Dios nos invita a renovar la Alianza: 3 er Domingo del Tiempo de la Renovación



3 er Domingo del Tiempo de la Renovación
Ciclo A – Jn 4,5-42

Dios nos invita a renovar la Alianza


1.     El texto en su contexto:

El relato de Jesús y la mujer samaritana (4,4-42) es una verdadera joya de la teología joánica. Presenta diversos aspectos de la figura de Jesús: vinculado a la tradición de los patriarcas (versículo 6), profeta (versículo 18), Mesías esperado (26) y Salvador del mundo (versículo 42).

El relato presenta algunos temas significativos.
Ø En primer tema es el agua (versículos 6-15). Jesús se sentó junto al pozo de Jacob (versículo 6 cf Gn 26; 33,19; 48,22; Jos 24,32). El evangelista nos sitúa en el escenario simbólico del amor entre un hombre y una mujer. Junto a los pozos de aguas han sucedido los encuentros entre mujeres y hombres que finalizan en una boda, tal es el caso de Rebeca, Raquel y Séfora (Gn 24; 29; Ex 2,15-22 cf Prov 5,15-18).
Ø En segundo tema es el vínculo entre un hombre y una mujer, matrimonio o concubinato (versículos 16-18). El evangelista nos remite a la historia de Israel que abandona a su esposo, Dios, tornándose infiel, los cinco maridos  de la mujer samaritana (versículo 18) nos remiten a las cinco ermitas donde se dio culto a siete dioses (2Re 17,33; Os 2,7.9.12.14.15.19).  
Ø En tercer tema es el lugar de culto (versículos 20-25). Se retoma la controversia sobre el lugar de adoración: el monte Sión en Judá que corresponde a la reforma de Josías o el monte Garizín en Samaría que nos remite a la historia de los patriarcas (cf Dt 11,29; 12,5-14; Sal 122; Os 10,8; Jr 19,5; 1Mac 4,46).
Ø El cuarto tema es la realidad agraria (versículos 34-38): siembra, siega, cosecha (Is 9,1; Sal 4,8). El evangelista nos presenta el cumplimiento de las viejas profecías: Samaría está madura para Dios (Os 2,25).

Estos temas se articulan entre sí, si somos capaces de leer Jn 4 a la luz de Os 2. En un entorno amoroso junto al pozo de agua, Jesús y la mujer samaritana representan a Dios que conoce a Samaría y se enamora de ella, haciéndola su esposa. La mujer samaritana que ha tenido cinco maridos representa a Samaría infiel que se apartó de su marido, Dios, para ir tras sus amantes, pervirtiendo el culto. El relato de la cosecha representa a Samaría reconciliada con su primer amor retoma su fecundidad.

Efectivamente, el relato joánico finaliza con el testimonio de la mujer samaritana a quienes habitaban su aldea (versículos 28-29) quienes aceptan al Mesías (versículos 39-42).


2.     El texto en nuestro contexto:

Muchos predicadores (obispos, presbíteros, pastores, diáconos) hoy desarrollarán sus homilías en torno a este encuentro entre Jesús y la mujer samaritana, quedándose con el envase y no con el contenido, compartiendo con sus comunidades el envase y privándolas del contenido. Esta creación teológica de Juan nos revela el amor incondicional de Dios cuya fidelidad es para siempre (Ex 34,6; Dt 7,8-9; Dt 32,4; Jos 23,14;  Is 44; Rom 4,21; 1Tes 5,24; 2Tim 2,13; 2Pe 3,9; Heb 6,13-18); amor y fidelidad que ha ido manifestando a la humanidad, en todos los tiempos y en todos los lugares, desde el acto creacional hasta nuestros días. Pero también, el texto de Juan nos enfrenta a nuestra propia historia de infidelidad.

La actual coyuntura mundial es producto de esa infidelidad: selvas arrasadas, océanos contaminados, continentes empobrecidos, países subdesarrollados y dependientes, poblaciones enteras malnutridas y desnutridas, grandes masas de gentes desempleadas o subempleadas, pueblos originarios desplazadas y sometidos, migraciones forzadas por guerras o pobreza, colectivos de gentes discriminadas y excluidas por género y orientación sexual, personas esclavizadas por las drogas y el comercio sexual; un planeta donde el poder, el dinero, el consumismo y el individualismo se han transformado en “los dioses que gobiernan nuestro mundo”.

Dios nos invita a construir otro mundo posible. Frente a esta realidad conmovedora en que se encuentra la humanidad, el mensaje que nos propone el Evangelio de Juan está plenamente vigente: Dios es fiel, Dios ama entrañablemente, Dios espera todo el tiempo que tenga que esperar a que retornemos, Dios nos invita a renovar la alianza. Jesús es la prueba de ese amor incondicional. Es el rostro misericordioso de Dios (Lc 15). Sus enseñanzas y sus obras nos transmiten la riqueza de la misericordia de un Dios (Ef 2,4) que es Amor (1Jn 4,8).

La Iglesia Antigua – Diversidad Cristiana, fiel a su misión de manifestar el rostro materno de Dios a las personas excluidas y discriminadas (Jn 4,29) renueva una vez más su compromiso con las personas vulneradas en sus derechos y su dignidad por el sistema religioso anunciándoles y demostrándoles que Dios nos invita a construir otra iglesia posible.

Tengan todos y todas una bendecida semana +Julio.
 


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