Comentarios a la Biblia Queer - Génesis (vigésima primer entrega)


La historia de José el soñador (continuación).
 
Comentarios Queer a la Biblia.

 GÉNESIS / BERESHIT
Autor: Michael Carden
Traducción: MCRP (Diversidad Cristiana)
 

Génesis, 42.4:
…pero Jacob no dejó ir a Benjamín, el hermano de José, porque pensó que podría pasarle algo malo…”

Al mantener a Benjamín con él, Jacob hace eco a Abraham e Isaac, que hace pasar a sus esposas por hermanas, por miedo al Otro. El más joven, Benjamín, es aún un “muchacho” (Génesis 43.8)

Judá le dijo a su padre Israel:
-          Si queremos vivir, deja que vaya el muchacho bajo mi cuidado, y nos iremos en seguida. Así, no moriremos ni tú, ni nosotros, ni nuestros hijos.

Benjamín es hijo de la hermosa Raquel, hermano del hermoso José. Un joven tan hermoso seguramente será objetivo de violación o secuestro para ser esclavo sexual. También es posible que Jacob no confíe en sus otros hijos, después de lo ocurrido con José.

Son estos miedos los que José explotará en sus tratos siguientes con sus hermanos. Hay crueldad en la forma en que José juega con ellos. Por lo ocurrido antes, eso no sorprendería; sin embargo, la crueldad se extiende a Jacob y al mismo Benjamín. En el caso de Jacob, como él enviara a José a unirse a sus hermanos, quizás este considera a su padre como igualmente responsable por lo ocurrido. En el caso de Benjamín, sin embargo, lo que ocurrirá combinará elementos del Akeda y la historia de Psiqué y Eros. Cuando los hermanos llegan a Egipto, son reconocidos por José y son conducidos ante él. Los acusa de espiar y – en su defensa – ellos dicen quiénes son, incluyendo los hechos de que uno de los hermanos ya no está y que el más joven ha quedado en Canaán con su padre. José comienza exigiendo que traiga a ese hermano más joven ante él. Que un gobernador extranjero desarrollara tal obsesión por el joven, solo podía inspirar alarma. Los hermanos sabían, desde su intento de aprovechar la venta de José, que un joven hermoso era una mercancía valiosa. Eventualmente, son liberados, bajo la promesa de que regresarán con el hermano.
Génesis 42.17: 

José los tuvo presos a todos ellos durante tres días, pero al tercer día les dijo:
-            
     Yo tengo temor de Dios. Hagan esto y se les perdonará la vida: si son de veras honrados, dejen en la cárcel a uno de sus hermanos, y los demás vayan y lleven trigo para que coman sus familias. Tráiganme luego a su hermano menor, y veremos si han dicho la verdad. Si no, morirán.

Simeón es retenido, como huésped, para garantizar el retorno de los demás. Tanto Jacob como los hermanos, están preparados para abandonar a Simeón, pero el hambre continúa, o dejándoles otro recurso que volver a Egipto, llevando con ellos a Benjamín. Jacob debe ofrecerlo, el único hijo sobreviviente de Raquel, para una futura vida como esclavo sexual, a un gobernador extranjero, a efectos de que su familia puede sobrevivir a la hambruna. Génesis no dice nada de los sentimientos de Benjamín en estos sucesos. ¿Siente miedo ante la perspectiva de transformarse en el juguete de un rico extranjero? ¿Está excitado por dejar su tierra, cambiándola por la vida sofisticada de Egipto y una nueva vida de posibilidades eróticas, que no es posible en los confines de la carpa familiar?

