Una buena noticia para las personas angustiadas y preocupadas.

"Vengan a mí los que se sienten cargados y agobiados, porque yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí que soy paciente de corazón y humilde, y sus almas encontrarán alivio. Pues mi yugo es bueno y mi carga liviana" (Mt. 11,28-30)

El Evangelio de hoy está en estrecha relación con la doctrina del descanso – liberación que trae consigo el Año Santo del Jubileo (Lv. 25); para Jesús, la buena noticia tiene que ver:

-          con la intervención de Yahveh en la historia a favor de las personas oprimidas y excluidas,

-          con la humanización del hombre y de la mujer,

-          con vivir la vida en plenitud,

-          con el cumplimiento de las promesas mesiánicas,

-        con revelar -quitar el velo que impide descubrir- el Gobierno Divino que comienza en nuestra historia.

Jesús de Nazareth continúa hoy invitándonos a descubrir el Gobierno de Yahveh en medio del pueblo oprimido y excluido (Mt. 4,17), manifestando su poderío liberador, sanador, consolador e inclusivo (Lc. 4,18-19); hoy continúa devolviendo dignidad a los hombres y a las mujeres (Mt, 8,1-4), venciendo las parálisis de las personas y los grupos (Mt. 8,5-13; 9,1-8), sanando las heridas del rencor, de la discriminación, de la xenofobia, de la homofobia y destruyendo todas las barreras que nos separan y dividen (Mt. 8,16-17), devolviendo la pureza - dignidad que le es propia a toda persona humana (Mt. 9,20-22), haciendo visibles a las personas invisibles y permitiendo el reconocimiento de las personas entre sí (Mt. 9,27-31), devolviendo la palabra a las personas que fueron silenciadas (Mt. 9,32-33), alimentando a las personas con hambre (Mt. 14,14-21; 15,32-39), incluyendo a todas las personas en una comunidad de iguales (Jn. 15,14-15).

En cada uno de sus discípulos y en cada una de sus discípulas continúa recorriendo el campo empobrecido, los asentamientos precarios, los barrios empobrecidos, las clínicas psiquiátricas, los hogares de ancianos, las cárceles, las calles oscuras de las  ciudades, los templos vacíos, los lugares de prostitución, los hospitales con personas infecto contagiosas, las salas de personas con enfermedades terminales, los lugares de distribución y consumo de drogas… sintiendo compasión porque todavía son muchas las personas oprimidas y excluidas en nuestro mundo, porque todavía queda mucho aún por hacer para que el Gobierno de Yahveh su Padre alcance a toda la humanidad (Mt. 9,35-38).

Jesús de Nazareth a través de sus discípulos y sus discípulas (Mt. 9,36-38 cf Lc. 10,1-12) continúa hoy ofreciendo a todas las personas oprimidas y excluidas consuelo y liberación:

»Ustedes viven siempre angustiados (y angustiadas); siempre preocupados (y preocupadas). Vengan a mí, y yo (les) haré descansar. Obedezcan mis mandamientos y aprendan de mí, pues yo soy paciente y humilde de verdad. Conmigo podrán descansar. Lo que yo les impongo no es difícil de cumplir; la carga que les hago llevar no es pesada»[1] (Mt. 11,28-30)[2].


[1] Traducción de “La Biblia en lenguaje sencillo”. COMPUBIBLIA: CD. Sociedades Bíblicas Unidas. 1989 NW 88th Court — Miami, FL 33172.
[2] Ponemos entre paréntesis los textos agregados o cambiados, los femeninos (angustiadas y preocupadas) y el neutro (les por los) que hacen que la buena noticia sea inclusiva, tanto para hombres como para mujeres. Entendemos que las modificaciones introducidas conservan intacto el mensaje originario y a su vez lo convierten en un texto inclusivo de las diversidades y realidades humanas.

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Buena semana para todos y todas.
Obispo Julio

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