo que has oído y no le añadas cosas contrarias, ni lo
disminuyas. 14.No
te acerques a la oración con conciencia mala. Este es el camino de la vida.
V. 1. En
cambio, el camino de la muerte es contrario a aquél. Ante todo, es malo y lleno
de maldiciones: adulterios, homicidios, falsos testimonios, fornicaciones,
malos deseos, actos mágicos, inicuos brebajes, robos, vanas supersticiones,
rapiñas, hipocresías, repugnancias, malicia, petulancia, codicia, lenguaje
impúdico, envidia, osadía, soberbia, altanería, vanidad. 2.Los que no temen a Dios, los que
persiguen a los buenos, los que odian la verdad, los que aman la mentira, los
que no conocen la recompensa de la verdad, los que no se aplican al bien, los
que no tienen un juicio recto, los que velan no por el bien sino por el mal, 3. de los cuales está lejos la
mansedumbre y cerca la soberbia, los que persiguen a los remuneradores, los que
no se apiadan del pobre, los que no se afligen con el afligido, los que no
conocen a su Creador, los que asesinan a sus hijos, los que abortan, los que se
alejan de las buenas obras, los que oprimen al que trabaja, los que esquivan el
consejo de los justos. Apártate, hijo, de todos estos.
VI. 1.Y
vigila para que nadie te aparte de esta doctrina; de lo contrario, serás
enseñado fuera de la disciplina. 4. Si
cada día, con deliberación, haces estas cosas, estarás cerca del Dios vivo; si
no lo haces, estarás lejos de la verdad. 5.Pon todas estas cosas en tu espíritu,
y no te olvidarás de tu esperanza, sino que llegarás por estos santos combates
a la corona. 6.
Por Jesucristo, el Señor,
que reina y es Señor con Dios Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los
siglos. Amén.
Fuente: Colección Fuentes Patrísticas, volumen 3, por Juan José
Ayán Calvo. Editorial Ciudad Nueva www.ciudadnueva.com
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