Vayiggash (44.18 – 47.27)

Con sus hermanos otra vez delante de él, José continúa con sus juegos crueles. Está vez, ha urdido que Benjamín ha robado una copa y deberá ser detenido. Este capítulo se abre con Judá apelando a José, para que libere al muchacho y lo conserve como esclavo. Antes que dejaran a su padre, Judá había prometido que sería una garantía para cuidar a Benjamín (Génesis 43.8) 

Judá le dijo a su padre Israel: - Si queremos vivir, deja que vaya el muchacho bajo mi cuidado, y nos iremos enseguida. Así, no moriremos ni tú, ni nosotros, ni nuestros hijos.-

Ahora, trata de cumplir esa promesa que hizo a su padre. Como destaca Zornberg, cualquiera fueran las intenciones de José, estos hechos (incluso la historia de Tamar) han forzado una reeducación moral de Judá. En su discurso ante su hermano, Judá “se ha redescripto a sí mismo, en un nuevo vocabulario de relación íntima: un vocabulario cómo es ver [cursiva de Zornberg] la otra visión, y no ser capaz de ver lo que ve” (Zornberg 1996: 330)

(Véase Génesis 44. 18-34), JUDÁ RUEGA POR BENJAMÍN, fragmento que termina así:

- Por eso yo le ruego a usted que me permita quedarme como su esclavo, en lugar del muchacho. Deje usted que él se vaya con sus hermanos. Porque, ¿cómo voy a regresar junto a mi padre, si el muchacho no va conmigo? No quiero ver el mal que sufriría mi padre.-

Judá se sintió golpeado en su complaciente sentido de privilegio que la jerarquía patriarcal le había inculcado, y forzado a expresar su conexión y dar vuelta su papel, ante el abuso de José. Con José, Judá estaba interesado solo en el beneficio que podían obtener al liberarse de este “marica”. Ahora, ante José, interviene para hablar por su hermano, cuando está cerca de ser retenido en cautividad, como habría hecho Abraham tanto tiempo atrás con Isaac. ¿Y Benjamín? Para su sorpresa, este poderoso príncipe extranjero se revela de pronto como su hermano “rarito”, perdido tanto tiempo atrás. A diferencia de Psiqué con Eros, este descubrimiento no revelará una separación súbita, sino una restauración.

Al revelarse ante sus hermanos, José pone en movimiento el viaje de su familia a Egipto, permitiéndoles así sobrevivir a la hambruna. Cuando la historia termina, la familia deja la Tierra Prometida, como lo harán sus descendientes, una y otra vez. En el viaje a Egipto, la divinidad habla a Jacob por última vez, pero solo – como en deferencia a la realidad de José – a través de un sueño, “visiones de la noche” 

(Génesis, 46 – 2)

Esa noche, Dios habló con Israel en una visión, llamándolo por su nombre, Jacob. Y él contestó:
-            Aquí estoy. –
       Entonces, Dios dijo:
-          Yo soy Dios, el Dios de tu padre. No tengas miedo de ir a Egipto, porque allí haré de tus  descendientes una gran nación. Iré contigo a Egipto, y yo mismo sacaré de allí a tus descendientes. Además, cuando mueras, José estará a tu lado.

En imitación de lo ocurrido con José ante el faraón, la divinidad predice a Jacob brevemente los subsiguientes eventos del Pentateuco. Pero, si bien la divinidad dice a Jacob: “Yo mismo iré contigo aEgipto” (Gén. 46.2), no aparecerá más en el Génesis.

VAYECHI (47.28 – 50.26)

La historia termina ahora con las muertes de Jacob, y luego José. Antes de que muera, Jacob, José lleva a sus dos hijos, Efraín y Manasés, ante su padre, para que sean bendecidos. Al hacer esto, permite un resurgimiento del motivo mesiánico de suplantar al primogénito por el más joven. José coloca a sus hijos de modo que Manasés, el mayor, sea bendecido por la mano derecha de Jacob y Efraín, por la izquierda. Jacob cruza sus manos para bendecir al más joven con la mano derecha y al mayor con la izquierda. José intenta corregir a su padre, destacando que Manasés es el mayor y debería ser bendecido con la mano derecha. Jacob se rehúsa, diciendo: “su hermano más joven será mayor que él, y su descendencia se convertirá en multitud de naciones (Génesis, 48.19) En el rechazo consciente de Jacob, se ve una declaración de que lo mesiánico no será determinado por las jerarquías heteropatriarcales, sino que se las deshará/pervertirá, como hicieron las hijas de Lot y Tamar.

Comentarios

  1. No encontré las entregas 19 y 20 en el blog. ¿Donde las busco?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ahora sí, las encontré. No las veía porque me guiaba por los banners de la página principal, en vez de buscar por Entradas Antiguas.
      gracias

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares